La Calama Tras la Tormenta

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La oscuridad y la niebla parecían cubrirlo todo, pero en las penumbras se distinguía la silueta de un hombre alto y delgado corriendo con desesperación. A su lado, la única fuente de luz, un flareon le seguía el paso, emitiendo un tenue y fantasmagórico resplandor. Esta pareja corría a toda velocidad, persiguiendo a un enorme hipno que estaba a escasos metros de ellos, debían apresurarse, no podían perderlo, debían recuperar el precioso cargamento que llevaba en sus brazos. De pronto el pokémon lanzó una tétrica mirada hacia atrás, la escena se hizo borrosa, algo atravesó el pecho del hombre deteniendo su marcha en seco, la sangre tibia comenzó a fluir y se desplomó en el piso cayendo estrepitosamente. El flareon se acercó rápidamente hacia su entrenador, comenzó a gritar desesperado, no sabía qué hacer, la vida de su mejor amigo se escapaba frente a él. Dos lágrimas se escaparon de sus ojos, y lloró, lloró con la más profunda tristeza que puede expresar un Pokémon.... 

Gray abrió los ojos sobresaltado, una vez más su vista se había llenado de lágrimas ante aquella visión onírica. Hacía un tiempo ya que no tenía ese sueño, casi lo había olvidado, pero una vez más había retornado y aún más nítido que antes. Ahora podía ver con claridad a quien perseguía el hombre del sueño, ese hipno había robado algo importante para él, eso era una gran revelación, pero se preguntaba qué sería, porqué soñaba eso ¿Podría ver algún día la escena completa y entender su significado?

No se quedó mucho tiempo divagando en esto, comenzó a sentir que algo se movía entre sus brazos, Carmín estaba despertando. La joven abrió sus ojos lentamente, bastante somnolienta y un tanto confundida, no recordaba mucho del día anterior, intentó moverse pero vio que estaba atrapada por un par de brazos que la sujetaban firmemente, alguien la estaba abrazando. Algo nerviosa levantó la mirada hasta encontrarse con los negros ojos de Gray, quien la saludó con una sonrisa. Cuando se dio cuenta de que había dormido toda la noche abrazada al chico, no pudo evitar que los colores se le subieran al rostro y se apartó rápidamente de él avergonzada. Al peligris esto no pareció molestarle demasiado, le dio mucha risa ver aquella reacción en Carmín, hasta encontró que se veía linda y sobre todo, le alivió ver sus mejillas rosadas, era un color mucho más saludable que el pálido tono que tenían ayer. 

-Que... Que... ¡Que pasó! Por qué... Tú y yo... Estábamos... ¿Y dónde estamos?

-Tranquila tranquila, ya te explico ¿Qué es lo último que recuerdas?

-Pues... Shell y yo corriendo, la avalancha detrás de nosotras... Luego la nieve nos atrapó, creo que tú estabas ahí, tu lampent nos sacó de la nieve.... Y después nos pusimos a caminar, pero había mucho viento y copos cayendo y hacía frío, luego de eso todo se puso borroso y de ahí no recuerdo más...

-Bien...  Tal como recuerdas, el príncipe nos sacó de la nieve y luego nos pusimos a buscar un refugio, entonces te desmayaste y comencé a cargarte hasta que encontramos esta cueva, nos refugiamos aquí, el problema es que tú estabas muy mal, el príncipe calentó el lugar y para abrigarnos aún más dormimos abrazados... ¿En verdad no te acuerdas de nada? Ni siquiera de eso que me dijiste luego de que yo...

-¿Te dije algo mientras estaba desmayada? ¿Qué te dije? –Preguntó interesada

Al parecer Carmín no recordaba nada de su confesión del día anterior. Gray estaba a punto de decírselo pero luego se lo pensó mejor y prefirió callar, sería mejor declararse después de manera más formal, tal vez en algún lugar bonito y entregándole algún regalo, uno de los collares de Clover parecía una buena opción.

-No dijiste nada importante –contestó con una sonrisa que a Carmín le pareció muy sospechosa.

-Te dije algo vergonzoso ¿Cierto?

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