my enemy lives with me ლ yeonjun ✔

O6

Me levanté un poco más temprano de lo que suelo hacerlo, visualicé mi muñeca y por suerte no quedó nada que dé una idea de que alguien me haya agarrado con fuerza.

No voy a negar que por primera vez en mi vida logré sentir cierto miedo hacia un hombre, más si se trata de un chico de mi edad.

Toda mi niñez me dediqué al karate, participé en varios torneos quedando siempre en el podio, la mayoría en primer puesto, por lo que me sería fácil defenderme.

Pero esta vez fue diferente, me sentí vulnerable y odio ese sentimiento, no hice tantos años de karate para que un pequeño acto me haga menos.

Solté un suspiro y me levanté, vistiendome cómodamente para la universidad para luego dirigirme a la cocina para comer alguna fruta para desayunar.

Mientras comía mi manzana, revisaba mi mochila que tuviera todo para entregar hoy, así tengo el fin de semana totalmente libre.

Tiré la fruta ya comida y tomé un poco de agua, al darme vuelta, me encontré con un Yeonjun... ¿triste?

– L-Lo siento Swith, no fue mi intención reaccionar así – dijo con un tono avergonzado. Aguanté mi risa ya que se veía ridículo pidiendo disculpas, solté un leve suspiro para relajarme y asentí con la cabeza.

– Ya te lo dije, que no se vuelva a repetir – respondí seriamente y guardé la botella de agua en el refrigerador para así agarrar mi mochila.

– Lo sé, ya pude reemplazar la botella – lo miré sorprendida – no preguntes cómo –

Me encogí de hombros tratando de mostrar indiferencia y empecé a caminar hacia la salida de la casa y así tomar el bus para ir a la universidad.

Esta vez... Yeonjun no se subió.

. . .

Mientras les contaba a Jihyo y Nayeon lo que pasó anoche, pude notar al pelinegro llegar en el auto de uno de sus amigos. Al menos vino, ¿no?

– Algo me dice que tu vida será como el de una película – comentó la primera con un tono infantil, la miré con confusión.

– ¿A qué te refieres? –

– No te hagas la tonta _______ – esta vez habló Nayeon, giré mi mirada hacia ella, aún sin entender, soltó un suspiro y colocó sus manos en los hombros.

– ¿Por qué nunca las entiendo? – dije soltando un suspiro de frustración.

– Escucha _______ , en las películas suele pasar que cuando tu rival o alguien que te cae mal de las casualidades de la vida se muda contigo, suele ocurrir romance a través de peleas, convivencia, discusiones y entre otras cosas más – empezó Jihyo.

– No digo que pueda sucederte, pero en la mayoría de las veces suele pasar, solo... te deseamos suerte – terminó Nayeon con una pequeña sonrisa de lado.

La última me soltó los hombros y comenzamos a caminar hacia nuestra respectivas clases, yo a la sala de profesores para entregar los trabajos e ir a mi última clase.

Eso es lo bueno de los viernes, solo tengo dos horas de clases que son de refuerzo y puedo irme a casa. Estas son opcionales de si quieres ir o no, yo voy para estar 100% segura de que no entendí nada mal o al revés como a veces me suele pasar.

. . .

Una vez en casa, fui al patio trasero a nadar un rato en mi piscina climatizada, ya que me sentía en paz y con ganas de disfrutar el fin de semana a mí manera.

Dormir, comer, ver películas y leer libros.

Creo que cualquiera diría que es aburrido, pero para mí es mi única manera de disfrutar sin desviarme de mala forma de mis estudios. Por lo que escuché, una vez que empiezas a ir a fiestas, te vuelves adicto y puede cambiar tu vida drásticamente.

Detuve mis pensamientos al escuchar que algo se cayó dentro de la casa, salí de la piscina, rodié mi cuerpo con la toalla que había en una silla y entré.

Era Yeonjun desmayado en la cocina.

Me acerqué sigilosamente y empecé a visualizarlo, tenía varios golpes en el rostro, tenía un ojo morado, las dos cejas y su labio superior partidos. Visualicé sus nudillos y estos estaban morados y llenos de sangre.

Lo cargué pasando uno de sus brazos por mis hombros y lo llevé al sillón, busqué el botiquín para así comenzar a tratarlo suavemente, sería un golpe muy bajo a mi orgullo si me llega a ver que lo estoy "cuidando".

Una vez que lo dejé "curado", cerré el botiquín y fuí nuevamente a la piscina. El toque del agua me hizo dar cuenta de lo que acabo de hacer.

¿Por qué lo ayudé?