Crisis; Marace

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Día 4 de la One Piece Week 2019

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Día 4 de la One Piece Week 2019.

Tema: Criminales.

Parejas (o no): Marace.

Por mucho que intentase pensar sobre ello, Marco era incapaz de creerlo

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Por mucho que intentase pensar sobre ello, Marco era incapaz de creerlo. Cuando conducía sentía la mente más despejada, pero en aquella ocasión era imposible. Con los últimos rayos del amanecer impactando contra sus ojos ya tenía suficientes problemas para mantener el vehículo en movimiento sin complicaciones, por lo que quiso borrar el tema de sus recuerdos, pero era mucho más difícil que lo anterior.

El volante estaba húmedo por el sudor que segregaban sus manos. Bajó las ventanillas de las puertas delanteras aunque con ello gastase más gasolina. Incluso su frente, su bigote, su espalda y sus axilas se sentía húmedos y viscosos, aunque nunca fuese un hombre que acostumbrase a sudar.

La radio no tenía buena señal en aquella autopista perdida en la nada; el pendrive con música no dejaba de recordarle cada uno de los momentos que había pasado a su lado, con él bailando en su asiento y canturreando alguna estupidez en inglés aunque no tuviese ni idea del idioma.

—Joder, ¿por qué estoy haciendo esto?

No debía estar dirigiéndose hacia allí; no debía dejarse dominar por sus instintos en medio de aquella situación tan peliaguda. Y una vez que llegase, ¿qué podría hacer?

Un flash cegó sus ojos turquesas por un segundo. Parpadeó y volvió a centrarse en la carretera y en el contador del coche—. Mierda... ¿Y si eso fue el radar? Solo me faltaba tener que pagar una multa... —Marco se mesó el cabello rubio de forma instintiva. Lo tenía rapado por los lados y alborotado y hacia arriba en la parte superior. Ace siempre había bromeado con que parecía una piña—. Una piña colada por ti... —El chiste más malo del universo, pero su chiste, el que repetían una y otra vez cuando coqueteaban entre bromas.

En el siguiente desvío había una vía de servicio con gasolinera, restaurante y hostal. Y una fábrica abandonada. Puso el intermitente derecho y fue descendiendo de sexta a tercera marcha, de una en una y prestando la máxima atención a cada cambio para que fuesen suaves y delicados. Con ello podría mantener la cabeza ocupada por unos segundos más antes de tener que bajar hasta primera y poner el freno de mano. El silencio repentino del motor lo aturdió y necesitó mantenerse sentado durante unos minutos para serenarse, agarrado al volante y con la frente pegada a los antebrazos.

Recopilatorio One Piece; one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora