Cuando sonó la campana salí del salón de clases y me dirigí al estacionamiento de estudiantes hacia el auto de Rose. Aún no estaba ahí y estaba cerrado así que tuve que esperar a que llegara.
Me recargué contra él y vi a lo lejos a los estudiantes caminar y reír con sus numerosos amigos mientras yo estaba esperando a mi única. Claro, había personas con las que hablaba pero no tenía a nadie más aparte de Rose con quien contar. Harry ni siquiera era un amigo potencial. O por lo menos ya no. No lo he vito en una semana desde que le dije que me dejara en paz. Ya no viene a la cafetería y ya no veo su alta figura mirándome en silencio cuando me doy la vuelta. Pero de alguna manera me sentía más sola y vacía. Me decía a mí misma que solo me sentía así porque ya no tenía una atención extra hacia mí.
Levanté la visita cuando escuché la risa de Rose y la vi caminar con un chico que obviamente gustaba de ella, estaba casi babeando. Se empujó un poco contra su brazo de manera juguetona.
Quité la vista con un suspiro, algunas veces odio lo extrovertida y alegre que es.
Rose continuaba riendo cuando se acercó al auto con el chico. Pasé saliva y me erguí mientras se acercaban.
— ¡Ellie, hola! Ay, Dios, lamento haberte tenido esperando, no era mi intención —saco las llaves, abrió el auto y lanzo sus libros al asiento trasero. —Adrian me estaba invitando a una fiesta esta noche —señalo al chico que sonrió y asintió.
— ¡Hola! Adrian —se presentó con una amable voz y me tendió la mano para saludarlo.
La mire y di una sonrisa lacónica antes de tomar su mano con duda y dandole el más leve apretón de manos en el mundo, susurré:
—Ellie.
Era de tamaño promedio, cabello rubio y bastante atractivo. Me sonrió con dulzura y quite la mirada deprisa.
—Adrian, Ellie puede venir también a la fiesta, ¿verdad? —le preguntó Rose y agrande los ojos.
— ¿Q-qué? —susurré casi gritando. — ¿Ellie puede qué?
Rose asintió ya habiendo anticipado mi reacción y cerró la puerta trasera del auto.
—Adrian dice que solo es una pequeña reunión, no es como una fiesta, ¿verdad? —miró al chico y éste asintió rápidamente.
—Sí, sí. Solo unas cuantas personas, eso es todo —contesto aun sonriendo de forma amistosa. — ¡Deberías venir también!
Forcé una sonrisa y asentí.
—Uh... ¡sí! Debo revisar mi horario de trabajo pero ¡en d-definitiva t-t-te haré saber!
— ¡Genial! —dijo emocionado. — Ok, debo irme, pero...pero ¡fue agradable hablar contigo, Rose! ¡Espero verte esta noche!
Le sonrió con ganas a Adrian y asintió con entusiasmo.
—Sí, ¡fue lindo hablar contigo también! ¡Buena suerte con el Derecho Constitucional!
Hizo ruidos de nauseas pero luego sonrió y me dijo adiós antes de irse.
Sonreí, le dije adiós con educación antes de quitar la sonrisa y girarme hacia Rose con mi ceño fruncido.
Levantó las manos con lentitud.
—Ok, espera, escucha-
Puse los ojos en blanco antes de entrar al auto.
Parecía que le entusiasmaba mucho ir pero sabía que si no iba no me forzaría porque era una buena amiga. Sin embargo, sabía que prácticamente me escondía en mi departamento y no iba a ningún lugar a parte del trabajo, la escuela y el supermercado. Tal vez tratar de salir con unas cuantas personas no sería tan malo. Además, Adrian parecía un buen chico. No uno de fraternidad que se pone intenso en las fiestas.
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Mend the Broken (Traducción al Español)
DragosteLa historia de una mujer temerosa que conoce a un hombre iracundo. -¿P-por qué estás haciendo e-esto? -espeté, haciendo que se parara en seco con su mano en la perilla- ¿Por qué ha-haces esto por mí? Eran las preguntas a las que parecía no obtener r...