One Shot's (pequeñas historias)

"Quiero los nuestros"

Dos años han pasado, dos años desde que comenzamos a tener una vida juntos, muchos años más si tomas en cuenta todo ese tiempo de amistad y de un amor a escondidas, de aquellos tiempos en mi cama llorando por lo que yo pensaba era un amor no correspondido.

Parece que fue ayer cuando ambos confesamos nuestro amor a la luz de la luna, parece que fue ayer cuando hicimos el amor por primera vez. Y después de todo hoy me encuentro aquí, en mi cama, jugando con mi pequeño hermano Win, mientras mi hermoso prometido trata de animarlo para que no se salga de la cama y comience a llorar.

Veo como trata de poner caras graciosas para el pequeño niño, que no hace más que reírse de lo patéticamente tierno que Papii se ve.

— Quiero los nuestros — balbucea.

— ¿Qué? — Le pregunté sorprendido, no estaba seguro sobre si lo que escuché era correcto o todo fue producto de mi imaginación, si son las ganas de tener nuestros propios bebés corriendo por la casa los que se apoderan de mí.

— Quiero los nuestros — repitió.

— Vamos a casarnos pronto, paso por paso — le dije, puse mi mano en su mejilla y él la beso tiernamente, mientras seguía jugando con mi pequeño hermanito que no hacía más que reírse, ajeno a la situación.

— Lo sé y eso me hace el hombre más feliz en esta tierra — besó mi mano nuevamente mientras jugaba con la nariz del pequeño Win —, pero quiero mucho más que un anillo en tu dedo. Prométeme, bebé, que algún día tendremos dos o tres niños — dijo mientras acariciaba su pequeña cabeza — rondando por toda la casa, destruyendo todo a su paso, durmiendo con nosotros en nuestra cama y quitándome todo el aliento con solo verlos. Prométeme que seremos una familia grande y feliz.

— Papii...

— Quiero todo contigo, Gun, quiero lo bueno y lo malo, incluso lo más complicado, quiero todo de ti. Te amo y quiero que juntos formemos la familia más feliz del puto universo — levanté la voz, le hice una mueca advirtiéndole que ahí estaba el pequeño, él solo se rió, asintiendo.

Me acerqué y le di un corto beso, a esos labios que siempre me vuelven loco, mientras mi pequeño hermano reía distraído.

— Te prometo que tendremos dos o tres hijos, corriendo por nuestra casa, robándonos todo tipo de tranquilidad y paciencia. Papii, prometo que seremos una familia extremadamente feliz, pero sobretodo prometo siempre permanecer a tu lado. — Él sonrió, mostrando todos sus pequeños dientes y volvió a besarme. Nos acostamos mientras el hombre que amo le contaba un cuento inventado a mi pequeño hermano y él, ajeno a la situación y sin entender lo que estaba pasando se durmió en sus brazos, mientras que con sus manos se aferraba a su biberón que ahora se encontraba casi vacía.

Papii lo colocó en medio de la cama y lo cubrió con las sábanas. Antes de quedarnos dormidos los tres en la cama, como una pequeña familia, mientras sus manos acariciaban mi cabello, y mi pequeño hermano dormía, lo escuché decir:

— Te amo, Gun, y siempre lo haré...