Capítulo 1

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—Eres realmente un idiota y si es posible, el más grande que conocí —el castaño de ojos celestes caminaba al lado de su amigo mientras rodaba los ojos.

—¿Qué se supone que hice ahora? —alzó una ceja sin dejar de caminar a su lado—Que yo recuerde, últimamente no he hecho nada estúpido.

—Ayer te escapaste del castigo, ¿sabes lo que significa? Hoy estarás castigado de nuevo y con supervisión, así que tampoco podremos hacer algo, dios, Hale, odio tener que andar esperando a que decidas hacer algo bien para que podamos juntarnos —bufó.

—Lo siento Dunbar, fue inevitable, sabes, Braeden de uno de los años más bajos estuvo coqueteando conmigo toda la hora y no podía quedarme allí sin hacer nada —se encogió de hombros—. Así que simplemente me salí y luego era demasiado tarde para volver. —sonrió de lado—Pero prometo no escaparme hoy de nuevo ¿de acuerdo? Mañana podremos hacer muchísimas cosas.

—Supongo que no puedo hacer nada más que creer en ti —abrió su casillero y sacó sus libros para después cerrarlo.

—Bueno, ¿de qué clase nos escaparemos hoy? —se apoyó en los casilleros y lo miró.

—No voy a complacer ningún otro deseo sexual que tengas, gay de clóset —Liam comenzó a caminar hacia la clase seguido por Derek.

—Oh vamos, a ti también te gusta —lo miró mientras suplicaba.

—Sí, debo admitirlo, pero ya no quiero seguir haciéndolo.—se encogió de hombros— Además, a ti también te gusta, idiota.

—Lo admito, sí.—le guiñó un ojo—Bueno, entonces esperaré a que quieras hacerlo de nuevo, no siempre puedo contar con las chicas, ya sabes, la mayoría de las veces han querido ir más allá y yo a veces solo quiero sexo.

—Es bueno que lo admitas, supongo. —bromeó.

Entraron al salón y fueron a sus lugares, se encontraban hablando del último partido de béisbol al que no habían podido asistir, eran demasiado fanáticos de ese deporte y trataban de no perderse ningún partido, pero la última vez no habían ido porque literalmente lo habían olvidado y los boletos que habían comprado habían sido desperdiciados.

—Derek Hale —habló la profesora llamando la atención de todos los alumnos allí presentes.

Derek se paró y la observó.

—El director requiere su presencia en dirección.—leyó de un papel y después miró a dicho alumno—Le sugiero que deje mi clase y vaya a ver de qué se trata.

—Deséame suerte. —miró a Liam y rodó los ojos.

—Sin gestos en mi clase, por favor. —la profesora se quejó y señaló la puerta para que se fuera.

Derek salió de ahí bufando y caminó hacia la oficina del director. Sabía lo que le esperaba pero aún así iba a actuar como sorprendido, si había algo que a él le gustaba era molestar a los demás y sabía que hacer como si no entendía nada solía enfurecer al director.

—Buenos días, señor Argent —sonrió tomando asiento mientras se echaba en el lugar.

—Señor Hale, buenos días —habló el director mientras se sentaba delante de él y clavaba sus celestes ojos en el chico de cabello oscuro.

—¿Por qué me citó aquí? —estiró su sonrisa de lado.

—He decidido cambiar sus castigos, en vista de que los que ya le he estado poniendo no sirven en lo absoluto. —se cruzó de brazos mientras giraba en el asiento.

—¿Qué?

—A partir de hoy cumplirá un castigo de un mes, hace más de cinco meses vengo lidiando con usted y creo que esto será lo ideal. —sonrió y lo miró de nuevo—Irá con la escuela al concurso de deletreo.

Don't Forget Me [STEREK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora