Capítulo 47

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Astrid.

Hipo y yo decidimos venir a un pequeño lugar que tienen mis padres, es como una cabaña que tiene alberca y está cerca del bosque.

—Este lugar es genial—sonrio y yo asenti.

—Quisieron tener un lugar así para que Jack o yo pudiéramos relajarnos—me encogí de hombros.

—Bueno My lady ¿Que quieres hacer?—pregunto abrazando mi cintura y yo envolví mis brazos alrededor de su cuello. Di un pequeño brinco para envolver mis piernas alrededor de su cintura y sonreí.

¿Segura?—pregunto mi chico dragón besando mi cuello con ternura y yo asenti. Subimos a la habitación y me recostó con cuidado en la cama.

Estos días hemos tenido algunos momentos más intensos y apasionados, los besos se nos salen un poco de control y también las caricias.

Tal vez no vamos a tener sexo ahora, pero si quiero probar otra cosa.

Yo se lo sugerí hace un par de días, hacer algo más intenso pero no lo intentábamos por estar en mi casa e iba a ser incómodo.

Además recuerdo cuando se indigno por qué le conté que mi primera vez había sido en un lugar poco especial.

🔥Advertencia escena un poco explícita, pueden saltarla hasta los *****

—Detenme si algo te incomoda—yo asenti de nuevo con ternura y el me besó en la mejilla.

Tomo el bajo de mi camisa y me la quito con delicadeza, beso lentamente mis labios haciendo un recorrido hasta mi cuello, bajo a mis pechos y me vio casi pidiendo permiso yo asenti y el quitó mi sujetador.

Llevo una de sus manos a mis pechos y comenzó a acariciarlos con ternura provocando que gimiera levemente.

—Eres hermosa—susurro para darme un beso en los labios.

Bajo de nuevo a mis pechos y comenzó a besarlos lentamente.

—Ahh—gemi bajito, realmente se sentía muy bien.

Comenzó a lamer y chupar uno mientras el otro lo amasaba. Estuvo un rato de esa manera y después bajo sus besos por mi abdomen hasta llegar al cierre de mi pantalón, lo bajo y me lo quito.

Lo único que ahora traía puesto eran mis bragas.

Beso mis piernas y subió lentamente por mis muslos llegando a mi intimidad, la cuál comenzó a recorrer con uno de sus dedos por encima de mis bragas.

—Mgh—intente reprimir un gemido y el negó.

—Quiero oírte—pronuncio quitando mis bragas dejándome completamente desnuda.

Abrí un poco más mis piernas para que el hiciera lo que quisiera.

Confío en él y se que si en algún momento le pidiera que parara el lo hará.

Sentí uno de sus dedos acariciar sobre mis labios vaginales y eso me hizo gemir de nuevo. Sentí como introdujo un dedo dentro de mi

—Ahhh—gemi más alto—Hipo.

Me sorprendi al sentir su lengua hacer contacto con un punto sensible de mi intimidad.

La chica millonaria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora