Totalmente distintos

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Después de abrigarnos un poco ya que hacia mucho frio, le dijimos a los chicos que ibamos a dar una vuelta.

Caminamos por la orilla de la playa sin rumbo alguno; el tomándome de la mano y sin decir ni una palabra.

El mar estaba más hermoso que nunca y las olas chocaban con el rompe olas para desvanecerse poco a poco a medida que iban acercándose a nosotros.

Casi todo era perfecto esa tarde, lo que faltaba era él, que él estuviera a mi lado y me dijera que todo iba a estar bien y que me quería pero... todo era un sueño; él nunca se fijaría en alguien como yo. Somos totalmente distintos.

Yo, una chica normal junto a él, un modelo famoso y completamente guapo no soy nadie... Sólo soy una chica tratando de encajar en la vida de alguien a quien no le importa absolutamente nada de lo que pasa a su alrededor; alguien que sólo piensa en si mismo y no le importa herir los sentimientos de las demás personas.

Alguien totalmente egocéntrico, cruel, egoísta... pero ese alguien me gusta y no puedo sacarlo de mi mente.

Nos sentamos frente a una casa la cual al parecer estaba abandonada.

- ¿En qué piensas? - alguien a mi lado me saco de mis pensamientos. Voltié y hay estaba él, mi amor platónico. El chico que por más mujeres que tuviera siempre pensaba en mí y nunca me dejaba sóla cuando lo necesitaba.

- Nada importante - dije bajito y mirando perdidamente al océano.

- Mírame - me tomó las mejillas y me hizo mirarlo a los ojos - el no te merece, eres demasiado buena como para que ese idiota venga a jugar contigo.

- Lo sé - me salió una lágrima la cual el hizo desvanecer antes de rodar por mi mejilla.

- Si lo sabes porque lo haces - dijo frunciendo el ceño.

- ¿Hacer qué? - dije completamente perdída.

- Sufrir por él - dijo levantando un poco la voz - sufrir por un pendejo que nada más le importa su fama y todas esas modelos semi desnudas que se le pasan por delante. Que se creen que porque son famosos y tienen buen cuerpo pueden jugar con una chica cualquiera pero tú... tu no eres una cualquiera - suspiró y bajo un poco la voz, sus ojos tenían un brillo demasiado intenso - tu eres especial y no quiero que te hagan daño.

- Te quiero - dije sin pensarlo y me arrepentí.

Él se me acercó poco a poco hasta hacerme sentir sus labios sobre los míos después de tantos años de esperar con ansias este beso y ahora no sentir lo mismo que alguna vez pude haber sentido.

Me quedé pasmada mientras poco a poco me iba adaptando a sus labios los cuales no se parecian en nada a los de mi Dylan.

Los de Zac tenían un sabor y una textura completamente diferentes.

Después de varios segundos así decidió alejarse de mis labios y apoyar su frente con la mía.

- Yo... lo siento. Me gustas.

- Zac - me hico callar.

- Shhs... no digas nada - me quedé mirándolo a los ojos.

- Lo siento - fue lo único que pude articular ya que volvió a plantar sus labios contra los míos en un beso más intenso que el anterior.

No dije nada sólo me deje llevar. Tal vez debía intentarlo con él, olvidar por completo que alguna vez conocí a Dylan porque total, somos totalmente distintos.

Insoportable errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora