The Loud House: Calma Y Caos (Terminada)

Viviendo El Presente (Epílogo)

Muy bien amigos... Es hora de empezar con el final.
Disfruten el epilogo.

....
Comenzaba otro día común y corriente en la casa Loud... Ya saben, su versión de "común y corriente", un alboroto por todas partes y mucho ruido por doquier.

Es curioso lo rápido que cambia todo, de verdad, jamás me había puesto a pensar en ello, hasta ese día en el que me vi frente al espejo y... Bueno, no podía hacerme el nudo de la corbata.

-Tonta cosa, amárrate de una buena vez. - decía un chico de cabellera blanca, que batallaba por amarrar su corbata de manera adecuada. - Definitivamente no voy a llegar a ningún lado así...

El chico salió de su habitación, en dirección al piso de abajo, lugar donde se encontraba otra de las habitaciones.

El niño empezó a tocar la puerta que estaba frente a él.

-Okey... Hora de tragarme el orgullo... - susurro el chico.

-¿Qué sucede? - se escucho una voz adulta del otro lado de la habitación, solo que con un tono un poco más nervioso de lo normal.

-Tengo problemas con el nudo de mi corbata... Podrías... Enseñarme a amarrarla. - contestó un poco apenado el pelo blanco.

-Logan Loud, ya casi tienes 13 años y aun no sabes hacer una cosa tan simple. - se burlaba la voz detrás de aquella puerta.

-Pues discúlpame por no saber usar una tonta corbata... Además, No es como si me las pusiera todo los días. - contestó el niño.

-Es importante saber usarlas.

Logan estaba a punto de responder, pero los sonidos que provenían de la habitación captaron la atención del chico.
Sonaba cómo si la habitación estuviera siendo demolida de adentro hacia afuera.

-Papá... ¿Qué rayos estas haciendo?. - preguntó Logan.

-Ahhh, nada, solo estoy... Buscando algo. - contestó Lincoln, con un tono aún más nervioso.

Logan simplemente cubrió su rostro con una de sus manos, soltando un leve suspiro en el proceso.

-Papá.

-¿Si?

-Por amor a la pizza, dime que no perdiste tu brazo otra vez.

-...

-Perdiste tu prótesis otra vez. Diablos papá, ¿Dónde la dejaste ahora? . - decía Logan, ahora ya totalmente alterado.

-Si supiera dónde la deje, creo que tu y yo no tendríamos esta conversación ahora. - contestó Lincoln.

-¿y qué? ¿No puedes llamarla con la mente?.

-¿Tengo cara de Ironman o que?...

( Nota del autor: Agregar a futuras historias, una prótesis que se active con la mente.)

-Papá, es un día importante, y si llegamos tarde, la Tía Lana nos va a asesinar. - contestó Logan.

-Ya lo sé... Solo... Dame un minuto.

Logan empezó a dar vueltas por las sala de la casa, hasta que el timbre de la casa sonó.

El niño corrió rápidamente a atender la puerta. Aún tratando de abrochar su corbata. Al abrirla, el niño se encontró con una mujer de cabellera rubia y un vestido elegante de color rosado.
Se trataba de Lola Loud.

-Ohhh... Ehhh... Hola. - contestó el chico, mientras miraba al piso del lugar, con una expresión avergonzada.

Lola vio de pies a cabeza al pequeño Loud, para inmediatamente soltar un leve suspiro.