Pasaron los días, Jack salía con Roger casi todas las semanas, las clases aumentaban y apenas me cruzaba con el fuera de clases, Clare y yo ya no hablábamos, a veces la extrañaba, pero el dolor que había causado en mí y mi propio orgullo eran mayores. Sin embargo, aprovechaba mi tiempo leyendo, investigando, entrenando y perfeccionándome cada día más. Estaba decidida a transformarme en la mejor cazadora de mi generación y acabar con ese hijo de perra. Pero más allá de ese objetivo, esos sentimientos seguían rondando en mi mente. Cada vez que lo veía no podía evitar perderme en su mirada e imaginar escenarios imposibles. Estaba completamente enamorada, lo que era insoportable, yo no quería estarlo, pero solo había pasado.
El poco tiempo que pasaba con él, mi corazón latía a mil por hora, ese maldito cosquilleo en mi estomago era demasiado fuerte y solía ponerme nerviosa estando a su lado, era una maldita niña enamorada. Lo peor no era eso, sino que en muchas ocasiones ambos nos tildábamos observando al otro, nuestras miradas se cruzaban y todo nuestro alrededor desaparecía, como iba a poder dejar de sentir si me sentía tan bien a su lado y moría por probar sus labios. Si me abrazaba por la causa que sea me sentía tan segura, todos mis recuerdos se iban y era como estar en el océano, era sentir esa libertad.
Los días seguían pasando y nuestros acercamientos eran mayores pero breves, había más roces, abrazos, intercambio de miradas, etc. En más de una ocasión, durante mis caminatas nocturnas me había encontrado a Jack y nos habíamos quedando charlando por un buen rato, esos momentos eran hermosos, y por un instante no teníamos que pensar en el resto, solo éramos él y yo.
Una tarde de sábado, luego de entrenar bastante decidí irme a la playa a descansar, estaba cansada y dolorida, así que tome una mochila, compre un par de cervezas, agarre un arma y me fui allí. Solía ir a zonas de la playa donde no había gente, ya sea una escollera o cerca de los acantilados, allí no solía haber nadie, lo que era más relajante para mí. Camine por la playa hasta llegar a una escollera, me senté sobre las rocas y empecé a beber, el sonido de las olas, las aves, las personas bañándose a lo lejos y el hermoso horizonte hacía que me olvidara de pensamientos negativos y recuerdos hirientes, en ese momento solo éramos el mar y yo.
Mientras navegaba en mis pensamientos percibí un ruido no muy lejos de mí, automáticamente me puse en alerta. Tome la mochila, me oculte tras unas grandes rocas que allí había y levante mi arma, cuando note que alguien se acercaba, salí de mi escondite, la apunte y note que ese alguien era Jack:
- No me dispares, soy yo.
Aun en alerta y apuntando dije:
- Cristo.
Él no tuvo reacción, por ende, no era un demonio, solo tenía que hacer que Jack tocara algo de plata para asegurarme de que no sea un transformista, aun apuntando saque una pequeña navaja de plata de mi bolsillo, se la estire para que la tocara.
-Kathy soy yo.
- Toca la navaja.
- Esta bien.
Él la toco, no tuvo reacción, baje mi arma, guarde la navaja y pregunte:
- ¿No sales con Roger?
- Hoy no, le surgió algo y no vamos a salir por suerte.
- ¿Por qué "por suerte"?
- Estoy agotado.
- ¿Mucha acción?
Jack rio y añadió: La suficiente.
Le devolví la risa y dije:
- ¿Qué haces por aquí?
- Simplemente salí a caminar y te vi a lo lejos.
- Vayacoincidencia- reí nuevamente.
- La verdad que si- él rio y me observo con sus hermosos ojos verdes.
- Entonces.... viniste a esta playa y a esta zona.
- Si.
- ¿Por qué aquí?
- Es tranquilo y me gusta.
- En eso tienes razón, es super tranquilo- Volví a sentarme en donde estaba a ver el océano – El océano es mi lugar favorito, aquí es como si todo lo malo desapareciera.
Jack se sentó a mi lado y añadió:
- Es verdad, cuando estoy en la playa me olvido de las cosas que hice y las personas que perdí.
- ¿Perdiste a muchos?
- A algunos muy importantes.
- Debe ser horrible.
- Si, lo es. Pero trato de no pensar en eso.
- Si te sirve de algo, no eres el único que perdió personas.
- ¿Tú también perdiste?
Cuando me pregunto eso me quede helada. No estaba lista para confiar demasiado en él, aunque por dentro moría por decirle toda la verdad. Al no saber cómo reaccionar tome mi mochila y saque dos cervezas. Le ofrecí una, él acepto, levanté mi botella y dije:
- Por aquellos que ya no están- Chocamos las botellas y empezamos a hablar de otras cosas. Estuvimos un buen rato hablando y riendo, durante esos momentos hubo mucho contacto físico, miradas, sonrisas, chistes de doble sentido, etc. Nunca me había sentido así de feliz luego de la muerte de mis padres, que podía ser mejor que el mar, unas buenas cervezas y el chico que te gustaba.
Tanto nos entretuvimos que se nos hizo la hora de volver a la academia, en la caminata de regreso los roces y miradas fueron mayores. En un momento caminábamos como si estuviéramos borrachos, nos chocábamos entre nosotros y estábamos super conscientes, no habíamos tomado tanto, a pesar de que era un poco vergonzoso fue divertido. Al llegar a la academia nos quedamos hablando un poco más hasta que se hizo la hora de la cena.
Los días próximos las cosas entre Jack y yo cambiaron, pasábamos más tiempo juntos cuando podíamos, solíamos tildarnos mirando al otro aun en clases, fuera del horario de estas pasábamos horas hablando, la química entre nosotros era mayor, etc.
En más de una ocasión cuando estábamos juntos Roger llamaba la atención de su amigo y lo ponía a hacer diferentes cosas, desde tareas serias hasta las más estúpidas, era como si quisiera alejarlo de mi por una razón que aún no tenía clara.
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Destino
Fantasy"Destino" es la primer entrega de la trilogía "Region misteriosa" En ella seguimos la historia de Kathy Miles, una joven cuyo destino se vio afectado luego de que algo inexplicable se llevara a sus padres. A lo largo de estas tres novelas veremos co...