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☻ cinco ☹

Desperté con el brazo de Dylan rodeando mi abdomen, lo vi por el rabillo del ojo durmiendo profundamente y salí de cama, saqué un vestido holgado color crema y unos tacones cafés, me vestí silenciosamente y al terminar me dirigí a la cocina a hacer un delicioso desayuno.

•••

"Mi amor hacia ti es infinito, no sé si algún día podré superarte por completo sin pensarte cada día cómo siempre. Así como tampoco sé si tú lo lograrás y tendrás un futuro con Dylan, pero eso no importa. Si tú eres feliz, yo también lo soy. No importa si es temporalmente pero, aún cuenta.

Nadie tiene la culpa, ni tú, ni Dylan. Sólo yo. ¿Por qué? Fácil, no peleé por ti, me deje llevar por las dudas y pensamientos irreales, desconfíe de ti, eso nunca podrás perdonarlo. Y me duele.

Este dolor me pesa, no sé si sea culpa o tristeza, puede ser los dos.

Puede que en un futuro busque mujeres en busca de mi felicidad, pero vamos Brooke, nadie me hará feliz como tú me haces a mí.

Yo, Jack Gilinsky, me declaro el mayor imbécil de todo América. Por dejar a la mejor chica del mundo. Brooke Jamie Stevens Collins. La única en mi vida, o la que era parte de ella.

Mi princesa, nunca olvides que te amo. Brooke, nunca dejarás de estar en mi corazón"

Suspiré entrecortado, la carta que sigo guardando en mi armario, esa carta llena de sentimientos.

"Necesito verte y hablar contigo, tengo tantas cosas que decirte en todo este tiempo y... pedirte perdón."

No puedo creerlo, volveré a verlo, sabré como luce después de tantos años, saber si tiene novia o algo por el estilo... si es verdad que ahora es la persona más solitaria y fría que existe... todo.

-Buenos días -dijo Dylan con una voz ronca, le sonreí falsamente y seguí con los panqueques- ¿eso que huelo son panqueques? -frunce ligeramente el ceño y señala la sartén, asentí mientras sacaba un plato de la alacena

-Tus favoritos -dije y los serví, dejé su desayuno en la mesa y como un niño pequeño se sentó a comer dando palmadas

-Gracias amor -le sonreí sin mostrar mi dentadura

-No hay de qué -dije en voz baja mientras comía uno

-¿Tenemos chocolate derretido? -achiné los ojos, abrí el refrigerador y tomé el bote, fui hacia él y se lo entregué

-¿Dormiste bien? -le pregunté y asintió

-A tu lado... sí -reí levemente

-Cursi -dije y reímos

•••

Entré a la ducha y solté un gemido al sentir el agua tibia en mi cuerpo.

Me gusta ducharme ya que cuando lo necesito, me sirve para pensar todo, y hablando de todo me refiero a hoy, no quiero causar un escándalo en Mickey's gritando y llorando por Jack.

Creo que mejor lo llamaré y quedaré de acuerdo en vernos en su casa.

Tomé el jabón y lo pasé por todo mi cuerpo, al terminar volví a abrir el grifo. Abrí el champú y vertí una considerable porción en mi mano, lo froté en mi cabello y me puse abajo de la regadera.

Salí envuelta en una toalla y tomé mi ropa sucia para meterla en el cesto. Abrí el armario observando toda la ropa que tenía.

Un momento... ¿estoy pensando en qué me pondré para ir a ver a mi ex?

¿En serio Stevens?

Si llevara un vestido pensaría que es una cita y no es así. Digamos que lloraría con clase y sería muy tonto.

Una blusa y un pantalón es lo más común que he usado, con unas botas con tacón y mi suéter. Mejor sólo un suéter, mi pantalón y unas botas bajas.

Me vestí con ese atuendo y decidí pintarme con un brillo labial, sólo eso. Acicalé mi cabello mientras pasaba la secadora y al final quedó entre lacio y ondulado. Apliqué el mismo perfume de siempre en mi ropa quedando impregnado.

Vi el reloj, treinta minutos para las siete.

-Dame la dirección de tu casa, no me apetece ir a Mickey's -envié el buzón de voz y en menos de un minuto respondió

-Calle este de la ciudad, Green Lake, número trece -al escuchar eso casi creí que era un chiste. ¿En serio era millonario para vivir en esa zona?

•••

Me estacioné al frente de la gran mansión de Jack, insegura me bajé de la Jeep y me dirigí a la puerta.

Con mi dedo nervioso presioné el botón del timbre, esparciendo un sonido por dentro. Escuché unos zapatos correr apresurados a la entrada, al abrir la puerta vi a una señora de cincuenta años por lo menos.

-Usted ha de ser la señorita Brooklyn, pase por favor. El señor Gilinsky baja en un momento -me sonríe y le devuelvo en gesto. Al final decidí traer tacones, así que mis pasos se escuchaban por el suelo encerado.

Observaba cada detalle perfecto de la mansión, las pinturas, los candelabros y el mármol que yacía por todos lados. Caminé hacia los retratos y habían varias fotos: vi una donde estaba con su madre, otra con varias personas que parecían ser de su trabajo o sus empleados.

Una en especial me llamó la atención, la tomé entre mis manos y un nudo se formó en mi garganta.

Éramos nosotros, el resto de las fotos de la cabina.

-Brooke -me quedé rígida, no sabiendo que hacer. Cameron tenía razón, luce como un solitario hombre, su voz no es feliz, si no profunda y fría.

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JACK HA VUELTO BETCHEZZZ

¿Qué opinan chicas? ¿Qué creen que pasará el siguiente capítulo?

Quiero escribir el siguiente muy pronto, denme porras que las necesitoooooo 😭

Hasta pronto, las quiero.

Brooke Stevens | Book #2 | PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora