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Jason se terminó de escabullir a su cabaña, tenía un pote con galletas que Sally Jackson le había regalado y se negaba a que Percy se las robara. Leo y el acordaron compartirlas para que Percy no las encontrara
– Ábrelas de espacio – Le dijo entre murmullos Jasón a leo
El olor a galletas llegó instantáneamente al abrir el tarro, ambos sonrieron y se aventuraron a tomar una
– Espera, siento una perturbación en la fuerza
Jason miró a leo y ambos voltearon a la puerta, puerta en la que se encontraba parado Percy, las palabras de los dos se sincronizaron al ver al hijo de Poseidón
– ¡Oh mierda!
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Nico jugaba con la perra del infierno, lanzando un escudo para que esta lo atrapara como si de un juguete se tratara.
— Nico di Ángelo — llamaste tranquila — nótame ~
La voz hizo que el chico se sobresaltara. ¿Cuándo llegó ella allí?
Nico volteó a verte intentando mantener la calma, te examinó de pies a cabeza confundido.
— ¿Te conozco? — dijo seco.
— Quiero que lo hagas.
— ¿Qué quieres...?
— 29 días — cortaste.
Sacaste una caja muy pequeña, la cual le entregaste a Nico. El chico miró la caja y luego te miró, o al menos eso intentó, pues cuando Nico levantó la vista ya no había nadie.
Rodó los ojos y abrió la caja para sacar la carta.
Buenos días, Nico di Ángelo
Tal parece ser que le gustan los perros, así que cuando vi esto en el arsenal de los Stolls lo compré.
Siendo honesta, sé que me estafaron, ningún llavero cuesta 13 dracmas, pero vale la pena.
Espero que le guste porque es todo lo que puede pagar.
-S.N.
Nico sacó de la caja un llavero. El llavero era un sabueso negro con las palabras "King" escritas, pero Nico se dio cuenta de un pequeño detalle: debajo de la palabra King estaba escrito con marcador y de manera muy fina con perfecta caligrafía la palabra "Ghost".
El chico colgó el llavero en su cinturón y guardó la carta en su bolsillo. Por razones desconocidas para todos, Nico no sintió la necesidad de votar la carta o el llavero, tal vez porque apreciaba el pequeño detalle, detalle que nunca nadie había hecho por él.
Mientras tanto, del otro lado del campamento, tú intentabas limpiar el desastre formado por la chica de cabellos verdes.
— ¿Lou, estás bien? — preguntaste entrando a la cabaña con varias toallitas para limpiar el piso.
— ¿Ah? Oh, sí, no te preocupes, linda — dijo Lou mientras recogía — ¿cómo te fue con di Ángelo?
Entonces soltaste un suspiro mientras ayudabas a Lou a limpiar el desastre con una sonrisa tímida.
— Hey — llamó Lou haciendo que la chica volteara — me gusta tu nueva camiseta.
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~Listo~
El campamento mestizo debería ser considerado patrimonio de la humanidad >:(
Se despide su humilde, mala escritora favorita Muchas gracias, buenas noches 💚
