VII - Día cuatro

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“Varios estudios sobre interrogatorios discuten las cualidades deseables en un interrogador. La lista parece interminable: un estilo profesional y vigoroso, comprensión y simpatía. Una gran cultura general, conocimiento de su área de trabajo, conocimientos prácticos de psicología, habilidad en los trucos del oficio, actitud vigilante, perseverancia, integridad, discreción, paciencia, un C.I alto, experiencia extensiva, flexibilidad, etc., etc. Algunos textos incluyen hasta los modales del interrogador y su modo de vestir; incluso uno de ellos recomienda las características consideradas deseables en una secretaria o secretario”

- ¿Calvin Klein?

- ¿Cómo?

- El traje, señorito.

El saco descansa detrás de la silla, oculto tras mi torso, pero el pantalón gris a rayas parece decir  a gritos: «soy caro».

- Ah. Ralph Lauren, corte inglés. Antes que me diga nada: tendré tiempo de comprarme cosas más baratas cuando me case.

- Así que es todo un galán. No sólo cree en el buen trato, sino en vender su imagen. ¿Porqué terminó trabajando en inteligencia y no, digamos, de vendedor de seguros?

- Mejores planes dentales (Fuentes ríe) No, un amigo me convenció de anotarme en un anuncio de reclutamiento por Internet. 

- Y no tenías nada mejor que hacer, me imagino. Trabajar para el gobierno. Entre eso y ser cajero en un supermercado, o trabajar para un Mac Donalds...¿No?

- No presuponga tanto. Era bachiller en psicología y daba el perfil. Además, este tipo de trabajos prometía viajes, un buen sueldo, acceso a estudios de posgrado. Y meterte en una de las organizaciones más enigmáticas del mundo. ¿Qué otra cosa se puede querer con veinte años?

- ¿CIA?

- Originalmente sí.

- No se haga el misterioso.

- Actualmente, es algo más complejo que decirle una sigla. 

- ¿Y...?

- En fin...¿Seguro que quiere escuchar mi perorata?

Fuentes hace un gesto de «adelante» con la mano. Secretos por secretos.

- Como sabrá, las tres ramas de las Fuerzas armadas tienen su propia sección de inteligencia: el Ejército tiene a INSCOM, La Marina a ONI, y la Fuerza Aérea a AFISRA (Fuentes levanta una ceja, tal vez esperando alguna pregunta al respecto sobre esta última). Además tenemos a la CIA, que opera fuera de fronteras, la NSA, que se encarga de la vigilancia electrónica a nivel global, y la DIA, que coordina la inteligencia militar en general. Seis agencias de inteligencia principales, o sea seis capas burocráticas para penetrar, fuertemente compartimentadas. Ah, y sin olvidarnos de las competencias del FBI en territorio nacional. Una pesadilla cuando se trataba de reunir información para organizar operaciones rápidas y eficientes. Hace dos años, un proyecto de DARPA sobre inteligencia artificial hizo posible romper esa maraña. Estaba basada en una red de datos entre las principales agencias, gestionada no por personas, sino por una inteligencia artificial almacenada en un servidor, ambas creadas y manejadas por ex empleados del NSA, y por lo tanto a la altura de los sistemas más seguros del mundo. Sin agentes reacios a colaborar entre sí obstruyendo el camino de la información, el sistema prometía ser perfecto.

- No entiendo...

- En realidad creo que SÍ entiende.

- ¿Ustedes están por encima de la CIA?

- Nosotros no, pero nuestro «soplón» de inteligencia artificial sí. Lo llamamos «Garganta Profunda». Accesa todos los reportes que se generan en las principales agencias de inteligencia del país, los agrupa en categorías...

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