My prince {Markhyuck} Omegaverse

XII

Donghyuck sintió el dolor aumentando y soltó un pequeño quejido. Mark se sobresaltó al notar somo Donghyuck se volteaba, sosteniendo su vientre y con rostro de dolor; inmediatamente se preocupó al pensar que le había hecho daño al rubio.

El aroma del rubio empezó a sentirse por toda la habitación. Donghyuck sintió lubricante en su entrada, y allí es cuando supo que le celo se le había adelantado.

- ¿Estás b-bien? - al mayor se le dificultó hablar debido al fuerte aroma del rubio que le estaba atrayendo.

- M-Mi celo... s-se adelantó - habla con dificultad el omega.

Mark no piensa otra cosa más que en posicionarse entre las piernas del rubio, el cual simplemente se deja llevar. El alfa estaba excitado, el aroma del rubio ya le había dado un problema en sus pantalones. El azabache solo se dejaba llevar por su lobo, sus ojos se volvieron rojos, dando a entender que su lobo interior dominaba.

Donghyuck veía con lujuria al mayor, se dejaba llevar por el celo. El azabache va desabrochando lentamente la camisa del rubio y pasa sus manos por toda la cintura descubierta del rubio, quien gimió por el roce. El alfa se quitó su propia camisa y estaba quitándole el pantalón al rubio, cuando la puerta se abre.

Mark gruñó al sentir el aroma de dos alfas en la habitación; su padre y hermano menor estaban allí junto a su madre. Los tres se sobresaltan al ver lo que estaban haciendo ambos y reaccionan rápidamente al sentir el aroma de Donghyuck.

- ¡Mark, aléjate de Donghyuck! - exclama el rey.

- No - Mark se sienta apoyándose en el respaldo de la cama.

El alfa atrajo a Donghyuck a su pecho; quedándo el rubio entre sus piernas y con su espalda pegada al pecho del mayor. El azabache se encontraba alerta al sentir a otros alfas cerca del omega en celo.

- Mark, por favor; no es tiempo aun - su madre suplicó.

El azabache siguió gruñendo, aun abrazando a Donghyuck, quien se sentía intimidado por aquellos otros dos alfas. Soobin trató de acercarse a la pareja, pero el omega solo chilló levemente y aquello fue suficiente para que Mark le mostrara sus colmillos a Soobin mientras gruñía con más fuerza.

- ¡Mark, eso no se hace! - su madre regañó al mayor.

Soobin tuvo miedo, por lo que salió corriendo de la habitación. La reina se acerca a la pareja, sabiendo que Mark no le haría nada al ser omega, y así fue. El azabache dejó de gruñir al notar que era su madre la que se acercaba.

- Mark, por favor - su madre susurra.

Seulgi toca la puerta de la habitación, y Mark se pone alerta nuevamente; pero se relaja al ver que era una omega.

- S-S u majestad, a-aquí está el s-supresor que me p-pidió - la omega se encontraba asustada de Mark.

- Gracias, Seulgi - agradece la reina y la joven omega se retira rápidamente, no sin antes hacer una reverencia.

La reina se acerca a Donghyuck y le extiende el supresor líquido en una pequeña botella. El rubio lo agarra y lo traga rápidamente, sintiendo como el dolor en su vientre disminuía. El alfa al notar que Donghyuck ya no estaba vulnerable, lo soltó; pero ninguno de los dos se separó, hasta que la reina y el rey se retiraron.

- Y-Yo... lo siento - susurra Mark.

- N-No importa, y-yo me dejé llevar p-por el celo... - Donghyuck se separa del alfa y recoge su camisa que estaba en el suelo.

Donghyuck va hacia el armario y saca una camisa negra con gabardina gris, junto a unos pantalones blancos para después dirigirse al baño a cambiarse de ropa.

Mark en esos momentos se puso a pensar en lo que estaba a punto de hacer, pero un dolor en su entrepierna lo sacó de sus pensamientos; aun tenía un problema que resolver.

El azabache notó como Donghyuck salía del baño y después se retiró del cuarto, dejando al alfa solo; y este aprovechó para poder atenderse a si mismo.

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Tres días pasaron desde aquel acontecimiento; el celo de Donghyuck aun no terminaba y aquello tenía loco a Mark. Cuando se despertaba por las mañanas podía sentir el aroma del rubio, pero este despertaba y tomaba su supresor rápidamente.

Aquel día Donghyuck decidió quedarse todo el día en la habitación, pues su celo estaba en el punto máximo y no quería toparse con algunos guardias alfas por allí.

El omega tuvo la necesidad de dirigirse al armario, y así lo hizo; agarró unas de sus ropas y tuvo la necesidad de agarrar algunas de las camisas de Mark junto a algunos pantalones; así que los tomó. El rubio puso todo en la cama esparciendo las prendas por toda la superfície.

Donghyuck fue al armario y agarró más camisas del alfa y las posó en la cama; después cerró el armario y se dirigió sonriente a la cama, acomodándo todo como quería. Antes de acostarse, se dirigió a la ventana y cerró las cortinas dejando la habitación a obscuras. El omega se acostó en la cama hecho un ovillo mientras abrazaba la almohada que usaba el alfa al dormir.

Donghyuck durmió un rato así, hasta que escucha como la puerta es abierta, inmediatamente se pone alerta para ver quien era el que entraba, pero se tranquilizó al notar que era Mark el que estaba allí.

Mark había decidido ir a ver como se encontraba el omega, pero jamás imaginó que al entrar encontraría a Donghyuck en la cama, la cual había convertido en un nido. El alfa se acercó lentamente, pero su sorpresa incremento el notar que el rubio había puesto prendas suyas en el nido.

El azabache se sintió feliz, notó como su lobo interior agitaba su cola, orgulloso de lo que veía. El alfa se da cuenta de la mirada que Donghyuck le da; este estaba siguiendo todos los movimientos del alfa.

Mark sentía una gran necesidad de querer entrar al nido y abrazar al omega, pero sabía lo recelosos que podían ser los omegas con sus nidos. Así que debía preguntar.