XXXII

1.5K 136 41
                                    

Los días pasaron lenta y tortuosamente para Marina que se estaba muriendo de nervios,pues quedaban dos días para el baile y nadie la había invitado, aunque también estaba feliz de que Riham y Hermione tuvieran pareja.

Alexander  había ido hasta la torre de Gryffindor  (evitando todas las trampas que los gemelos colocaron para que no pudiera subir) a pedirle a Riham que fuera al baile con él y ella encantada (y muy sonrojada) acepto y le dio un beso en la mejilla, eran la pareja perfecta. Aunque por otro lado el caso de Hermione era más particular, la semana anterior habían estado haciendo los deberes en la biblioteca, cuando a Marina y Riham se les ocurrió salir a robar algo de comida de las cocinas y cuando volvieron resultó que Viktor Krum le había pedido que fuera su pareja de baile y Hermione aceptó. Hermione no podía creérselo, Riham y Marina, tampoco, pero la prueba estaba en las chicas desmayadas detrás de una estantería y que cuando pasaron frente al lago negro Viktor saludo y guiño el ojo a Hermione, que se puso igual de roja a un tomate.

Ese día todos tenían permiso de ir a Hogsmade y a pesar de aún no haber sido invitada al baile, las chicas insistieron en que Marina necesitaba un vestido, por lo que ese día fue obligada a levantarse y acompañarlas a Hogsmade. Caminaban por las calles cubiertas de nieve buscando la dichosa tienda de vestidos, hasta que finalmente la encontraron, en el escaparate habían varios vestidos, zapatos, sombreros, diademas y toda clase de accesorios para llevar en un baile.

—¡si, sabía que quedaba por aquí!—exclamó Hermione

Las tres chicas entraron a la tienda que estaba llena de estudiantes de Hogwarts, Hermione al entrar fue corriendo a ver los vestidos y collares, mientras Riham y Marina miraban el lugar detenidamente, Riham porque sentía una presencia familiar, no sabía de dónde provenía, pero sabía que debía encontrar su origen, y Marina porque nunca había visto tantas cosas bonitas en un solo lugar.

— Buenos días chicas, ¿puedo ayudarlas? —saludó una chica frente a ellas

Era muy guapa aparentaba unos veinticinco años y se veía muy feliz, simplemente Marina no tenía palabras para describirla.

—eh, hola, venimos a buscar un vestido para el baile de navidad —dijo Marina

—oh, claro querida, dame un momento —dijo la chica y con la mano llamó a otra chica que estaba más allá organizando unos collares mediante magia.

La chica se acercó, tenía el cabello castaño ondulado, piel clara y ojos de color morado. Cuando la primera chica se volteo hacia ellas con una sonrisa, Riham pudo leer el nombre que llevaba escrito en la blusa <<Dita>> y sus sospechas se confirmaron, ¿quienes más pueden ponerse así mismos nombres tan malos, a parte de los dioses? .

—bueno querida tú puedes ir con mi compañera Hé... Helena—dijo "Dita", a Marina— y yo te ayudaré a ti

Marina que era la que no quería ir, sonrió y se fue hablando con "Helena", Riham se percató que al girarse parecía que había tres de ellas, una vez se alejaron Marina y Helena, Dita habló.

—bueno, Riham vamos a ver un vestido para ti

— ajá, lo sabía usted es Afrodita y "Helena" es Hécate —dijo Riham con el ceño fruncido

—oh, cielos ¿fue demasiado obvio?—dijo Afrodita y luego sonrió con picardía— bueno querida me descubriste y ya que  somos nosotras mismas tengo una pregunta para ti ¿aún quieres darme un puñetazo?

Riham sintió el calor en su rostro y recordó que arrogante había culpado a Afrodita de sus sentimientos hacia Alexander y había dicho que cuando la viera la golpearía.

— no...digo si...yo...—comenzó a tartamudear Riham aún sonrojada

—awww, eres tan tierna, cariño si no fuera por mi, no podrías haberte dado cuanta de los sentimientos del joven Gray o siquiera haberlos entendido.

Princesa Del Mar Y La MagiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora