v e i n t i d o s

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~ c a p í t u l o ° n a r r a d o ~

Kurt jadeaba levemente bajo el tacto de Sebastian, quien acariciaba su cuerpo a la vez que besaba con dulzura sus labios. Estaban en el vestuario, en las duchas, con exactitud. Acababan de terminar su entrenamiento y aprovecharon el ser los únicos chicos que se habían presentado ese día en la práctica para poder disfrutar un rato de la compañía sexual del otro.

-Dios... -jadeó el ojiverde mientras marcaba el cuello del ojiazul- me encantas tanto, maldita sea.

-Joder, Seb...

Y Kurt hubiera amado terminar aquello que estaban haciendo, y pensaba hacerlo hasta que recordó que cierto rizado debería estar esperándole fuera.

-Mierda, mierda, mierda.

Kurt se separó de forma bruta y rápida de Sebastian, apurándose a tomar su toalla y secar su cuerpo lo más rápido que podía.

-¿Que sucede?

-Tengo tutoría, debo irme. Me están esperando fuera.

-¿Me estás cortando la follada por el imbécil de Anderson?

-"El imbécil de Anderson", como tú le dices, me ayudará a mejorar mi promedio -habló el ojiazul mientras se colocaba la camiseta rápidamente-. Y créeme que mi futuro es más importante que si follamos o no, imbécil.

-Te calmas -Sebastian subió un poco la voz, mientras Kurt terminaba de calzarse el pantalón y comenzaba con las zapatillas-. Que espere un rato más, al fin y al cabo él no sabe cuánto te tardas aquí.

-No, lo siento -el castaño terminó de cambiarse bajo la atenta mirada del ojiverde-. ¿Te veo mañana a la noche?

-Sí -respondió el ojiverde aún algo enfadado-. Trae algo de alcohol. Te espero a eso de las nueve.

-Bien -terminó Kurt. Se acercó a besar al ojiverde, quien profundizó un poco más el beso antes de dejarle ir-. Te veo mañana.

-Adiós, suerte en tu mierda con Anderson. Te arrepentirás de no dejarme follarte.

-Lo que digas.

El castaño salió del vestuario algo agitado. Chocó rápidamente con la mirada del chico de rizos, quien le miró algo aburrido.

-¿Quién tarda más de quince minutos en ducharse y cambiarse?

-Solo han sido veinte minutos, no te quejes.

-Han sido exactamente treinta y siete minutos desde que entraste al vestuario.

-¿Los has contado?

-Eh... Sí.

Blaine se sorprendió a sí mismo entablando conversación rápidamente con Kurt camino a la casa del ojiazul.

Al llegar allí, Blaine enseguida notó que la misma estaba vacía, probablemente señal de que sus padres estarían trabajando.

-¿Quieres algo? -preguntó Kurt repentinamente.

-¿Qué?

-Que si quieres algo -repitió el ojiazul-. Para comer o beber.

-Oh. No, gracias.

-Bien. Sígueme.

Ambos chicos bajaron una larga escalera hasta lo que parecía ser la habitación de Kurt.

PAREN TODO ACÁ MISMO. ¿ESTÁ EN LA HABITACIÓN DE KURT HUMMEL? ¿ÉL? ¿ESTO ES REAL?

-Perdona el desorden.

notas | klaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora