06. Una cuestionable reunión

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Lo que dijo Elías sobre el infiltrado era lo siguiente: la razón de editar temporalmente las memorias de Max y Marisol, le sirvió a Khurk Manchay para no ser mencionado ante el guía encargado y así podría merodear dentro del museo; dando acceso a los terroristas. En caso contrario, si Luna hubiera dicho que había tres estudiantes, Elías y los demás lo buscarían, pero eso haría que los terroristas los acorralen; con la invasión hecha en todos lados.

Ante tal deducción, el maestro dice otras preguntas:

—¿Quién sabía de la ubicación del cristal? ¿Khurk o los terroristas?

—Eso es lo único que faltaría saber maestro —Elías extiende su brazo derecho en dirección al cristal, y con telequinesia, lo saca de ese altar para ponerlo en sus manos—, pero a falta de información, le pido que lo cuide.

Elías le da el cristal al maestro Edward, este último estaba sorprendido, tanto que se quedó inmóvil por cinco segundos, pero al ver a su estudiante con una mirada determinada, recibe el cristal.

—¿Estás seguro? Este cristal te pertenece más a ti que al museo.

—Estoy seguro, me sentiré más aliviado si está en buenas manos.

—¿Más aliviado? —Edward cubrió el cristal con un pañuelo para ocultar su intenso brillo, sin embargo; su pregunta lo llevó a otra—. Elías, ¿sentiste otra vez la vibración de este cristal?

No era la primera vez que Elías escuchaba esa incómoda pregunta, recordó esa perturbadora experiencia que tuvo en su infancia; teniendo muy preocupados a su padre y a su madre, que fueron los primeros testigos.

—Si maestro, es por eso que confirmo que Khurk Manchay es una amenaza... ya que el cristal siempre me ha advertido de amenazas.

Es por eso que Elías, juzgaba firmemente al estudiante desaparecido.

El maestro asiente y sonríe confiando en el juicio de su alumno, guarda el cristal en el lado derecho de su saco, ya que en el izquierdo saca un formulario que anteriormente había mostrado en su escritorio y se lo entrega a su joven aprendiz.

—Hubieras empezado desde ahí, está bien Elías, lo cuidaré tal como tú cuidarás de los nuevos estudiantes, pero solo te faltaría este detalle.

Ese papel que obtuvo Elías, era para llenar sus datos y la de sus compañeros para participar en la prueba.

—Si que no pierde el tiempo maestro, bueno, al menos estoy confiando el cristal en el maestro más fuerte. Así que me inscribiré sin problemas.

—Mmm... no sé si soy el más fuerte, pero si el más responsable, ya que si hablamos de 'ser fuerte' esa es Leticia, ¿verdad?

La expresión del maestro cambió a una burlona, a lo que Elías dijo:

—Maestro, ¿en qué sentido está hablando?

—¿Así que me entendiste? Ya sabes Elías; en los DOS sentidos. Ja, ja, ja.

Elías se sonrojó, también era una costumbre para él que Edward se burle de sus intenciones amorosas, ya que cuando el maestro indica esa palabra 'fuerte" puede significar dos cosas: la primera es que esa persona tiene una gran fortaleza en lo físico o mental, pero la segunda señalaría al erotismo, cuyo aspecto junto a su anatomía tendría un potencial y sensual atractivo.

—¡Ya párele maestro, arruinó el respeto que le tenía hace poco!

—Está bien, no te enojes, mira cómo estás; tan rojo como tu camisa.

Al final no podía estar tan enojado con su maestro, tenía el formulario en mano y estaba a unos pasos de conseguir una de sus metas que era viajar y contemplar distintos paisajes. Cuando guardó el papel, el maestro le dice una cuestión más.

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