08. Entrenar sin prisa

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Max y Marisol, ya podían brotar esa energía de sus cuerpos, pero ambos se preguntaban: ¿por qué aún no levitamos? Elías les explicó que debían dominar por completo la concentración recorriendo toda esa energía en sus siluetas, ya que cuando abrían los ojos, los poros de luz se disipaban de inmediato.

Habían aprendido la concentración, pero les faltaba llegar al estado final que Elías les había hecho recordar y más si solo era el primer paso.

—¿No dije que primero debían condensar la energía en sus cuerpos? Pues ya lo hicieron, ahora si quieren ver con sus propios ojos los resultados, iremos a la materialización. Con la cual, si lo dominan; ya podrán levitar.

Ahora Elías les ordena que estén de pie al igual que él, pero este ahora tenía ambas manos separadas frente a su torso, de nuevo mostró esa energía turquesa que rodeaba su cuerpo, aunque ahora lo dirigió todo en sus manos. Los novatos eran testigos de como toda esa energía estaba materializándose en un solo punto y como resultado; vieron una acumulada esfera de luz.

Luna seguía atenta al entrenamiento que llevaban los novatos, incluso ahora los veía imitar la postura de Elías al intentar materializar su energía, ella en su interior los animaba, tanto que abrazaba su folder plastificado que casi nunca lo soltaba de sus manos, pero con solo ver a Elías unos segundos; frunció el ceño, ya que veía como el joven entrenador jugaba con su esfera pasándolo de una mano a otra o, lo hacía girar en su dedo como si fuera un balón.

—Elías, en vez de estar jugando, ¿no tienes otro método para ayudarlos?

Ante el reclamo de Luna, Max y Marisol seguían tratando de acumular su energía psicoquinética hacia sus manos, comenzaban a sudar aún más cuando estaban concentrados en la meditación, pero al querer materializarla; era como tratar de ingresar un hilo grueso en el ojo de la aguja más diminuta.

—Luna, no creo que haya método más corto y preciso, para llegar al estado final de un rango académico. Incluso yo tardé tres meses para descubrir los trucos de la memoria ancestral y el estado elemental.

—Pero esa vez tú tenías doce años —cuando Luna dijo eso, Max y Marisol paralizaron lo que estaban haciendo, ya que ellos a esa edad apenas podían manejar bien la telepatía y levantar objetos pequeños.

—Y no olvides que Max y Marisol, hicieron en una hora, lo que yo tardé en el primer mes, así que si me ves jugando; es que estoy alegre de tener a unos genios frente a mí.

Elías tenía las comisuras de su boca elevadas, lo que Luna entendió es que él tenía una confianza ciega en los novatos, pero Max y Marisol pensaban de una forma distinta; ellos al ver la penetrante mirada de su entrenador, es como si estuvieran recibiendo un reto. Podrá ser cierto que ellos ganaron en tiempo de manejo en la concentración, pero se sentían muy atrasados si el otro ya tenía una prematura experiencia. Volviendo al entrenamiento, Max y Marisol vieron a Elías tirar su esfera psiónica hacia arriba y se fragmenta, los restos se convirtieron en báculos de energía, pero de color turquesa.

Los novatos se quedaron intrigados viendo esos báculos, recordando la última vez que Elías los manifestó; antes estaban rodeadas de intensas llamas naturales. Aunque Luna, podía adivinar la siguiente lección de su compañero.

—Lo que están viendo son mis armas, pero en el rango académico. Una vez logren materializar su energía, podrán darle forma según los recuerdos que se plasmen de sus células.

Max se impacientaba en querer saber más, pero Marisol es la que dio los pasos para librarse de las dudas.

—Entonces, ¿a qué rango perteneces cuando tus báculos son de fuego?

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