TIEMPO

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Magnus pensó y pensó durante un buen rato intentando calmar su mente y convencerse así mismo que su esposo era muy buen luchador pero su mente le jugaba una mala pasada al traer el recuerdo de aquel joven a quien Sebastián le rompió la pierna aun cuando ya había hecho la señal de rendición, y nuevamente un escalofrío recorría su cuerpo, y volvía a llorar, mojando su almohada boca abajo hasta que escuchó la puerta abrirse, se dio vuelta en su cama quedando de frente y vio entonces a Alec parado junto a la puerta semi inclinado hacia ella, con notorias señas de haber llorado también y cuando pensó en acercarse Alec habló ...

_Magnus, se que ahora estás indispuesto, pero es necesario que hablemos_

_Alexander, yo..._

_Magnus, me siento muy triste por lo que pasó, no es bueno que tengamos desacuerdos por algo así, debes respetar mis decisiones y apoyarlas es así como se supone que funciona el matrimonio_

_ Lo sé, Alexander, solo_

_ Me duele que estes inseguro acerca de nuestra relación, y que a la primera diferencia de opiniones te alejes y me dejes con la palabra en la boca, por eso he decidido que lo mejor sería irme por un tiempo y así puedas analizar bien tus sentimientos hacia mi y si descubres que en verdad me amas lo suficiente como para confiar en mi y aceptar y respetar mis decisiones, entonces me buscarás y seremos una pareja más sólida..y si, por lo contrario, sigues sosteniendo que esto, lo nuestro ha sido un error entonces aceptaré tu decisión, sea cual sea_

_¿A qué te refieres con irte un tiempo? Alexander yo no necesito un tiempo, mucho menos ahora, hace una semana q llegamos de nuestra luna de miel, debes estar demente, o es que acaso eres tú quien quiere dejarme??_

_Te pregunté, Magnus, y no contestaste... claramente se nota que te arrepientes de estar a mi lado, de haberte casado conmigo, es obvio que crees q no te merezco, me doy cuenta por la forma en la que demuestras más confianza en las habilidades de Sebastián que en las mías, pero te juro que haré que te sientas orgulloso de mí_

Magnus se acercó lentamente hacia Alec tratando de mantenerse sereno y no demostrar el alto grado de desesperación y miedo que estaba experimentando, tomó las mejillas de su esposo entre sus manos, las cuales no dejaban de temblar, tratando de sostenerle la mirada que en ese momento era sombría las palabras que le había dicho eran tristes y le provocaban dolor en el corazón, sin hablar del miedo ya que le estaba pidiendo tiempo y eso era igual a  distancia y separación, y peor aún con la seguridad con la que lo decía parecía estar decidido. Magnus no estaba siquiera considerando esa opción, era obvio que no podía mantenerse lejos de Alec, y que éste había mal entendido su silencio...

_Alexander, mi amor, como puedes creer que dudaría de nuestro amor, si es lo más maravilloso que me ha pasado en la vida, si no hay un  minuto del día en el que no me pregunte ¿qué hice para merecer a un ángel como tú? Si cada ves que despierto y te veo a mi lado le agradezco a los dioses por ponerte en mi camino y hacer que nuestro amor sea la hermosa realidad que es ahora. No, cachorrito, definitivamente no quiero, no deseo, ni permitiré que te alejes de mí, no podría estar lejos de tí jamás, perdóname si mi actitud te hizo creer algo así, sabes bien que te amo con el alma_ Magnus abrazaba a su esposo rodeándolo de la cintura, y secó algunas lágrimas que habían vacilado en salir_ pero lo del campeonato me tiene preocupado y temo mucho por tí_
Alec se alejó nuevamente posicionándose junto a la puerta del baño, lo miró cansado y suspirándo le dijo:

_ ¿Por qué dudas de mi habilidad?, Magnus, te demostré lo bueno que soy, soy el campeón_

_¿Dudar de tu de tu habilidad?, Jamás lo haría, yo mismo sé que si ambos compiten con la misma ética y respeto a las reglas, seguro que tu ganarías, pero Sebastián no lo hace, él no lucha por honor él solo gusta del dolor del rival, y si él torturó a ese chico  quien no le había hecho nada; imagínate que te haría a tí. Recuerda que el siente que le robaste algo que quería y.._

_ ¡Qué nunca podrá tener! Magnus tú eres mío, quiero decir, eres mi esposo, mío, y él no debería siquiera imaginarte, ni pensarte, mucho menos desearte, porque si se te acerca un milímetro, seré yo quien lo mataré._

Alec dijo esto casi gritándole, el nunca superaría su posesividad.
Magnus haciendo uso de su seductora personalidad comenzó a repartir besos en el cuello de su esposo mientras le susurraba _ Soy solo tuyo,Alexander, tuyo y de nadie más_ una sonrisa se plasmó en el rostro de Alec, una sonrisa orgullosa y altanera que murió en la boca de Magnus mientras se besaban apasionadamente, Alec levantó a Magnus de las piernas y este las enrolló en la cintura del más alto dirigiéndose a pasos desesperados hacia una cama que si tuviera palabras nos tendría mucho que contar.

BAILANDO Y AMANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora