Jungkook no podía dejar de mirar al hombre. Nunca había visto nadie más fino en su cama. Nunca. Jimin era un bailarín delgado y con Piernas, con un culo y unos labios besables . Bajo la mirada ávida de Jungkook la polla de Jimin se alargó endureciéndose. La boca de Jungkook babeaba. Chupar la polla no era su pasatiempo favorito. Como príncipe en general, le chupaban a él, pero por Jimin, estaba dispuesto a hacer una excepción. Infiernos, por Jimin, estaba dispuesto a hacer todo tipo de excepciones.
El deseo de probar al bailarín le atravesó como garras de dragón. Sin pensar conscientemente, el príncipe se puso de rodillas y tiró de Jimin hacia adelante hasta que las piernas colgaban de la cama y tuvo la larga polla de Jimin en perfecta posición. Satisfecho podría conseguir un buen acceso sin contorsiones, ni posturas antinaturales, Jungkook envolvió la polla de su amante con la boca y comenzó a chupar como si fuera su caramelo favorito.
El sabor único de Jimin, amargo y dulce, se deslizó a través de la lengua de Jungkook. Cuanto más aspiraba más anhelaba. Tragando la polla de su amante se apoderó de las caderas de Jimin, controlándolas cuando el bailarín comenzó a retorcerse.
—¡Fóllame! —Exigió Jimin.
Jungkook lo sujeto. —Deja de retorcerte. Cuando consiga probarte, serás follado. Ahora date por vencido.
La mirada de asombro en la cara del bailarín… no tenía precio. Jungkook volvió a adorar la polla del bailarín, disfrutando del sabor y la sensación de la esponjosa cabeza en su boca, probando cuanto podía llegar a tragar antes de tener reflejos de náuseas. Sabía que con la práctica sería capaz de tragar entera su polla, pero en ese momento, se mostró satisfecho con la mitad y con la mano agarrando el resto.
—Levántate de la cama. Jimin rodó hacia atrás. Comenzó a rodar girándose pero Jungkook lo detuvo.
—Quiero ver tu cara. Solo tendrían una primera vez, y quería ver la expresión de bailarín cuando entrara en Jimin.
Su dragón estaba inquieto, queriendo al bailarín con una ferocidad que no había experimentado antes. Un gruñido vibró en su pecho, y le tomó toda su fuerza de voluntad no cambiar sus dedos a garras.
Compañero.
La palabra penetró en su mente, Jungkook se echó hacia atrás, su corazón latiendo con fuerza en el pecho. Era su compañero. Eso explicaba su obsesión por el bailarín.
Había visto y dormido con muchos hombres guapos en su vida, pero Jimin eclipsaba a todos ellos. hasta el corte de su pelo, que parecía de seda entre sus dedos. El paquete completo lo llevaba a la locura. Una amplia sonrisa cruzó el rostro de Jungkook llenándolo de alegría. Nunca había pensado encontrar a su compañero. Tantos hombres que habían ido y venido que había dejado de buscar. Su padre nunca había encontrado a su compañero, pero se conformó con la madre de Jungkook en su lugar.
Jungkook siempre había pensado que acabaría asentándose. En su lugar había encontrado su milagro. El objeto de su adoración, frunció el ceño.
—¿Hay algún problema? Jungkook se debatía entre decir la noticia, pero pensó que era mejor decírselo más tarde. Mucho más tarde.
Jungkook chupó dos de sus dedos en la boca y cuando estuvieron bien húmedos circuló el apretado agujero de Jimin, acariciando la carne con sus dedos. Rodeó las pelotas de Jimin, tirando con suavidad antes de agarrar de nuevo su polla.
—¡Solo fóllame! —Exigió de nuevo.
Jungkook sonrió. —No sin lubricante. Al lado de la mesa.
Jimin se apresuró a tomar un pequeño frasco, levantándolo en el aire se lo dio a Jungkook con un guiño. Retirando el pequeño tapón, Jungkook derramó el lubricante en sus dedos, asegurándose de engrasarlos bien antes de presionarlos dentro del caliente culo apretado de Jimin. Mientras movía sus dedos dentro y fuera del apretado agujero, se tragó la polla de Jimin.
Minutos después, un grito ahogado anunció la bienvenida del chorro de líquido. El príncipe lo agradeció tragando todo el semen del bailarín sintiendo una extraña fiebre de orgullo por hacer perder el control a su compañero. Después de unas pocas chupadas más, sacó la polla de su boca. Mirando hacia arriba, vio el hermoso rostro de Jimin mostrando una agradable laxitud y ojos cargados de deseo.
—¿Preparado para joder?
—Sí. —La voz de Jimin era apenas un susurro pero el príncipe le oyó bien.
Había algo increíblemente íntimo en follar mirándolo a los ojos, le hizo darse cuenta que todos los otros amantes habían sido prácticas… hasta Jimin. Deslizando a Jimin más arriba en la cama, lo empujó hasta que su amante estuviera lo suficientemente alto para que consiguiera una buena tracción, pero no tan alto como para que se golpeara la cabeza en la cabecera. Jungkook no quería hacer nada que le causara ningún minuto de molestia a Jimin. Nada más que buenos recuerdos entre ellos. Muchos, muchos buenos recuerdos porque no tenía planes de dejarle irse a cualquier lugar pronto.
Empujando cuidadosamente en el interior de Jimin, Jungkook buscó en su rostro cualquier signo de malestar. Cuando estuvo completamente asentado esperó.
—¿Qué estás haciendo? —Los ojos azules de Jimin se abrieron con asombro. —Quería asegurarme que estabas listo.
Jimin se movió bajó él. —Si estuviera más listo, me correría de nuevo. Ahora fóllame como ibas a hacerlo. Sonriendo, Jungkook se inclinó y besó a su compañero.
—Pon tus piernas alrededor de mí, y sujétate para el viaje de tu vida. Jimin le devolvió la sonrisa y levantó sus caderas envolviendo sus largas piernas rodeándolo.
—Ahora enséñame lo que tienes.
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Drakon³ KM
FantasíaDirigiéndose a un bar después de un espectáculo de danza, el bailarín intergalácticamente famoso, Jimin, se encontró con una niña pequeña junto al cadáver de su abuela. Su única buena acción en ayudar a la niña pequeña, su única buena obra lo guiarí...