Nueva historia

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Al día siguiente Santiago se le declaró a Sara, ella aceptó y se hicieron novios.

Su relación iba del todo bien, transcurría de forma genial. Los amigos seguían saliendo juntos.

Los dos siguientes años de amistad y noviazgo fueron maravillosos, llenos de risa, amor, tristezas y más.

Hasta que llegó el día en que Alberto saldría del hospital, ellos no tenían ni idea de que ese día él saldría del hospital.

Todos habían quedado en que se veían a las 9:00 a.m. para desayunar. En el restaurante "Karma". Casi todos llegaron a ese restaurante a la hora acordada, Catalina, que ya iba una media hora tarde presintió que la seguían pues sentía una tensión inexplicable.

Llegó al lugar y les contó lo que le había pasado, José le dijo que no se preocupara, que tal vez era su imaginación.

Después de desayunar fueron al parque todos estaban muy felices, después del parque y jugar en él, se llegó la tarde y se fueron a comer a un lugar que estaba a unas cuadras de la casa de Alberto, esta vez Catalina vio a alguien que los espiaba desde otra mesa, sólo que no le dio mucha importancia. Al terminar de comer fueron al cinema a ver una película... Pero todo transcurrió bien, acabó la película, fueron a bailar a la discoteca y al terminar se fueron a sus casas todos, ya que al otro día tendrían que ir a la universidad.

Al otro día, en la mañana, ya todos estaban en el patio de la escuela esperando Catalina, pero no llegó, tocaron para entrar y la primera clase a José escuchó una conversación entre sus compañeros.

— Oye no vivo Alberto ¿Verdad?

— No, se suponía que iba a venir a inscribirse.

Entró el maestro.
— Buenos días alumnos, ¿No llegó Alberto?

— No, no llegó— dijeron todos y José preguntó a un compañero que había ido a la preparatoria con él:

— ¿Alberto Bustamante, el que golpeó a Sara en la preparatoria, Ramón?

— Sí, Pepe, ese mismo.

Al llegar el recreo se percataron de que la madre de Catalina estaba en la dirección hablando con el director. Ellos pensaron que se había enfermado y por eso faltó a la escuela. Al salir la señora de la dirección, le preguntaron:

— Buenos días señora. ¿Por qué no vino Catalina?

— Buenos días muchachos, y pues no sé, no sé nada de ella desde que salió de la casa, por eso vine a preguntar.

— Bueno, gracias señora, adiós, si llegamos a saber algo le avisamos.

— Adiós, gracias.

Los amigos muy sacados de onda se fueron a sentar a una mesa y todos estaban callados hasta que José dijo:

— Chavos, me acabo de enterar de algo.

— ¿Qué pasó?— dijeron Sara y Viridiana.

— Alberto, salió el domingo del hospital, escuché a Ramón decirle a un compañero.

Todos se preocuparon y Santiago sacó una conclusión.

— Oigan, si Cati no llegó a la Universidad, y su mamá no sabe nada de ella... ¿Qué habrá pasado? Ella no es así, ¿No la habrán secuestrado?

— No digas eso mi vida.

— Tal vez sí primo, porque ayer nos dijo que sentía que la seguían.

Las siguientes clases pasaron y a la hora de la salida fueron a revisar las cámaras de seguridad de la zona donde vivía Catalina y vieron en una grabación que unos sujetos en una camioneta se llevaron a su amiga.

— ¿Qué esa no es la camioneta de Alberto?— dijo Santiago.

— ¡Sí!— dijeron los demás.

Lo que no sabían es que algo malo se iba a desatar ese día...

𝐋𝐚 𝐒𝐨𝐦𝐛𝐫𝐚 𝐃𝐞 𝐋𝐚 𝐕𝐞𝐧𝐠𝐚𝐧𝐳𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora