Finnick y annie/ los juegos del hambre

capitulo 5

Había pasado tres meses de que había comenzado el años escolar, el tiempo había avanzado bastante rápido este año, era debido que este año me encontraba con mas actividades que hacer.

Principalmente el cambio mas grande eran las clases de educación física nos estaban matando, hasta nos habían cambiado los profesores por agentes de la paz, como me había advertido mi madre se le había subido el poder a la cabeza, no era raro que alguien salga llorando de la clase o reciba un golpe de ellos, la cual no es permitido, pero sabemos que para ellos no habían reglas, solamente tendríamos que tolerarlo, era una situación que me causaba bastante estrés.

Hoy a terminar una de esas clase eran por la tarde y mi  cuerpo no me daba mas, solamente quería ir acostarme durante horas, lamentablemente a mi casa no podía por que nadie se encontraba en casa y había olvídalo mi llave, así que hasta que vuelva no podría pasar así que decidí ir a la playa por un rato para acostarme bajo la sombra, hasta que mis padres vuelvan a casa.

Al llegar observo que no había nadie como siempre, así que me cambio rápidamente atrás de un árbol la ropa de entrenamiento por una pantalón holgado junto una rema y campera pues ya no asi tanto calor como antes en el distrito, lo cual extraña, al terminar saco la manta que siempre tenia guarda y me acuesto.

- como estas, rojita- me comenta Finnick mientras se sienta lado mio, no era raro que Finnick y yo nos encontremos aquí, nos habiamos vuelto se podría decir amigos.

- muerta- le digo- me duele todo el cuerpo no es humano.-Le comento.

Empieza acariciarme un poco el pelo- cuando iba al colegio nos obligan hacer eso- me dice.

- que suerte, dan miedo- Digo lo cual era verdad- cada vez están mas violentos.

-Trata de hacer siempre lo que te pidan, y no llames la atención así estarás bien.- Me aconseja.

- Suenas a mi padre.-Le respondo.

- El tiene razón.-Dice, siguiéndome acariciándome el cabello.

Finnick y yo últimamente, nos habías echo mas cercanos, no fue muy difícil, es un buen chico, específicamente me empezó caer mejor cuando dejo de lado esa actitud creída y falsa que aparentaba con los demás, podíamos hablar de todo execto de todo tenia relación con panen, nunca dijimos que no era un tema de conversación, pero ni siquiera había que aclararlo.

-hablemos de otra cosa, cuéntame algo le digo.- Para distraerme un poco.

- tengo que ir al capitolio unos días.-Me dice con un tono de tristeza.

- ¿cuantos?- le pregunto un poco preocupada por el, pues lo unico que sabia acerca de ese tema, que cada vez que volvía de capitolio, no era el mismo se encontraba triste, con los pasos de los días volvía hacer el mismo.

- mañana o pasado debo irme- me cuenta. hay una fiestas y estoy obligado asistir sabes como es esto, no se cuanto tiempo sera en especifico.

- no puedes negarte, sabes - me levanto para verlo en la cara, sabia que odiaba ir para alli por lo que ha contado- piensa que sera poco tiempo cuando te des cuenta estarás aquí nuevamente, en la playa, aguantadome.- le digo, tratando de animarlo un poco.

El me da una sonrisa- Pues aguantarte es una tarea bastante agotadora, sera bueno descansar de ti unos dias..

- lo se, ahora si me disculpas  me vuelvo acostar, que me duele todo el jodido cuerpo.

- sabes dicen que el agua calma los músculos.-Me dice, sabia a donde quería ir.

- sabes que eso para no es un opción.- Le digo.

- vamos Annie tienes que vencen tu miedo.- Trata de convencerme.

- Algún día lo haré Finnick, pero hoy no.-Le contesto mientras seguía acostada mirándolo a los ojos.

-como quieras, pero que tal si un día mientra nado me da un calambre y me estoy ahogando no te senterias culpable de que si hubieras vencido tu  miedo, capaz me hubieras salvado.

- Deja de manipularme, eso no funciona conmigo querido.

-Okay, pero cuando vuelva de mi viaje seguire y lo sabes.- me dice

-A lo mejor te dejo que me des unas clases, cuando vuelvas quien sabe.

Seguimos hablando por unas horas mas, me había pasado casi toda la tarde con Finnick, lo cual creo que fue lo mejor, algo me decía que no lo vería por un tiempo.