Princesa Del Mar Y La Magia

XXVIII

Marina había estado tan entusiasmada con haber encontrado un hechizo relativamente útil que se había olvidado de su miedo, pero este volvió a la mañana siguiente. En el colegio se sentía la emoción y los nervios en el ambiente. Las clases se interrumpieron al mediodía para que todos los alumnos pudieran bajar a presenciar la primera prueba.

Marina se sentía distante de todos cuando comenzaron a rodearla y a desearle suerte o simplemente burlarse de ella por el artículo de Rita Skeeter. A la hora del almuerzo apenas comió bocado, el único que parecía comprender como se sentía era Harry que se veía igual de distante a ella,se sentó junto a él e intercambiaron algunas palabras, el intento de una conversación.

— ¿y que tal?—dijo Marina torpemente

— bien... —dijo Harry— y tú?

—...bien un tanto nerviosa

—si somos dos —añadió Harry haciendo una mueca al parecer el intento de una sonrisa

La profesora McGonagall entró al Gran Comedor y se dirigió a toda prisa hacia ellos,muchos los observaban.

—Los campeones tienen que bajar ya a los terrenos del colegio... Tienen que prepararse para la primera prueba.

—¡Bien!—dijo Harry poniéndose en pie, el tenedor cayó en su plato haciendo bastante ruido

Marina también se levantó

—Buena suerte, yo creo en ti —dijo Riham sonriendole

—si gracias—contestó con la voz más aguda de lo normal

Salieron del Gran Comedor y de hecho la profesora McGonagall no era ella misma,se veía incluso igual de nerviosa que ellos. Al bajar la escalinata de piedra y salir a la fría tarde de noviembre les puso a cada uno una mano en el hombro.

—no se dejen dominar por el pánico —les aconsejó—,conserven la cabeza serena. Habrá magos preparados para intervenir si la situación se desborda... Lo principal es que den lo mejor de si y quedaran bien ante la gente. ¿se encuentran bien?

—Sí, estoy bien —dijeron al unisono

La profesora los guió por el bosque y llegaron donde había una gran tienda de campaña.

—Deben entrar con los demás campeones —dijo con voz temblorosa— el señor Bagman estará adentro y les explicara lo que tienen que hacer... Potter, Jones Buena suerte

—gracias —dijeron ambos,Marina esbozo una leve sonrisa.

Los dos azabaches entraron en la tienda. Fleur Delacour estaba sentada en un taburete de madera y no se le veía tan segura como siempre, al contrario se le notaba pálida y sudorosa, Viktor Krum estaba más hosco de lo normal,así que supuso que era su manera de estar nervioso, Cedric caminaba de un lado a otro. Cuando entraron estos le dedicaron una sonrisa cada uno por sus razones, Cedric correspondió, aunque a los músculos de la cara les costo bastante, como si hubieran olvidado sonreír. 

—¡Harry, Marina! ¡Bien!—dijo Bagman muy contento, mirándolos— ¡vengan acá!

De pie en medio de los pálidos campeones, Bagman parecía un muñeco de caricatura y se había vuelto a poner su antigua túnica de  las Avispas de Wimbourne.

— Bueno, ahora que estamos completos... ¡Es hora de ponerse al corriente!—declaró Bagman con alegría— Cuando lleguen los espectadores, les ofreceré esta bolsa a cada uno de ustedes, para que saquen una miniatura de lo que van a enfrentar —enseño una bolsa roja de seda— Hay diferentes... variedades, ya verán.Dos de ustedes deberán hacer equipo,y debía decirles algo más... Ah...sí ¡Su objetivo es recuperar el huevo de oro!