Capitulo 13

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El baile de máscaras, el baile del terror

Alaska

Llegó el día de hacer todos los preparativos del baile de bienvenida, ya noviembre se nos iba, de echo el baile se había retrasado por la logística. Con el comité decidimos la típica temática de baile de máscaras para que nadie se reconozca y los chicos recién llegados hagan nuevas amistades sin prejuicios.

Jenna, Mel y yo estábamos en el gimnasio de la escuela donde siempre se hacían los eventos, era bastante amplio, olía a desinfectante gracias al esfuerzo de nuestra limpieza y varios alumnos caminaban de aquí y allá arreglando todo.

-Chad esa silla no va ahí, ¡Jenna no te comas las ruffles! Dios mío dame paciencia que si me das fuerza los mato a los dos! - Mel le gritaba a todos dando órdenes a diestra y siniestra.

-Alaska puedes empezar a ordenar las luces con Dylan por favor. - ¿en serio no podía ser con otra persona? Menos...

Insoportablemente irritante

Miré con mala cara a Mel y me encaminé hacia Dylan. Él estaba en las escaleras tratando de arreglar la luces para que se vieran a penas las personas entraran pero no lo estaba logrando.

-¿Einstein sabes que las luces sirven para alumbrar no? En la posición que está no lo harán y no se verán cuando las personas entren – le señale la dirección.

-Si no vienes a ayudar dirígete a la cabina de vete a la mierda - me sonrió y guiñó un ojo.

-Bájate de ahí aborto de mono, yo lo hago de seguro nunca has hecho algo por ti mismo en tu vida - se bajó de la escalera y yo me dispuse a subirla sin morir en el intento cuando ya estuvo fija empecé a colocar bien la dirección de los bombillos –lo que me lleva a pensar ¿Qué haces aquí? - no lo estaba mirando pero sí sentía su filosa mirada.

-la verdad es que Jenna me pidió que la acompañara también para ganar unos créditos con el director. La vida de rico es difícil, dar indicaciones a todos cansa pero hacer el trabajo lo hace más - hizo una mueca y yo rodeé los ojos.

-Si pobre de ti hasta hablar es un esfuerzo - suspiré dramáticamente. Una duda que hace un tiempo rondaba en mi cabeza llegó a mí.

-¿Entonces Jenna y tú son muy amigos? - pregunté disimuladamente.

-¿Y a ti qué te importa? ¿No estarás loca por mí? No respondas sé que todas se mueren por mí pero déjame decirte que no eres mi tipo y sinceramente estas un poco flacucha. - se miraba el cabello con un espejo que ni sé en qué momento sacó.

Tras su comentario apreté los labios y traté de ignorar como me había llamado.

Seguí con mi trabajo y luego cuando ya todo estaba en su orden me bajé de la escalera y fui directo a hablar con Mel para ayudar en cualquier otra cosa. Dejé a Dylan atrás y ni me molesté en despedirme.

Hablé con Mel quién por cierto estaba muy estresada y me gritó mil cosas a lo que yo también le grité y terminamos peleadas. Sé que es por su manía a que todo sea perfecto pero tampoco tiene derecho a tratarme de la manera en que lo hizo.

Al final terminé vagando como alma en pena por el instituto; solo caminaba y leía las pancartas que encontraba a lo largo de cada pasillo ofreciendo cursos, clases particulares, clubes de diferentes temas y más cosas.

El instituto estaba desierto los únicos que nos encontrábamos en él éramos los encargados y ayudantes del baile y bueno como ya no quiero estar en ese lugar y mi transporte es Jenna tendré que esperarla. Camino directo a la cancha, al llegar me siento en una de las bancas mirando la extensión del área verde; está haciendo bastante calor mientras me doy un poco de aire con la mano y trato de refrescarme.

Las Mentiras Que Callas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora