capitulo 9 💛

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Después de ver al pelinegro entrar y divertirse un momento por el pésimo intento de esconderse tras las cortinas decidió irse, siempre fue malo cuando se sentía presionado, y al ver su reacción se le hizo gracioso, pero era momento de regresar con su prometida y olvidarse de ese encuentro.

Lester vio un auto irse y se desinfló de alivio, se aterró pensando que alguien quería hacerles daño, pasaron algunas horas y los antojos que había tratado de reprimir le regresaban con mas fuerzas, se decidió a ir por las meriendas que había deseado comer, apenas había salido de casa cuando una sensación desagradable le atacó, había alguien siguiéndolo... Estaba completamente seguro, lo sentía, oía los pasos, pero eran taconeos casi silenciosos, caminó más a prisa pero estaba a unos minutos para llegar a la tienda de comida y aún mas regresar a casa tardaría mucho.

—Hola pequeño — estaba tan distraído pensando en que hacer que no se dio cuenta de la chica que apareció justamente frente a el, la había visto antes, en el trabajo... Era la mujer que lo observaba siempre pero nunca le habló.

—H-hola, n-necesitas algo?— la mujer frente a el sonrió pero no debería hacerlo, era una sonrisa retorcida.

—¿Puedo acompañarte? — Lester negó y retrocedió unos pasos, esa mujer le daba miedo, se parecida mucho a la madre de Jack cuando la conoció.

—L-lo siento, tengo prisa—  retomó su camino pero aún lo seguía, no estaba seguro de si era la misma mujer, pero cada paso que daba estaba mas aterrado, nunca había sido el mas valiente y eso no le había importado, decidió regresar... Ya no tenia las mismas ganas de comer, ahora solo quería ir a casa, dormir y al siguiente dia ver esos ojos verdes que lo tranquilizaban.

Regresó lo más rápido que pudo, llegó y cerró con seguro, ahora si podría estar tranquilo... Fue a la cocina, tomó un vaso de agua y estaba dispuesto a ir a la cama cuando oyó la puerta abrirse, eso le aterró de nuevo, nadie entraba a esa casa para visitarlo, y menos forzando la puerta.

—Hola pequeño — reconoció esa voz de inmediato, era la misma mujer que lo seguía hacía apenas unos minutos.

—¿Q-que quieres?, ¿porqué me sigues?— Melany disfrutaba ver ese miedo borrando la tonta sonrisa inocente que había enamorado al hombre que quería, mientras Lester abrazaba su vientre tratando de proteger a su hijo.

—De ti no quiero nada, dudo que puedas darme lo que tanto quiero....pero si puedo alejarte de el— El pelinegro palideció al ver una afilada navaja, y la sonrisa en el rostro de la rubia le confirmaba que no era para nada bueno, rodeo con pasos lentos la pequeña mesa que estaba detrás de el para poder ganar un poco de tiempo, cuando tuvo la oportunidad salió corriendo, era muy difícil y peligroso porque su Vientre crecía mas cada dia, pero si se quedaba estaba seguro que su hijo ya no crecería dentro de el, ni el respiraría de nuevo.
Corrió lo mas que pudo, mientras la rubia caminaba tras el .... Fueron varios minutos pero para el pelinegro habían sido horas aterradoras, siempre que volteaba, la mujer seguía tras el con esa hoja afilada, recordó con pánico como esa mujer sonrió viendo el arma en su mano y su Vientre sucesivamente, no dejaría que lastimará a su hijo.

Ya era tarde, no había nadie cerca que pudiera ayudarlo, quizá habían personas comprando, o comiendo pero le faltaba correr un buen tramo y sus piernas ya no daban a mas, recordó una cabina de teléfono, desvío el paso esperando que la rubia aun lo siguiera y lo logró, se adentro entre los arbustos y cuando ya no la vio seguirlo retomó el camino anterior para Después meterse en la cabina y encerrarse ahí, podía estar en cuclillas y así no lo verían desde afuera, estaba oculto ahi aunque no a salvo, trató de recordar el numero que días antes Zenka le habia dado, no tenía tiempo para sacar conclusiones pero estaba casi seguro que su jefe sabia algo y por eso le exigía ser muy cuidadoso. Marcó el numero rogando que le respondieran la llamada o no sabría que hacer si esa loca desconocida lo encontraba.

—Hola— esa voz era un refugio para sus miedos, era su salvación.

—H-hola, S-soy L-lester...— con mucho esfuerzo formuló algunas palabras, el miedo, cansancio y falta de aire no eran de gran ayuda..
El rubio casi saltó de su asiento, estaba en su departamento lleno de papeles importantes en su oficina cuando recibió la llamada...

—¿Que pasa pequeño? ¿Estas bien?, —

—H-hay una m-mujer siguiéndome... Tiene una n-navaja —

—¿Donde estas? ¿Puedes esconderte en algún lugar? Estaré ahí pronto — hablaba mientras tomaba sus llaves, su saco y una pistola... Quizá la necesite

—U-una cabina, de t-teléfono.... Esta d-de camino a casa—

El rubio Manejo tan rápido como nunca lo había hecho, llegó y vio la cabina que el pelinegro mencionó.
Lester divisó un auto muy familiar detenerse, sabia quien era... Salió de su escondite, pensó que la mujer lo encontraría rápido pero parecía que se había perdido entre los arbustos.

corrió hacia el rubio que caminaba muy aprisa hacia el, cuando lo tuvo cerca lo abrazó como no lo había hecho con nadie más, ahora estarían a salvo.

—¡Alejate de el!— Zenka sintió el temblor del pequeño cuerpo que tenia en sus brazos, tomó al pelinegro y lo ocultó tras el.

—No te atrevas a querer hacerle daño de nuevo. No te lo permitiré — su voz era fría, Lester lo había escuchado solo una vez de esa forma,  el dia que llegó a la empresa y la secretaria se río de el, creyó que siempre sería así pero estaba equivocado, Zenka era un hombre dulce siempre le habló así, vio como su jefe sacaba una pistola por detrás de su cintura y apuntaba a la rubia con el.

—Señor Cahun por favor... No le haga daño a mi hija... La llevaremos lejos,  no la volverá a ver pero no le haga daño — Lester volteó y vio a una mujer mayor, rubia y de estatura baja también un hombre alto de cabello canoso.


'Amor 2×1,   (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora