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Uno de los profesores de la carrera de Psicología, el señor Kun, y yo estábamos en el hospital. Cuando llegamos, Yeonjun estaba pálido y tenía hemorragia nasal en las dos fosas. Su estado estaba bastante preocupante. Le mandé un mensaje a In-Yeop avisando lo ocurrido y por suerte se lo tomó a bien.

Una de las enfermeras entró a la sala donde se encontraba el contrario con unos papeles. Segundos después, llegó la mamá de Yeonjun corriendo. Respondí a todas sus preguntas y le brindé un abrazo para tranquilizarla.

Luego de unos minutos, el doctor Geon salió de la sala con un registro en sus manos, la señora Choi y yo nos paramos para escuchar atentamente al doctor.

– Buenas tardes, soy el doctor Geon, el que atendió al paciente Choi Yeon-jun, pudimos bajar la fiebre, se dió a que no tomó agua por una cantidad de días considerables y no tenía azúcar en la sangre, ya le colocamos un suero así que está por el momento estable. Le hemorragia nasal se dió por la fiebre alta y logramos retenerla, en 5 minutos podrán pasar a verlo – hicimos una leve reverencia en forma de agradecimiento y el mayor se retiró al igual que el profesor Kun, quién deseó una buena recuperación a Yeonjun.

La señora Choi y yo nos quedamos sentadas en el pasillo de espera totalmente en silencio, era un poco incómodo para ser sincera.

– Señorita Smith – dijo finalmente.

– Le dije que no me diga así – sonreí levemente.

– Cierto, lo siento – suspiró y me miró – Sabes... nunca ví a Yeonjun sonreír de forma sincera desde que empezó la Universidad... pero... cuando llegamos a tu casa... se volvió más alegre y motivado por lo que quería lograr –

Solo me dediqué a escucharla con atención, no se me ocurría decir nada y creo que tampoco debería hacerlo, capaz y solo quiere desahogarse. Solo responderé si me hace una pregunta.

– En estos días, su escritorio está lleno de cartulinas recortadas, flores y marcadores de diversos colores... creo que por fin encontró un objetivo amoroso que hace olvidar sus problemas... y su orgullo... – me miró sonriendo muy apenas – Cómo me gustaría saber quién es la chica... ¿tienes alguna idea de quien puede llegar a ser? –

Quedé totalmente asombrada ante lo que me acaba de decir, entonces... ¿es Yeonjun quién me manda esas cartas con frases totalmente románticas? ¿en serio olvidó su orgullo para hacerlo?

– No conozco mucho a Yeonjun, no sabría que responderle, lo siento – respondí.

Capaz que él está en estas condiciones porque no le correspondo, ahora que lo pienso, ¿y si me pidió el abrazo porque sabía que se iba a desmayar? Ash, qué estúpida fuí.

– Sé que mi hijo es un chico que le gusta estar con muchas mujeres, no lo niego, pero... la chica que le gusta ayudó en su ira, cuando se enoja conmigo, automáticamente se calma cuando ve su escritorio –

– Señora Choi, puede pasar a ver a su hijo – interrumpió la enfermera. La mencionada rápidamente se paró y se adentró a la sala.

Yo quedé en el pasillo de espera totalmente en shock, ¿en serio causé ese tipo de impacto en el corazón de Yeonjun? Es algo de no creer, en serio, o sea, el chico más egocéntrico se enamoró de su competencia. ¿Qué debo hacer ahora? ¿qué puedo decirle? ¿como lo voy a ver a la cara?

Poco después, la madre del contrario salió y me miró con una pequeña sonrisa.

– Quiere verte – asentí y me levanté del asiento – Intenta subirle ánimo, por favor – evité hacer preguntas ante su pedido, solo le dediqué una leve sonrisa y entré a la sala.

Cuando lo visualicé en esa camilla, con suero intravenoso inyectado y unos pequeños tubos en sus fosas nasales, claramente sentí mucha preocupación ante dicha imagen, me acerqué y me senté a su lado.

– Hola Swith – me miró soltando una pequeña risa.

– Hola Choi – reí con él – ¿Cómo te sientes? –

– Estuve mejor – comentó soltando un suspiro – Perdón si te molesté –

– Para nada – negué con la cabeza, pensé seriamente si preguntarle o no, capaz y era algo que no le gustaría hablar, pero es mejor arriesgarse, creo – ¿Qué te pasó? –

Se sorprendió notablemente ante la pregunta, y desvió su mirada a su mano derecha, donde estaba el suero inyectado, impulsivamente, coloqué mi mano sobre ella en intento de transmitir algo de tranquilidad a si mismo, no quiero que se sienta presionado.

– Está bien si no quieres hablar –

– No – dijo inmediatamente, sorprendiendome – Quiero decirtelo, solo que estoy organizando mis palabras – me miró con una pequeña sonrisa de lado.

Luego de unos segundos, agarró mi mano que estaba apoyada en la suya y dirigió su mirada directamente a ellas, sin darme cuenta, también me las quedé mirando. ¿Quién diría que de esas manos largas y dedos finos hay un chico con problemas de ira? ¿buscando atención de su padre? ¿haciendo lo imposible para ser el mejor y encajar?. Ahora que me pongo a pensar en todo lo que él vivió, realmente es un chico que no me gustaría dejar solo.

– Hace mucho tiempo no me afectaba el rechazo de una chica – comenzó, aún mirando nuestras manos, una abajo de la otra – No se por qué me dejo afectar tanto si se supone que ahora soy un chico que puede con todo, que no le importa nada ni nadie –

Sus ojos se llenaron de lágrimas después de decir lo último, lo miré sin saber exactamente que decirle.

– Desde que entré a la Universidad solo le doy importancia en hacer todo lo posible para recibirme con las mejores notas y poder decirle a mi papá en la cara que sin él puedo lograr todo – cerró los ojos, evitando que las lágrimas salgan – Pero mi madre me hizo entender hace segundos que sin él no soy nada, ni nadie, soy un desastre, me dejo afectar por todo desde que él se fue, soy... esto –

– No es cierto – dije rápidamente – No eres un desastre Choi – tomé una bocanada de aire para así hablar con cero impulsividad – Creo que eres un chico genial que se supera así mismo para sentirse completo, y si sos alguien, sos Choi Yeonjun, el chico con el mejor promedio de la Universidad, que ayuda a quien quiere, escucha a los que le importa y busca ser una mejor persona cada día –

Sus ojos llorosos me miraron con sorpresa, sentí cierta vergüenza al decirle tantos cumplidos al punto de que se presenció aquel ardor en mis mejillas.

– Choi, está bien que busques a personas para no sentirte solo, pero... evita hacerles sentir que son temporales, o que son usados de consuelo – tomé una pequeña pausa – Así me sentí yo, por eso no te puedo tomar en serio el hecho de que me amas sinceramente –

– Swith –

– Yeonjun – lo interrumpí rápidamente – Estás perdonado, no hay rencor... pero deja de buscarme, si necesitas desahogarte, despejarte, intentaré estar para tí... pero ya no me busques, no te hace bien –

Me acerqué a darle un beso en la frente y solté sus manos, dedicandole una sonrisa sin desviar mi mirada de él.

– Sigue siendo el Yeonjun que admiro – me levanté de la silla y me dirigí a la puerta para así salir de la sala.

Espero y esta vez encuentre lo que le hace bien.

my enemy lives with me ლ yeonjun ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora