Destino

Confesión

Habían pasado dos semanas desde mi encuentro con Kathy en la playa, desde ese día me había acercado más a ella, solíamos quedarnos horas hablando fuera del horario de clases, ella me volvía loco. Su larga cabellera, sus ojos, su forma de ser, todo en ella me encantaba. Si bien había estado con otras chicas casi obligado por Roger nadie me la sacaba de la cabeza, la pasaba bien pero no eran Kathy, con ella podía ser yo mismo, dejar de lado me perfil de profesor y cazador. Ser simplemente Jack.

Amaba nuestros roces, miradas y sonrisas, en esos momentos sentía que Kathy era feliz, a pesar de todo ella seguía siendo un misterio, no sabía de sus padres, seguía preguntándome por sus cicatrices, etc. En resumen, no conocía del todo a Kathy, lo que me hacía quererla más, me hacía querer descubrirla por completo. Parte de mi sabía que enamorarme de ella estaba mal, es decir, yo era su profesor, ella era una alumna y nos llevábamos siete años de diferencia, pero la otra parte se apoyaba en el hecho de que más allá de todo éramos personas.

Siempre trataba de estar, aunque sea un par de minutos con ella, oír su voz, ver sus expresiones, ver lo nerviosa que se ponía a veces al estar juntos, etc. Esos momentos eran muy bonitos, ella era muy bonita. A veces cuando nos tildábamos viendo al otro, yo empezaba a acercarme con la intención de probar sus labios, ella lo hacía a la par, pero siempre algo interrumpía el momento y volvíamos a la realidad. Estaba casi seguro de ella sentía lo mismo que yo, aunque en ocasiones se mostrara indiferente, el fuerte latido de su corazón la delataba.

Pasaban los días, ya no disfrutaba las salidas con Roger, si bien nunca las había disfrutado del todo ahora menos, solo quería estar con Kathy. Siempre era lo mismo con Roger, ir a un bar, buscar chicas y luego tener sexo, en varias ocasiones yo me quedaba solo en los moteles y él se iba con las chicas.

Una tarde de viernes Roger estaba buscando un buen bar o un club de strippers para que vayamos, yo estaba ayudando desde lejos a unos colegas con un caso, de repente él apareció y dijo:

- Hermano ya sé adónde vamos a ir este fin de semana, al bar "Sind Kultur". Ese bar tiene las mejores chicas del condado.

- Lo mismo dices de todos los bares a los que vamos.

- Lo sé, pero esta vez es en serio.

- Hermano estuve pensando.

- Oh, eso nunca es bueno.

- Ya no disfruto saliendo todos los fines de semana.

- ¿Alguna vez lo disfrutaste?

- Algo así, pero ya me resulta agotador y aburrido.

-Genial, ya te convertiste en abuela.

- Hablo en serio hermano.

- Yo también, suenas como una abuela.

- Roger es en serio, ya no quiero que salgamos todo el tiempo.

- Lo siento amigo, eso no va a poder ser. Te dije que tenías que sacarte a Kathy de la cabeza y lo vas a hacer. Así que prepárate que mañana salimos ni bien terminemos de dar clases.

- No, esta vez no cuentes conmigo Roger.

- ¿Qué demonios te ocurre?

- Ya te dije, me cansé de salir todas las semanas.

- Es por Kathy, ¿Cierto?

En ese momento me puse nervioso, claro que era por ella, pero sabía que su reacción no iba a ser nada buena. Mientras buscaba la manera correcta de decírselo Roger llamo mi atención.