UN AÑO PROBLEMÁTICO
2020 - 2024
Cleopatra Marino, una joven de 19 años, se encuentra atrapada en el recuerdo de un horrible acontecimiento que presenció hace pocos años. Su vida está a punto de dar un giro inesperado. En su búsqueda por descubrirse...
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Dos semanas pasaron, días llenos de terror y pánico, el psicópata había dejado tres notas nuevas, aunque ninguna tan fuerte como las anteriores. Todos se encontraban en estado de shock sin saber qué hacer, no contaban con la ayuda de nadie más. Las prácticas de tiro libre se habían vuelto una rutina para Cleopatra y sus amigos, los cuales se habían incorporado, ya sentían que era necesario.
Cinco y media pm, todos caminaban hacia la armería. Ahí ya los esperaba Don Pedro con todos los materiales necesarios para las prácticas. Entre todos se llevaban bien, exceptuando dos personas, Matteo y Aaron.
Cleopatra los mira bufando, ya harta de sus comportamientos tan infantiles, ambos no le hacen caso, uno frente a otro esperando que alguno lance el primer golpe.
— ¡Basta ya! —Gritó Cleopatra, interponiéndose entre ellos—. ¿Qué les pasa? ¿No ven que estamos en una situación crítica? ¿No ven que tenemos que estar unidos y alertas? ¿No ven que el enemigo no es ninguno de nosotros, sino el que nos está amenazando?
— ¡Tenemos que practicar! Ya dejen de pelear y de comportarse como unos niños. —Les dice Jordan, ninguno lo mira. Ambos se mantienen a la defensiva, cara a cara.
— ¿Qué se supone que pasa aquí? —pregunta Pedro, entrando a paso rápido y mirando a los dos jóvenes.
— Aaron no soporta ver como Matteo intenta ligar conmigo, pero ambos se comportan como unos malditos niños de instituto.
— ¡Matteo! —Grita Pedro llamando su atención, este lo mira confundido— ¿Qué pasa contigo? ¡Casi veinticinco años tienes y estás peleando con un chico de veinte!
— Él es quien empezó todo. —se defendió Matteo, cruzando los brazos.
— Además le echas la culpa a los demás. ¡Basta y madura de una vez! Eres el maldito profesor y tienes que dar clases, no importa cómo te caigan tus alumnos. —Pedro lo miró con severidad.
Matteo bajó la cabeza, avergonzado.
— Tienes razón, lo lamento. —Dijo en voz baja.
— Discúlpate con el chico, ¡Y a trabajar! —Aplaude dos veces captando la atención de todos, luego don Pedro se va dejando a Matteo con la palabra en la boca, él observa de pies a cabeza a Aaron y rueda los ojos mientras se le acerca.
Jordan carraspeó, aliviando el ambiente y llamando la atención de todos. Con las protecciones ya puestas, al igual que los tapones y gafas, empezaron a practicar. La que mejor lo llevaba era, obviamente, Cleopatra, tenía más tiempo practicando.
— ¿Quieres probar con algún arma más grande? —Preguntó Matteo mirándola, ella lo piensa unos segundos, habiendo entendido el doble sentido de su pregunta, pero luego asintió, ganándose un guiño de parte de Matteo y poniendo los vellos en punta a Aaron.
— En este lugar tenemos un fusil semiautomático que es un tipo de arma de fuego que utiliza la energía de los gases del disparo para expulsar el casquillo vacío, este bebé permite disparar de una bala a la vez, pero tiene el espacio suficiente para unos veinte o veinticinco cartuchos. —Lo busca y se lo muestra— ¿Probamos?
— No estoy muy convencida, pero probemos. —Se lo pasa y sí, ese rifle sí que pesaba como no tienen idea. Sus amigos se quedaron un poco al pendiente con Cleopatra, debido a la curiosidad de probar con un arma nueva.
Matteo la ayuda con la posición, poniendo los pies bien abiertos hasta el ancho de sus hombros, su mano izquierda sosteniendo el guardamano con el codo apuntando hacia abajo mientras que su mano derecha sostenía el mango con el codo apuntando un poco hacia afuera. Sus amigos dejaron de practicar para observar como lo hacía ella.
