VIII. Cal

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—Y eso es todo— termino de narrar.

—Creo que acabó de sufrir un derrame— me responde Cal.

Es mi mejor amiga, pero parece mi guardaespaldas. Es alta, robusta y albina. Solía llevar el pelo largo, como una nube esponjosa y rizada, o sujeto en un montón de trenzas; ahora lo tiene muy corto, casi rapado.

Estamos en una cafetería del centro, bebiendo una taza de cafeína concentrada y azúcar detrás de otra y gastándonos el presupuesto de los últimos tres años en galletas.

—Si te digo la verdad, yo también. Eso es lo que ha pasado, lo sé, estaba allí. Pero creo que aún no he terminado de asimilarlo— vacío un sobre de azúcar en mi segundo té (y quinta bebida).

—Es todo tan raro...— se sube las gafas oscuras a la cabeza y entrecierra los ojos mirándome: —Un día todo era normal y al siguiente estabas borrado de todas partes. Nadie sabía quién eras. Era como si hubiera un agujero en donde tú y tus padres solíais estar—

—Según mi primo es lo que ha pasado, literalmente los han recortado de este plano y los han mandado a otro— no me quedó muy clara la explicación, pero parecía más cosa de Star Trek o Blade Runner o algo así que de la estructura de la realidad convencional: —Y al parecer lo que dices lo confirma—

—¿Y tú?¿Qué pintas en todo esto? No estás muerto pero tampoco estás aquí del todo—

—No lo sé. Asha me dijo que mi problema era que un rumma tenía mi quintaesencia, pero Ben dice que el problema es que estoy en otro plano... mientras mi cuerpo sigue aquí—

—¿Qué vas a hacer?—

—No lo sé, pero tengo claro que no voy a quedarme suspendido en el espacio y el tiempo para siempre. Necesito recuperar mi vida—

—Pero... eres indestructible ¿para que quieres volver a ser un "patético humano"?—

—No es eso, solo quiero volver a ser normal— suspiro y entierro la cara en los brazos: —Antes era un chico cualquiera, ahora... ni siquiera sé qué soy—

Suelto un aire que ni siquiera era consciente de que estaba conteniendo: —No sé por qué me pasa esto a mí, tú eres la Elegida, yo solo soy el... el compinche, el secundario—

—Sí... con respecto a eso... no quiero serlo—

—¿Por qué?—

—Es demasiado. Mira, yo tenía una idea de futuro en la que desde luego no entraba que una motera rara y su novio el librero fantasma me dijeran "hey, las cosas raras que pasan son tu culpa, tienes superpoderes, ahora ve a salvar el mundo"— mete una galleta en su chocolate caliente: —Ni siquiera es seguro que yo tenga que salvar el mundo. Solo lo supusieron porque tengo el pelo blanco y puedo abrir portales—

—A lo mejor es una interpretación, el libro se quemó y no hay transcripciones completas— o eso me contaron.

—Quizá, pero el Círculo está mandando gente a por mí. El sábado casi me pilla un camaro amarillo cuando volvía a casa— la galleta se le parte y le toca pescarla con la cuchara: —Mi mamá empieza a sospechar que pasa algo conmigo—

—¿Todavía no les has dicho que puedes hacer Magia?—

—No. ¿Como quieres que se lo diga?— me mira como si acabara de decir la locura del siglo: —«Hola ¿estáis ocupadas? soy yo, vuestra hija adoptiva. Tengo poderes mágicos y las sombras me reclaman como su soberana. Vivid con ello»—

—Ya— me encojo de hombros: —Supongo que no sé lo que es—

No tengo ni idea de qué va la cosa. De lo poco que le he sacado a Ben es que la iglesia de la Madre Noche y la del Dios Astado están peleadas, llevan como desde el principio peleadas. El Libro habla de un elegido que pondrá fin a la guerra y traerá paz y justicia a la galaxia, como Luke Skywalker, o Sailor Moon.

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