Piscina

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Sus ojos se abrieron para encontrarse con una cama medio vacía, el frio de un día en que el sol no había aparecido aun. Estiró sus brazos y luego la espalda tratando de no volverse a quedar dormido. Restregó su rostro con sus manos y suspiró. Salió de la habitación con la esperanza que su vecino aún se encontrara en el apartamento. Se vistió con su ropa de la noche anterior que ahora se encontraba con el aroma a limpio y el detergente que siempre estaba presente en Prem, lo rodeaba calurosamente como si de un abrazo se tratase. Tomó su móvil y se dispuso a irse a su propio apartamento pero un plato sobre la mesa de la sala y una hoja blanca lo detuvieron. Leyó con cuidado cada palabra que se encontraba escrita en la nota con mucho cuidado y una sonrisa en sus labios.

“Siento haberme ido sin despedirme, tuve que ir a trabajar.
Aun así en la nevera hay comida para ti. No olvides ir al club en la tarde
Prem.”

Justo como su mayor le había indicado, en la nevera se encontraba un recipiente desechable con su nombre escrito en él. Tomó el regalo entre sus manos y dejó el apartamento ajeno, casi se atraganta al ver unas hebras rosas esperando en la puerta de su hogar.

-¿Can?
Sus ojos rojos vieron directo a los suyos.- ¡Win!
-¿Qué sucede?- se agachó y colocó una de sus manos en el hombro del más bajo.- ¡Estas congelado!
-Y-yo lo siento.- su voz era grave, como si hubiese llorado toda la noche.- No quiero molestarte.
-Vamos adentro para que no mueras congelado.

La ducha seguía encendida y aun así el llanto del chico mayor seguía siendo claramente audible. Boun tenía erizaros los vellos de los brazos a causa de la horrible sensación que le provocaban esos lamentos. El chico de piel pálida, cabello rosa y triste sonrisa apareció debajo del marco de la puerta del baño. El rubio le indicó al invitado que se sentara en el viejo sofá. Secó su cabello pero no podía decir que lo haría con sus lágrimas.

-¿Qué sucedió?- trató de hacer que su voz sonara lo más amable que se pudiese.- ¿Qué hacías en mi puerta?
-¿Has escuchado algo de Mean?
-¿Algo como qué?
El chico frente a él suspiró.
-¿Discutiste con Mean?
-No con él… con la novia de Ohm.
El rubio se heló ¿De qué novia estaba hablando?
-Los vi besarse… a él y a Hwahwa en el patio trasero de la casa de Mean.- las manos que secaban su cabello se detuvieron una vez más.- Quise pedirle una explicación y esa maldita me detuvo ¿Sabes que estuve a punto de golpearla?
-¡Can!
-Lo sé… esa chica no tiene que ver conmigo y mucho menos con Mean… pero no pude evitar casi hacerlo.
-¿Y qué sucedió después?
-Dejé mis llaves y mi móvil en algún lugar… Ae y Pete no están en la ciudad y no tengo idea de porque estoy aquí.
-Can… ¿Ustedes están juntos?
Sus ojos hinchados giraron a verlo.- No.
-¿No?
-Estábamos saliendo… conociéndonos y ayer teníamos una cita.- su voz se quebró.- Supongo que fui muy ingenuo pensando que iba a gustar de mí.
-N-no llores de nuevo.- revolvió su cabello cuando notó que las lágrimas se estaban juntando nuevamente.- Trata de descansar ¿Sí? Puedes pelear de nuevo una vez te hayas levantado.
-¿Vas a dejarme quedar?
-¿Tienes a dónde ir?
Negó a tiempo que agachaba su cabeza.
-Está decidido… ¿Tienes hambre?

*Intervención de Boun*

El pequeño chico comió como si lo estuviese obligando y cuando al fin logré que se durmiera intenté llamar a Mean ¿Cuántas veces me arrastrará a sus problemas? Traté de comunicarme una vez más y me di por vencido. Llegué a la universidad aunque no tenía clases en la mañana, habían muchas preguntas y pocas respuestas. Busqué al chico alto con rostro de querer matar a todos a su alrededor, lo sorprendente es que no aparecía por ningún lugar. Vi a la distancia al presidente del club de gastronomía, me acerqué a él; sus hebras castañas peinadas hacia adelante para dar esa apariencia de niño tierno, sus ojos devorando un libro y su sonrisa pícara adornando sus labios.

1- Sex Tape - BounPrem -finalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora