La Maldición de la Rosa (Billie Eilish y tu)

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Mientras tanto, Agatha y las demás estaban probándose vestidos en otra tienda, les ofrecieron un trato igual que a los chicos y no había como negarse.

—¡¿Qué?! ¡¿ya eres novia de William?! — preguntó Edo.

Las chicas tenían a Agatha sentada y la rodeaban, menos Billie que estaba viendo como le quedaba un vestido frente al espejo.

—Sí, la verdad es que no puedo creerlo, me siento muy feliz — decía ella a pesar de no mostrar una sonrisa, aun así se sonrojaba.

—Era tan obvio, se habían tardado — mencionó Caelum.

—¡¿Tú lo sabías?! — preguntó la castaña.

—Soy ciega, no estúpida.

—Si te hace sentir mejor, yo no sabía nada — mencionó Billie.

—Me asustaría que sí — respondió Edo.

—Es casi imposible creer que te tenemos aquí Billie — dijo Agatha.

—Imagino que haz de estar feliz de ver a William esta noche en traje ¿no, Agatha?, es realmente muy apuesto — decía Billie mientras sonreía.

—Tiene razón — dijo Edo a su hermana.

—¡Basta! — se quejó Agatha sonrojada.

—Si ese es el caso este vestido te quedaría mejor — dijo Billie acercándose con un vestido hermoso de color celeste y los bordes tenían una ligera tira azul, los tirantes eran también de ese color y tenía la espalda descubierta.

Una vez que se lo dio tomó otro vestido cercano y se dirigía al probador, pero Eco la detuvo llamándola por su nombre.

—Billie, ¿qué tienes en la espalda? — preguntó la joven de puntas azules.

La espalda de Billie tenía una especie de tatuaje color morado que tenía un cerrojo pintado y lo rodeaban líneas que terminaban curvadas al final, no pasaba del lado derecho de su espalda y aun así le recorría el largo de la misma, se veía elegante y seductor, pero Billie jamás se lo había hecho, no por su voluntad. La chica sonrió y las miró.

—No sé de qué hablan.

Tras decir eso se metió al probador y las demás se quedaron algo heladas.

—Le dije a ______ que era peligroso jugar con la muerte — aclaró Caelum.

—Ella...no nos dirá nada ¿verdad? — preguntó Eco.

—Una persona que ha transitado por la vida y la muerte, debe tener muchos secretos — mencionó Edo.