"DULCE TORTURA"

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-¿En serio no me vas a contar nada sobre tu misión? -Cuestionó Conway por doceava vez en lo que iba de noche.
Apenas salieron de servicio y se montaron en el coche del Superintendente comenzó el interrogatorio. A lo que Volkov le respondía con lo mismo. -Ya escuchó a Evans, no puedo decirle nada.
Pasaron por comida china para cenar, alimentaron a Volkat e Ivadog, cenaron, lavaron los platos, fumaron un cigarrillo en la terraza y Conway seguía insistiendo con lo mismo. Por lo visto su curiosidad era demasiada.
-¿Ni un poquito puedes decirme? -Volvió a preguntar Conway acorralando a Volkov contra el armario en donde este buscaba su pijama.
-Es una misión secreta, Conway. -La voz de Volkov sonó casi como una disculpa pues no le gustaba ocultarle cosas a su pareja.
-Y yo soy tu superior, debería poder saber a que misiones te envían. -Contraataco Conway, coloco las manos en la cintura del ruso y tiro de él para hacerlo caminar de espaldas hacia la cama.
-Y ella es su superior... -trato de defenderse el comisario pero cuando los cálidos labios de Conway rozaron la sensible piel de su cuello todas las ideas se esfumaron de su cabeza.
-Ajá... -El aliento caliente y húmedo de Conway golpeó la piel de Volkov justo bajo su lóbulo dónde sabía era más sensible. -Y yo soy tu pareja. -Era un golpe bajo, lo sabía, pero su curiosidad lo mataba.
-Jack... -las manos de Volkov se aferraron a la pulcra camisa de Conway y este sonrió victorioso porque cuando el ruso lo llamaba por su nombre era señal de que estaba a punto de ceder.
-Viktor... -Las manos del Superintendente ya estaban abriendo uno a uno los botones de la camisa ajena, descubriendo esa blanca piel que iba a torturar hasta obtener lo que deseaba. -No tienes que contarme todos los detalles. -Murmuró prosiguiendo con el trabajo de desnudar a su pareja -Sólo... un poco. -Insistió pasando la lengua por la clavícula de Volkov, logrando que este soltara un leve gemido.
-Pero es que... no puedo... -Se resistió Volkov pasando los dedos por el cabello negro de Conway, su fuerza de voluntad estaba flaqueando pero aún se mantenía firme a pesar de la dulce tortura a la que era sometido por las manos y lengua de su superior.
-¿Estás seguro? -Conway lo empujó haciéndolo caer en la cama y ante su atenta mirada se desnudo muy lentamente.
Volkov trago con fuerza y se mordió el labio inferior con fuerza. ¿Cómo cojones se iba a resistir a eso? -Conway... -Susurró con su voz más ronca de lo normal.
-Dime, Viktor... -Conway aprovecho lo vulnerable que lucia el ruso, coloco una rodilla en la cama y se inclinó para besarlo de forma suave, lamiendo la sangre que se provocó al morderse. Su mirada llena de deseo se deslizó por el cuerpo ajeno y no tardó en hacer el mismo recorrido con sus manos rozando apenas la piel ajena con las yemas de los dedos.
Volkov se removió nervioso, arqueando la espalda para pegarse más a su superior. Este por el contrario se separó un poco mordisqueando la piel del abdomen del ruso, bajando poco a poco, jugando con su resistencia.
-Jack... -Volvió a gemir el comisario, su piel estaba erizada de pies a cabeza, su respiración agitada, su corazón a punto de explotar dentro de su pecho. Si por lo general le era imposible negarle a su pareja cada capricho que tenía. Cuando lo torturaba de esa forma era impensable, incomprensible.
-Sabes lo que tienes que hacer... -la lengua de Conway se deslizaba por el pezon derecho de Volkov. Su mano diestra acariciaba sin prisa alguna su ya más que notable ereccion. -dímelo, y te daré lo que deseas...
Volkov lo maldijo en ruso pero al final accedió a contarle todo con lujo de detalles.
-Así me gusta. -Conway sonrió triunfante y se lanzó a devorar la boca de su ruso en un beso posesivo, apasionado, candente. El preámbulo perfecto para lo que vendría después.

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