Nightclub

1.7K 65 18
                                    

(Es una clase de A.U.)

C H A N D L E R

— Ohh, vamos, Riggs, no me digas que nunca has ido a uno de esos lugares —Sam me dio una palmada en la espalda.

— Hablo en serio, Sam, no quiero ir. Nunca me atrajo esa... clase de entrenamiento —uspiré y acomodé la manga de mi camisa.

— Por Dios, Chandler, eres joven, apuesto, y con un sueldo más que estable, y la cereza del pastel... ¡Soltero! —él reía, sin dejar de mirarme—. Además, es mi cumpleaños, como buen mejor amigo debes acompañarme.

— ¿Sabes algo, Sam?

— ¿Qué cosa, mi querido amigo con cabello de princesa?

— A veces en serio te odio.

— Lo sé, primor, soy todo un encanto.




— . — . — . — . — . —



Como soy un buen amigo, no, como soy un completo idiota, me encontraba de copiloto en el auto de Sam. Él manejaba su auto con una sonrisa de oreja a oreja, dirigiéndose hacia el lugar "especial" donde pasaríamos gran parte de la noche, según él, porque yo pienso irme a los treinta minutos.

Nunca fui fanático de las bailarinas, ni de las damas de compañía, respeto a las mujeres y entiendo que muchas lo hacen por necesidad. Pero no soy fanático de pasar mi tiempo libre en un club nocturno.

Aunque siendo sincero, hace mucho que no tengo contacto con una fémina, tanto sentimental como sexual. Aunque no me quejo la verdad.

-—¡Llegamos! —Sam detuvo el auto, al parecer en el estacionamiento del lugar—. Vamos, Chandler, no hagas esa cara, te gustará.

— Lo dudo mucho, pero es tu cumpleaños — solo sonreí y bajé del auto.

Kitten's night club.

He de admitir que es un nombre curioso.

Totalmente curioso.

— ¿Y? ¿Ya tienes tu primera buena impresión? —Sam rio cuando aseguró el auto.

— Cállate, Élica. Y vamos ya, mientras más rápido entremos, más rápido saldremos.

— A mí no me engañas, pillín —él seguía riendo, mientras ambos caminábamos hacia la entrada de dichoso lugar—. Yo sé que estás deseoso por entrar.

— Ahh, ¿qué clase de amigos me consigo? —suspiré mirando al cielo.

— De los mejores.

Ya nos encontrábamos frente a la puerta. Sam tocó la puerta del lugar y alguien abrió la puerta, al instante un olor a frutillas invadió mis fosas nasales.

— A divertirnos, muchachón —Sam entró aún con su gran sonrisa, por lo cual lo seguí.

Y quedé totalmente en shock.

El lugar era completamente rosado, las luces rojas y rosas le daban ese toque. Habían sillones al rededor de una clase de pasarela con un tubo. El bar estaba al frente de este, en el cual habían varios hombres tomando y riendo, siendo atendidos por chicas en trajes algo... descubiertos.

Chandler Riggs | One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora