Capítulo #20; Australia.
Cuando menos lo pensé, había tomado a Bruce de la camisa, y digo de la camisa porque su saco ya estaba en el suelo.
Megan puso sus pies en el suelo, pero eso no me importaba en ese momento. Iba a romperle la cara a la garrapata.
Uno, dos, tres golpes fueron a dar sobre su cara. El chico cayó al piso de espaldas y algunas gotas de sangre caían de su nariz y labio. Mi mano ardía y estaba seguro de que mis nudillos también tenían heridas.
–Nate –dijo Megan.
–Cállate –gruñí.
Mis ojos no dejaban a Bruce en el suelo ni un segundo. El chico se levantó, pero no se acercó.
–Te voy a decir esto solo una vez –comencé–: no te quiero cerca de ella; no le hables, no la mires, ni si quiera respires cerca de ella.
–¿O qué? –me retó.
Podía ver que intentaba defenderse, pero también observaba treinta hectáreas de miedo en sus ojos. Me acerqué dos pasos, haciendo que el los retrocediera.
–O tu nariz y labio sangrando van a ser los menores de tus problemas. La próxima vez no serán solo un par de rasguños. La próxima vez, no pararé. ¿Entendido?
Al final de mis palabras el chico estaba medio temblando y había retrocedido un par de pasos, mientras yo había avanzado otros.
–Fuera –escupí. Bruce salió corriendo.
Me quedé de espaldas a Megan por un momento, respirando agitado y muy, pero muy enfadado.
–Nate…
Me giré para verla. Parecía medio asustada, medio espantada. Quizá una combinación de ambas. Me acerqué en un par de zancadas, la tomé de la mano y jalé de ella dentro de la escuela, al gimnasio.
–¿Nate?
–Cállate.
Ella obedeció y se dejó llevar por mí. Caminé entre las personas, algunas nos miraban raro y otras simplemente nos eran indiferentes en ese momento.
Llegué donde Luke y Luna estaban bailando, éstos al vernos, dejaron de bailar.
–Dame tus llaves –dije a Luke. Mi mejor amigo dudó, pero al final metió la mano en su bolsillo y me las dio. Yo saqué dinero de mi bolsillo y se lo di–. Para el taxi.
Él asintió y luego miró mi mano.
–¿Lo golpeaste?
–Si.
–¿Mucho?
–Si.
–¿Tendremos que enterrar un cuerpo?–. Sonreí un poco y negué con la cabeza.
–No, por el momento no.
–Con eso estoy feliz. Te veo luego.
–Claro, adiós.
Giré y empecé a caminar de nuevo con Megan de mi mano, pero algo nos detuvo.
–Megan.
La susodicha volteó atrás y miró a su mejor amiga. Al parecer se decían algo con los ojos, no lo sé, las mujeres tenía ese tipo de don o algo por el estilo. Megan asintió, para que después de un par de segundos, Luna copiara su acción y me dirigiera una rápida mirada.
Caminamos de nuevo y salimos al estacionamiento. Abrí la puerta de copiloto del auto de Luke y Megan subió. Cerré la puerta y rodeé el auto para subir en el lugar del piloto.
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Fácil.
Ficção AdolescenteUn nuevo año y él sigue siendo el mismo chico popular y mujeriego que se acuesta con todo lo que se le pone en frente -mientras sean mujeres, claro-. Una chica por semana y las que pueda en el fin de semana, es su rutina. Una chica nueva llega, él n...