Capítulo 9

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Ana.- Claro, esperar.
Pasadizo.
Aby.- Solamente tenemos esta lámpara de techo aquí dice prendiéndola.
Vicente.- Wow, el piano esta increíble, ¿no, Luis?
Luis.- Si, es hermoso, ¿podemos tocar una canción?
Aby.- Yo encantada. Pero yo les digo cual.
Vicente.- Okay.
Aby.- Susjsususjfkdldsaphss susurrando al oído. Se la saben.
Luis.- La conozco
Vicente.- perfectamente.
Entonces toman asiento y comienzan a tocar.

Armario.

Lucas.- ¿Escuchas? Es un piano.
Ana.- Si. Conozco esa canción.
Lucas.- Yo también. Mmmm...... ¿me harías el honor de bailar conmigo, este día?
Ana.- Claro que si.
Bailamos, tomados de las manos, cintura y hombro, sin importar nada. En eso, (en la parte donde hay más silencio), me da una vuelta y dice.
Lucas.- Ana, tengo que confesarte algo, algo que no me deja dormir por las noches y ya no puedo ocultar. Y la verdad es que me encantas, no te puedo dejar de pensar, me encanta cada que estamos juntos y así podría estar diciéndote, que estoy enamorado de ti. Quisiera saber si sientes lo mismo que yo, lo mismo por mi.
Dime que me quieres y seré tuyo completamente.
Y cuando estoy a punto de abrir mi boca, llega Laila, abre la puerta y nos ve muy cerquita. Termina la canción.
Laila.- ¿Qué pasa aquí?
Entonces nos separamos y nos quedamos pasmados.
Laila.- ¿Por qué tan solitarios?
Lucas.- Eh, nos quedamos encerrados, con esta ropa y estábamos charlando un poco.
Ana.- Si, este, me voy a cambiar de ropa otra vez, esta sólo fue por un rato y es necesario cambiarse. Vamos, Laila.
Estamos saliendo del armario y Lucas nos detiene un momento.
Lucas.- Ana. Espero que podamos seguir esta charla juntos.
Ana.- Seguro que si.
Me voy a cambiar de ropa a mi habitación y Lucas se queda a cambiarse allí.
Vamos con los demás a disfrutar un poco de la vista y charlar. Pero Robby toma a Lucas y, Angélica me toma a mi llevando a cada uno a un lugar diferente.
Lucas y Robby.
Robby.- Venga, ¿qué paso ahí dentro?
Lucas.- Tu planeaste eso, ¿no?
Robby.- Bueno, si, pero ¿qué onda con Ana?
Lucas.- Pues, las cosas están algo congeladas. Porque le dije todo y......
Ana y Angélica.
Angélica.- ¿Que pasó ahí dentro?
Ana.- ......después llego Laila y nos vio muy cerquita.
Angélica.- No, creí que ella estaba con nosotros. No se como es que se fue.
L y R.
Robby.- ¿Qué crees que te iba a responder?
Lucas.- No sé, ¿qué tal si me deja como sólo un amigo?
Robby.- No, ni lo pienses. Si dices que ya te iba a responder rápido es porque esta segura de su respuesta, ya verás....
A y A.
Angélica.- Pero, ¿qué le ibas a responder?
Ana.- Pues, la verdad.
Vamos con los demás.
Luis.- .....desde que somos pequeños somos un dúo en la vida y en el piano.
Vicente.- Muy cierto, mi dúo, hermano.
Luis.- Pero Melissa y Auguste también hacen un buen equipo, cómo si se conocieran de toda la vida.
Melissa.- Okay, okay. Mejor ¿por qué no nos cuentan que hacían allá ustedes?, ¿Ana?
Ana.- No estábamos haciendo nada. Solamente viendo lo bien que trabajan Robby y Angélica.
Lucas.- Si, que trabajan bien. No nos quieres contar como es que empezó lo suyo.
Robby.- ¿Nuestra relación?
Ana.- Si, para aprender.
Melissa.- Esa yo ya me la sé.
Auguste.- Yo también.
Angélica.- ¿Cómo?
Auguste.- Melissa me la contó.
Angélica.- Bueno, si ya lo saben algunos, que lo sepan todos.
Robby.- Si, yo la cuento. Todo comenzó en una exposición de motocicletas, yo iba con la moto de mi papá. En eso me encuentro a una señorita atrapada en un lío con su moto, se había quedado sin combustible, por suerte mi papá llevaba algo de él y le pedí que le ayudará a que funcionará. De ahí, nos hicimos amigos y sin querer mi papá hizo que funcionará una gran relación.
Angélica.- Ya de años. Dice dandole un beso.
Laila.- Que asco.
Germán.- Así vas a estar tú dentro de unos años, no te hagas.
Laila.- No es cierto.
Ana.- Eso ya lo dirá el tiempo.
Laila.- Entonces espero no tardar tanto como tú.
Vicente.- Uuy.
Ana.- El momento llegará cuando tenga que ser el adecuado.
Llega la noche y todos nos vamos a dormir. Pero Melissa se levanta y va a la habitación de Auguste, toca la puerta y él le invita a pasar.
Auguste.- Hola, Melissa. Te estaba esperando.
Melissa.- ¿Cómo sabías que iba a venir?
Auguste.- Te di motivos para que eso sucediera.
Melissa.- ¿Qué acaso me vas a raptar o algo así?
Auguste.- No, eso nunca. Tu sólo pregunta.
Melissa.- Okay, ¿cómo esta eso de que yo te conté la historia de Robby y Angélica, si yo nunca hice eso? ¿Acaso nos espíaste?
Auguste.- No, no soy de espíar. Soy de saber. Y esta vez quiero que tu compartas esto conmigo. La razón por la que lo sé es que tengo un amigo que ve todo lo que haces.
Melissa.- Ósea que él si me espía, ¿quién es?
Auguste.- Ya lo descubrirás, del tiempo al tiempo, y la verdad que te quiero contar es que en realidad yo no soy de aquí, de este año, este don que tengo yo ha detenido mi tiempo en cuestión de edad, como ese vampiro Edward, haciendo que viva infinitamente y se recargue cada casi 100 años que vuelva acá.
Melissa.- ¿Qué comprueba eso?
Auguste.- Mi corazón, ha latido tantas veces y más junto a ti que ya se ha querido salir. Toma su mano y la pone en su pecho. Siente, ha este corazón que no te mentiría, no te dejaría y siempre te amaría. Enamorarse justo en el peor momento.
Historia de Robby y Angélica.- Inspirada en mi historia anterior "El Chico de la Moto". Que, por cierto, esa fue una inspiración de una segunda parte de Hijas de la Luna inventada por mí, pero ya no tendría caso subirla y si se sube sería al menos un recuento de ella.

Robot-HumanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora