Capítulo 7.

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Dominic.

El jardín de la gran mansión era un caos, podía escuchar a mi madre dar órdenes a cada uno de los empleados y todo esto se debía a qué estábamos de celebración, la pequeña Maddie cumplía un año de vida y había que festejarlo al estilo Meitzner.
Conociendo a mi mamá se que era algo íntimo pero sin dudas extravagante, ella haría todo por sus nietos sobre todos consentirlos de más, cosa que Christopher nos regaña a ambos cuando lo hacemos pero esos dos niños son una debilidad para toda la familia.

- Buenos días - escucho la voz de mi cuñada.

- ¡Bella Meg! - exclamo viendo que deja demasiadas cosas sobre la isla de la cocina. - ¿Cocinaras tú? - inquiero confundido.

- Solo haré el pastel, Annet se hizo cargo de la comida que se serviría hoy - contesta con una gran sonrisa.

- Dios escuchó mis plegarias pensé que iba a morir intoxicado - bromeo de forma dramática.

- A tí Dios va a castigarte, siempre diciendo su nombre - acota sacando las cosas de su bolsa.

- Ahora que me acuerdo muy bajo lo tuyo y esa broma que nos hiciste - recuerdo.

- No era una broma Dominic, es una apuesta. - sonríe con malicia. - tu apostaste que tendría cinco o seis hijos con Christopher yo aposté que tú dejarías a Jud embarazada antes - repite sin borrar su sonrisa.

- Prepárate para perder - la desafío.

- Prepárate para aprender a cambiar pañales - bromea dándome una mirada que no sabía que significaba.

- Acá estas - aparece mi hermano cargando a Maddie en sus brazos.

- ¡Pero si es la cumpleañera más linda! - digo embobado mirando a mi bella sobrina.

- Está conmigo Dominic - dice Christopher impidiendo que le quite a su hija.

- ¿Quieres venir con el tío? - le pregunto a Maddie que me observa hasta que estira sus brazos para que la cargue. - Feliz cumpleaños princesa - agrego besando sus mejillas generando que empiece a reírse.

- Encontré a esta bella señorita perdida por el recinto - habla Federick, el jefe de seguridad de nuestra familia que traía a su lado a una tímida Judith.

- Vuelves a decirle bella y te sacaré los ojos, querido Federick - sentencio con firmeza.

- Celos - tose Christopher a mi lado.

- Idiota - mascullo cabreado.

- ¡Oye! - Megan golpea mi brazo. - No digas malas palabras enfrente de mi hija - agrega dándome una fulminante mirada.

- Solo tiene un año, ni hablar sabe - comento mirando a mi sobrina que me observa con esos grandes e intensos ojos grises.

- ¡Tía Jud! - escuchamos el grito de Lorenzo que aparece y la abraza.

- ¿Tía Jud? - aparece mi madre que me mira achinando sus ojos.

¡Estoy jodido!

- Hola - saluda Judith  tímida.

- Hola linda - habla mi madre al acercarse. - Soy Annet, la mamá de Christopher y Dominic - se presenta dejando dos besos en su mejilla.

- Un gusto señora - responde muy avergonzada.

- Necesito que me liberen la cocina, que con Jud debemos hacer un pastel - dice mi cuñada al expulsarnos de la cocina.

- ¿Sabes cocinar? - pregunto provocando que Christopher se ría a mi lado.

Detestable Amor (2°PA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora