—Gracias por esperar aquí conmigo —dije mientras me limpiaba el sudor de las manos en los jeans. Mi mejor amiga sonrió y me miró de reojo.
—Claro. No puedo pensar en nada más que quisiera hacer un viernes por la tarde aparte de esperar contigo a tu cita y recordar mi soledad —dijo con sarcasmo y una sonrisa fingida. Me reí entre dientes y le di un empujoncito.
— ¡Ay, vamos, tú le gustas a los chicos! —exclamé pero hizo caso omiso, moviendo su mano con descontento— Y esto no es una cita.
—Claro —contesto con escepticismo, yo resoplé y me cruce de brazos. — Déjame preguntarte algo: ¿Por qué estamos a tres cuadras de tu departamento? —dijo señalando a nuestro alrededor. Estábamos sentadas en una banca de un parque en Filipinas que, de hecho, estaba a una buena distancia de mi departamento.
—Hum...porque pensé que acortaría mi caminata con Harry hacia donde sea que vayamos.
—Es mentira —me desafió Rose. — Es que no quieres que te recoja en tu departamento porque no quieres que sepa dónde vives. Por eso caminamos tanto.
—Bueno, eso también —me encogí de hombros y suspiré.
—La verdad, si él supiera donde vives, dudo que sea de los que te acosan fuera de tu departamento.
—Bueno, nunca lo sabremos, ¿verdad?
—Ellie...
—Rose, por favor, para. Sé que mi paranoia apesta pero no la puedo cambiar —murmuré y bajé la vista a mi regazo.
Dejó salir el aire y se recargó en el respaldo de la banca.
—Pero parece un lindo chico.
—Bueno, quiso verme después de todo lo que ha visto y oído, y eso lo hace diferente —ajusté la correa de mi bolso. — Pero no sé por qué quiere hacer esto.
—Bueno, a la mierda, ¿tal vez le gustas? —dijo en broma y bufé.
—No puede ser eso —murmuré y se río lanzando la cabeza hacia atrás. Revisé mi teléfono por milésima vez. — Debería estar aquí en cualquier momento —lloriqueé, balanceando más rápido mi pierna. Rose lo notó y puso su mano sobre ésta tratando de calmarme.
— ¡Ey, estarás bien! Será divertido. Como mínimo tendrás comida gratis —señaló.
—Pero, ¿y si enloquezco de nuevo? Ya lo he hecho dos veces —me restregué las manos en mis jeans otra vez. Se encogió de hombros.
—La tercera es la vencida —la fulminé con la mirada haciéndola reír. — Estarás bien. Solo conseguirás estresarte.
Me restregó el brazo tratando de consolarme. Yo negué con la cabeza y miré con fijeza mis zapatos.
Se escuchaban unos pasos aproximándose a nuestra espalda y Rose se giró para echar un vistazo y ver quien los estaba ocasionando antes de volverse de golpe hacia mí.
—Ey, ¿Ellie?
— ¿Si?
— ¿Cómo es él? ¿Es extremadamente ardiente, alto y con muchos tatuajes? ¿Y como que parece que tiene una cara permanente de cabrón? —se apresuró a preguntarme y la miré, confundida.
— ¿Lo conoces?
—No, —dijo y sonrió con regocijo— pero estoy a punto de hacerlo.
Justo después, las pisadas a las que no les había prestado atención se escuchaban justo a nuestra espalda y la persona rodeó la banca. Levanté la vista y mis ojos se agrandaron.
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Mend the Broken (Traducción al Español)
RomanceLa historia de una mujer temerosa que conoce a un hombre iracundo. -¿P-por qué estás haciendo e-esto? -espeté, haciendo que se parara en seco con su mano en la perilla- ¿Por qué ha-haces esto por mí? Eran las preguntas a las que parecía no obtener r...