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Jolyne se encontraba en problemas, otra vez había quedado en la oficina del director y realmente no sabía cómo huir ahora, ella ya había jugado mucho con la paciencia del hombre mayor y se daba cuenta cuando llegaba en las mañanas podía percatarse sobre cómo él la miraba con total desprecio.

-¿Me escucho señorita?- Él estaba frente a ella parado derecho, su pecho muy al frente y sus manos detrás de su espalda haciéndose creer un militar, a Jolyne le causaba gracia porque él era bajito y tan arrugado como una pasa, le recordaba a su bisabuelo -No, no lo hizo, es la última vez que le diré.

Ella solo asintió con desdén, aunque le preocupaba no lo podía tomar en serio por su apariencia además que ya llevaba muchos reportes cuando se supone que al tercero te expulsa y era un hecho que sus padres no estaban dispuestos a lidiar con lo que ella estuviera haciendo.

-Quiero en este instante el número de su tutor, ni se le ocurra darme otra vez el de algún restaurante o el número de una lavandería- Jolyne mordió su labio para evitar sonreír, ese día de la lavandería el director terminó regañado ya que la mujer pensó que era una broma telefónica -Lo quiero ahora o la expulsare en este instante.

-Lo siento, pero mi mamá no tiene tiempo para eso.- Se cruzó de brazos con una sonrisa burlona, se supone que ya todo estaba en el cargo de ella y él no podría meter a su papá en esto.

-Lo sé, su madre nos aviso que ahora vive con su familia paterna- Ahora él sonreía -Así que, si no es mucha molestia- Pidió mientras levantaba el teléfono de su base listo a marcar.

La chica con eso supo que las ideas se acabaron, estaba perdida, no estaba dispuesta a darle el número de su padre era más probable que ella envejeciera a que él contestará, su madre la regañaría y realmente no tenía a nadie más en mente. No le quedó de otra que recurrir a su plan de emergencia.

-**** *** 0997- Contestó al azar, deseando que ese número existiera o sino, imaginaba al anciano capaz de ir a su casa y decirle a su padre todo -Es el número de mi tío- Añadió a su respuesta.

El mayor marco los números mencionados en el teléfono y esperó, incluso Jolyne estaba impaciente con la respuesta.

-Buenos días señor- Jolyne se sintió ligeramente más ansiosa -Le llamó del Colegio Green Dolphin para notificarle del comportamiento de su sobrina- El hombre la miró con una sonrisa que parecía más malvada que amable, ella solo sonrío esperando verse despreocupada -Me encantaría que viniera en este momento, ya que así sirve para que me firme unos reportes y...-Guardó silencio escuchando la respuesta -¿Vendrá?- Jolyne tragó saliva, no solo había salido de un problema, se metió en otro y con un desconocido -Perfecto, aquí lo espero- Colgó y la sonrisa que tenía ahora daba más miedo que antes -Espera afuera si gustas, linda.

Al instante ella salió y se sentó cerca de la secretaria quien la esperaba con un vaso de agua como si eso la pudiera calmar. 'Oh carajo' pensó, ¿Qué diablos acaba de hacer? Mejor dicho ¿Quién pudo contestar? Al menos si fue un hombre y lo suficientemente convincente para que el director estuviera satisfecho, tomo su vaso de agua mientras su mente imaginaba sus ventajas o desventajas con todo esto.

El tiempo pasaba algo lento o así lo sentía ella, escuchaba como el reloj sonaba minuto que avanzaba y con lo fría que era la oficina la hacía estar más que impaciente y no le quedaba más que morderse las uñas lamentando ya que la noche anterior se las había pintado con su esmalte nuevo.

En ese momento, entró alguien que captó su atención, era un hombre alto, de cabello rojo con un peculiar mechón rizado, llevaba un suéter negro con cuello de tortuga, tenía un saco verde y unos pantalones caqui, le pareció curioso que incluso llevaba una especie de corsé y unos peculiares aretes con forma de cereza, estaba hablando por teléfono.

Cómplices.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora