SAUCAV

III - Fuentes

«Cada palabra cuenta. Cada persona, cada voz, olor, detalle, cada palabra que recuerde». Frases típicas del entrenamiento. 

«Mientras más estructurado es un tipo, más oculta cosas».

Había que jugar al psicólogo con él.

Y Fuentes era tremendamente esquemático.

«Siente su camino como si fuera el tuyo»

Sonaba estúpidamente zen, pero equivalía a tratar de ponerse en sus zapatos. El problema era ponerse en los zapatos de un tipo de humor tan variable, paranoico, y complicado de tratar, en suma.

Otra cosa: se supone que el entrevistador debe hablar con el interrogado o «fuente de información» antes de que lo haga el propio interrogador, o equipo de interrogadores, para dar pistas relevantes acerca de la personalidad del individuo al cual queremos extraerle la información, a fin de poder efectuar un interrogatorio más eficiente, rápido, y con menor uso de drogas  y violencia física. Es algo que está «en la tapa del libro», algo que se menciona ya desde el manual KUBARK de 1963.

Pues bien, en el caso de Fuentes hicieron todo al revés; un desastre.

Primero lo atiborraron de químicos, y luego lo trataron con métodos propios de las dictaduras latinoamericanas de 1970, en lugar de emplear técnicas adecuadas para tratar con una fuente de información HVS, o de alto valor. Grandísimos chapuceros, fue un trabajo vergonzoso para un grupo de interrogadores norteamericano. Fuentes necesitaba un psicólogo, no un grupo de torturadores. Y urgentemente, salvo que quisiéramos que terminara en el equivalente del «bloque delta» de esa prisión. (Nota: se refiere al «bloque delta» de Guantánamo, reservado para los presos que dan muestras de severa insanía mental)

Como el complejo sigue siendo usado por varias agencias gubernamentales de EE.UU. para recluir e interrogar a culpables de actos terroristas contra intereses norteamericanos, no se me permite decir su nombre, ni su ubicación geográfica, ni siquiera aproximada. Sí puedo decir que mis instrucciones originales -y las de mi equipo- referentes a Fuentes no incluían hacerle una serie de entrevistas, sino obtener una información puntual sobre un sospechoso de terrorismo que él conocía. 

Por supuesto, nada salió como lo planeado, o sino este libro no existiría.

[  ] DE ENERO DE 2033

Esta es la más ilegal de las cárceles secretas que se han instalado bajo mandato del Centro de Contra-Terrorismo, el organismo que nuclea -o pretende nuclear- a organizaciones tan disímiles como el FBI, la CIA y el DHS en un esfuerzo común: evitar ataques terroristas dentro de territorio nacional. Ilegal porque es regenteada por la CIA, a pesar de que no tienen autorización para operar dentro de territorio estadounidense. Si la comunidad de inteligencia se rigiera por los preceptos constitucionales, debería ser el FBI quien administrara este lugar, o cuando mucho el Departamento de Justicia...pero los altos cargos de media docena de agencias, un rosario de nombres, morirían antes de poner a sus prisioneros, tan duramente obtenidos, bajo la entrometida órbita de los federales, quienes de todas maneras tienen conocimiento de la naturaleza de estas instalaciones; lo saben desde hace tanto tiempo que remover el asunto sería un arma de doble filo para ellos.

El copiloto me explica que han hecho este viaje al menos media docena de veces. Parten en la madrugada para llegar bordeando el amanecer, y suelen retirarse tan rápido como llegan, a no ser que el helicóptero necesite repostar combustible. Para más INRI, el vuelo a bajo nivel en completa oscuridad, asistido sólo por el altímetro y las gafas de visión nocturna, les exige reflejos rápidos, algo difícil de lograr cuando la mayoría de los traslados se concentra en tres o cuatro días del mes, siempre cambiantes, e invariablemente en horas nocturnas. «Pero peor era Afganistán. O Irán. Aquí al menos nadie te dispara» concluye.