X - Día cinco - Parte 1

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«La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados» Groucho Marx.

- ¿Qué más se sabe, Sawyer?

- Poco. Robaron información de Locker-Marvin, del proyecto de bombardero avanzado. Ciberataque. Nos pasó el chisme un tal Foster, de la DIA (Nota: Agencia de Inteligencia de Defensa) Según él, ocurrió el martes.

- Hace cuatro días. ¿Contrastaste sus datos? 

- Hasta ahora coinciden. Cuando consulté en «El Fuerte», el muchacho que me atendió pareció sorprendido. Como si estuviéramos metiendo las narices en algo que no debiéramos. No es un asunto público todavía, así que es entendible.

- ¿Porqué no consultaste directamente en Locker-Marvin?

- No quería perder el día tratando con ejecutivos idiotas y ex-militares tratando de taparse el culo, así que me decanté por ellos. 

- ¿Intentaron obstruirte?

- ¿El chico? No, no. Desconfió un poco al principio, pero terminó diciéndomelo todo. Como quiera que oficialmente sigo perteneciendo a la DIA, puedo usar mi rango a favor. Y todavía conservo mi poder de persuasión intacto...

- Bueno, por algo estás con nosotros (sonrío, para que mi comentario no se interprete negativamente) ¿Qué te contó?

- Ingresaron a la red desde una dirección DNS noruega, pero apuesta sus pelotas a que fue un ataque chino encubierto. No entraron al sistema por fuerza bruta; el atacante poseía credenciales de seguridad de nivel tres, lo mínimo necesario para poder acceder a esos documentos. Hasta ahí, normal. Lo que sucedió después fue lo que hizo saltar las alarmas: descargas de varios Terabytes en cuestión de minutos. Se supone que todas las sucursales de Locker-Marvin comparten la información en una misma red segura. Aunque pueden descargar información del proyecto, no tienen necesidad de hacer semejante cosa. Hasta la revista Wired sabe eso.

- El típico agujero de seguridad. Nunca deshabilitaron esa opción ni protegieron mejor el acceso. 

- Sí. Esta gente no escarmienta nunca. Vienen robándoles datos desde el desarrollo del caza F-35. Por lo menos Sikorsky hizo una purga de su personal de seguridad cuando le robaron datos del Silenthawk, pero estos tipos...

- ¿Sabemos el nombre de la persona a quien pertenecía esa contraseña?

- A ver...(revisa en su portátil) Laurence Meadow. Si llamas a la sede de Locker-Marvin haciéndote pasar por periodista, reconocen que trabaja allí, pero está «siendo objeto de una investigación administrativa, a fin de dilucidar responsabilidades» y «lamentan no poder darte más información por el momento». 

- ¿Fingiste ser un periodista?

- Sí, tuve que hacerlo. Llamé varias veces a Stanton, mi antiguo Jefe de Sección, pero no me contestó.

- ¿Llamaste directamente a la DIA? ¿Estás loco?

- Eh, tranquilo. Frente a cualquier pregunta del tipo «¿Cómo carajo supiste?», mi tapadera iba a ser un «misterioso contacto en El Fuerte». Y ni siquiera iba a estar mintiéndole completamente. 

- Bien. Sigue. 

- Así que tuve que simular ser un becario del Washington Post. Un becario con contactos. (Me guiña un ojo) Recurrí a las capacidades de Central para usurparles una de sus líneas por algunos minutos, nada demasiado sospechoso. Hubiera sido mil veces mejor poder usar mi cobertura de la DIA, pero qué le vamos a hacer. 

- ¿Y porqué no pudiste usarla?

- Stanton es muy quisquilloso y me hubiera cerrado puertas si me hubiera hecho pasar por uno de sus subordinados sin autorización suya. Averigué lo que pude dentro de mis posibilidades.

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