El invierno se fue, y se llevó consigo el segundo trimestre. Una vez más, nos preparamos para los exámenes organizando sesiones de estudio en casa de Asahi, aunque esta vez, llegamos tranquilos y relajados. Asahi y Jaehyuk podían estarse comiendo a besos si se les antojaba olvidarse de estudiar, y a mí y a Mashi aquello nos tendría sin cuidado, ya que igualmente estábamos ocupados estudiando a nuestro ritmo, mientras (para no interrumpir el silencio) nos intercambiábamos notas con comentarios graciosos.
Sentí a Asahi observándonos en un par de ocasiones, pero fingí que no me percaté de nada. Al final, no supe si realmente había sospechado algo, o había preferido quedarse callado para no incomodarnos. Pero lo peor de todo, era que no me importaba.
Llegó la primavera, poco después llegó abril, y con ello, llegó el cumpleaños de Haruto. Asahi nos invitó, dando el aviso una semana antes, mientras comíamos juntos el almuerzo en los jardines del colegio. Una reunión casual en su casa. Era más que obvio que el novio de Haruto también estaría allí.
Intercambié una rápida mirada con Mashi. ¿Llevaría Jeongwoo a su hermano Jihoon? No quería ni imaginármelo. Por fortuna, Mashi iría, y con esto, podría tener alguien con quien escabullirme si la situación se ponía demasiado incómoda.
Llegó el día. El cumpleaños de Haruto había caído en miércoles, así que entregamos nuestros regalos a Asahi durante el almuerzo, quien prometió que se los haría llegar sin falta, sin embargo, la fiesta se programó para el sábado. Y así, a las tres con cuatro minutos, sonó el timbre de la casa, indicando que Mashi había llegado por mí.
Recorrimos el camino a casa de Asahi, mientras conversábamos de cosas sin sentido. Sabíamos que Jaehyuk iba a estar allí, pero hacía tanto tiempo que no hablábamos de ello, que no sabía si Mashi seguía sintiéndose intimidado por su presencia. A pesar de que comíamos juntos el almuerzo, no me había detenido a pensar si le estaba costando trabajo el adaptarse, o si en realidad llevaba las cosas bien.
Me sentí un poco mal por no tomarme el tiempo de detenerme a preguntarle si estaba de acuerdo con ello. Es decir, era obvio que no íbamos a faltar, se trataba de Asahi, pero quizá Mashi necesitase un tiempo para calmar sus ideas, y quizá deberíamos de haber organizado un plan B en caso de tener que fingir que uno de los dos se sentía mal del estómago y necesitábamos retirarnos...
Hice lo único que se me ocurrió hacer: tomarle la mano.
Un ligero apretón. No habíamos entrelazado los dedos, pero aun así podía sentir la calidez de su piel. Estábamos en la esquina del parque, esperando que el semáforo cambiase de color y nosotros pudiésemos cruzar la calle, así que Mashi dejó de mirar al frente, y me miró a mí. No intentó soltarse, su expresión parecía decir que más bien se preguntaba qué estaba planeando.
Pero entonces, la luz cambió a verde para nosotros, y dándole un ligero jalón, hice que nos pusiésemos en movimiento.
-Estará bien –dije mientras avanzábamos-. Vamos a salir de esta.
Llegamos a casa de los Hamada quince minutos después, y frente al portoncito negro fue que finalmente nos soltamos. No pude evitar sentirme triste. Había sido un sentimiento bonito. Así fuese mi imaginación la que estaba llevando esta amistad a un plano más íntimo, me había gustado dejarme llevar por esa fantasía de qué se sentiría caminar así todos los días. Esperaba que a Mashi no le hubiese incomodado mi atrevimiento, y para no darle la oportunidad de decirme que por favor no lo volviese a hacer, me apuré a cruzar el portoncito, y detenerme frente a la puerta, donde prontamente toqué el timbre.
Nos abrió Jaehyuk. Por un instante quise darle otro apretón a la mano de Mashi, pero me contuve. Entramos a la casa, donde el profesor Hamada nos pidió que pasásemos al patio. Al parecer seríamos una vez más un número considerable de invitados, y debido al buen clima que hacía, la mejor opción había sido organizar una parrillada en el jardín, donde tendríamos más espacio.
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Cuenta Regresiva [A Mashikyu story]
RomanceEn este planeta, todo ser humano nace con un contador tatuado en el interior de su muñeca derecha. Un tatuaje pequeño, una simple línea de diversos dígitos y letras, que se mueve en cuenta regresiva, sin detenerse nunca. ¿A qué conduce dicha cuenta...