Capítulo Trece

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— ¡Cuidado con las cajas! —Se escuchó una voz desde el fondo del pasillo

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— ¡Cuidado con las cajas! —Se escuchó una voz desde el fondo del pasillo. Cleopatra bajó corriendo las escaleras.

— ¿Qué está pasando? —Preguntó, con la respiración entrecortada. Aaron y Jordan se estaban peleando, como siempre.

— Aaron casi tira todas mis cosas. —Respondió Jordan, con el ceño fruncido mientras recogía una caja que había caído al suelo. Cleopatra miró alrededor, viendo las numerosas cajas apiladas en el vestíbulo. Suspiró y se acercó a Jordan.

— ¿Te ayudo? Son muchas cajas. ¿Acaso tuviste que traer tu casa entera? —Dijo con una sonrisa, tratando de aliviar la tensión. Jordan soltó una risa nerviosa y asintió.

— Ayúdame, por favor. ¿Puedes llevar las cajas que están ahí a lo que sería mi habitación? —Pidió, señalando un grupo de cajas cerca de la puerta.

— Está bien... —respondió Cleopatra, levantando una de las cajas con cuidado. Mientras subían las escaleras, Cleopatra no pudo evitar notar la expresión de preocupación en el rostro de Jordan.

— ¿Estás bien? —preguntó suavemente. Él asintió, pero sus ojos reflejaban una mezcla de cansancio y estrés.

— Solo ha sido un día largo. Gracias por tu ayuda, Cleo. No sé qué haría sin ti. —Dijo, dándole una sonrisa agradecida.

Todo pasó muy rápido, el grupo de amigos había vuelto a lo que es la casa de Cleopatra, gracias a su hermana, Thalía, instalaron todo un sistema de seguridad especializado, nadie podría entrar ni salir sin una clave. Además, se supone que cuando alguien intente forzar la puerta, sonaría una alarma que llegaría hasta la base de su hermana, enviándole un mensaje encriptado que ellos entenderían como señal de auxilio.

La madre de Cleopatra decidió quedarse con Thalía, así ellos tendrían más espacio y estarían más cómodos. No era una gran casa, pero tenía sus trucos y secretos. Cleopatra estaba saliendo de la casa cuando Aaron llamó su atención, él hacía ejercicio en el jardín delantero, se quedó unos segundos observando detenidamente cuando se dio cuenta que la estaba mirando.

— Iré con Emma, deseame suerte. —Le informa mientras deja un teléfono apoyado a su lado— Aquí tienes, la ubicación de todos se compartirá en tiempo real a todas horas, mejor saber dónde está cada uno por si pasa alguna emergencia.

Aaron asiente y sigue entrenando. Llegar al lugar que habían acordado no fue difícil, pero para Emma se le hizo extraño no verse en la casa de alguna de las dos. Al llegar, ella recibe a Cleopatra con un efusivo abrazo.

— Pensé que ya no tendrías tiempo para mí, ¿Cómo has estado? —Preguntó Emma, su voz suave pero cargada de preocupación.

— Bien, supongo... —Respondió Cleo, evitando el contacto visual.

— ¿Hay algún problema? —Insistió su amiga, inclinándose un poco hacia adelante, tratando de captar la mirada de su amiga.

— No, ninguno, sólo es que todo este tema me tiene agotada. —Le respondió ella, finalmente, levantando la vista. Emma notó las ojeras bajo sus ojos y la tensión en su mandíbula. Cleopatra la miraba muy atenta—. Por suerte ya sabemos quién está detrás de esto, eso es un punto a favor. —Añadió, tratando de sonreír, pero su expresión cambió completamente.

Un Año Problemático [Publicando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora