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Jotaro había pasado por mucho estas últimas semanas, se acercaba una fiesta de la sede en la cual le han dado la tarea de decir unas palabras por los grandes avances en las que él ha sido parte, tenía que ayudar a los nuevos u otros que necesitaban una afirmación o corrección en algún trabajo y por si fuera poco tenía que cumplir con su rol de padre en casa, se sentía cansado y aunque las ansias de fumar o beber lo atormentaban se mantenía sobrio, después de todo, desde que supo de Jolyne dejo todo eso para que ella viviera bien y lejos de aquello.

El pobre sentía como su interior era todo un remolino de emociones, además el tiempo estaba pasando demasiado rápido y otra vez se alejaría de su hija y por si fuera poco, cada vez que están juntos siempre terminan peleando o simplemente ya no intentan seguir la conversación por lo tensa que se puso. Para su suerte, ahora cuenta con Kakyoin y aunque no quiera admitirlo, desde que llego pareció hacerse demasiado unido a Jolyne algo así como que ella lo viera como un apoyo a falta de tener a su mamá cerca, aunque la llamara, definitivamente no era lo mismo y él lo sabía bastante bien.

Ahora se encontraba en la costa cerca de la orilla entre la arena y el mar, desde hace tiempo lo había considerado su lugar seguro así que cada vez que se sentía mal consigo mismo o como estaba llevando su vida venía aquí... que básicamente era casi todos los días, estaba consciente que las decisiones que había tomado y su poca habilidad de expresarse lo metían en problemas, hace poco había intentado salir con alguien pero realmente se sentía obligado porque bueno, después de todo lo quería hacer por Jolyne para que no estuviera preocupada por él antes de que se fuera. Mientras su mente divagaba en todas esas situaciones, una pequeña ola llegó con un poco más de fuerza que logró golpear sus pies descalzos.

-Buena distracción...- Murmuró para sí mismo, dirigió su vista al frente para observar la vista, las grandes nubes en el cielo azul y el Sol ni siquiera lo molestaba, en realidad, sentir el calor y a la vez lo fresco del mar lo relajaba, dio un gran suspiro como si eso podría llevarse sus penas y sonrió, realmente era lo que necesitaba de vez en cuando. Ya estando relajado estaba de camino a su auto a secarse y ponerse de nuevo los zapatos pero el tono de llamada de su celular captó su atención así que se detuvo un momento a contestar.

-Buen día, Kujo al habla- No se fijó en el número pero por la hora pensó que sería del trabajo por lo regular eso era lo que lo devolvía a la realidad.

-Jojo- Era su abuelo, él junto a su madre le seguían llamando por ese apodo -¿No vendrás a comer, muchacho? Se está haciendo tarde.

-¿Comer?- Pudo escuchar de fondo como Avdol le decía que Jotaro vendría después, que le permitiera hablar a él y aunque escucho las quejas de su abuelo, termino accediendo -¿Qué está pasando?

-Bueno, no sé si recuerdas pero ya estamos por irnos y dijiste que vendrías a comer antes de eso y no llegaste- Jotaro hizo memoria, se puso a pensar que hizo ese día y fue cuando estuvo hablando toda la mañana con Kakyoin, sintió como su rostro se calentaba de la vergüenza por haberlo olvidado -Así que ahora tu abuelo anda preocupado.

-Es cierto, perdón no sé donde traigo la cabeza- Bueno, quizá si sabía pero no estaba dispuesto a pensar en eso -¿Te parece que les lleve algo?

-No- Contestó Avdol -Tu abuelo despertó temprano y él mismo preparo algo ¿No tendrás problemas con tu trabajo?.

-No importa, yo veré que les digo para justificarme- Suspiro cansado -Ya voy para allá.

Se despidieron y acabo la llamada, Jotaro ahora más apresurado empezó ir a su auto y empezó una nueva llamada para avisar que no llegaría ese día.

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⏰ Última actualización: Oct 22, 2021 ⏰

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