— ¿Lista? Tienes que relajar un poco los hombros, estás muy tensa. —Ella estaba muy tensa, pero él está muy cerca— Primero, asegúrate de que el arma esté descargada y tenga el seguro puesto. —Cleopatra lo comprueba y asiente— Ahora inserta ese cargador lleno en la parte inferior del cajón de mecanismos hasta que escuches el clic. Tira de la manija de carga hacia atrás y suéltala para introducir el cartucho en la recamara. —Ella sigue cada cosa que le dice, una vez que tienen todo el arma preparada, Matteo asiente— Apunta al blanco con la mira trasera y la delantera que son estas —las señala—, quita el seguro y ¡Dispara!
Cuando el arma se dispara, choca con el hombro de Cleopatra haciendo que diera unos pasos hacia atrás. Eso hizo que ella chocara con el pecho de Matteo. Él la sostiene y su vista se dirige hacia los muñecos que estaban enfrente suyo para ver si había disparado bien o falló, podría haber estado mejor, pero no estaba nada mal para ser su primera vez con esa clase de arma.
— ¿Estás bien? —Le pregunta, un poco preocupado por el golpe del arma.
— Sí, estoy bien. Se necesita bastante fuerza y soporte para poder manejar un arma así. —Cuando dice esto él se ríe un poco. No pasan ni dos segundos cuando Cleopatra se da cuenta de que le está doliendo el hombro por el impacto del arma.
— ¿Te duele?
— Creo que sí, me duele un poco.
— De seguro fue por el golpe, ¿Quieres que lo revise? —pregunta, Aaron los estaba mirando muy atentos al igual que los demás.
— Bueno. —Le responde ella quitando los sucios pensamientos que habían volado a su cabeza.
Volvieron al sitio de protección acompañados de Aaron, claramente no los dejaría a solas viendo cómo era la actitud de Matteo con Cleopatra. Ella comenzó a dejar sus cosas sobre la mesa, como el arma y las gafas de protección. Luego, cuando terminó de debatirse con ella misma sobre lo que haría, decidió mover un poco la camiseta que tenía puesta en lugar de quitársela.
— Apúrate. —Le dice Aaron a Matteo cuando comenzó a revisar el hombro de ella.— Estás muy cerca innecesariamente, puedes revisar desde allí, no creo que estés ciego o tengas miopía.
— ¡Aaron! —Le reprocha ella y él levanta sus manos en forma de rendición.
— Está bien, Sólo decía... —Respondió antes de salir de la habitación.
Cleopatra se quedó mirando fijamente a Matteo, sin darse cuenta. Cuando él levantó la vista, notó la cercanía que los comprometía a ambos, y tragó fuerte, tratando de ignorar la forma en que se estaban mirando—. Tienes suerte de que sea sólo un moretón —murmura suavemente, sus dedos recorriendo lentamente el hematoma—, pero nada peor que eso. Deberías tener más cuidado. —Dijo mientras su mirada se detenía en la piel expuesta de su hombro, se acercó sin siquiera darse cuenta, su mano descansando suavemente sobre la cadera de Cleopatra.
— Tú deberías de ser un mejor profesor, en lugar de quedarte peleando con Aaron. —Contraatacó ella, con una sonrisa burlona.
— Fue el niñato ese quién empezó con la discusión, yo estaba completamente concentrado en otra cosa. —Pasó su mano suavemente con la mandíbula de Cleopatra, sin despegar los ojos de los suyos. Mientras él aún seguía tocando su mandíbula con gentileza, sus ojos examinaron su rostro, observando cada detalle. Era cierto que Matteo se encontraba demasiado cerca de ella, aún más cuando su mano descansó en su cadera, lo cual había sucedido sin siquiera pensar. Su toque era suave, pero su agarre era firme. Con cuidado, se inclinó un poco, cerrando la distancia entre ellos aún más mientras respondía.
Él podía sentir a Cleopatra estremecerse ligeramente mientras pasaba su mano por su mandíbula. Lo único que él quería hacer en ese momento era tomar su rostro entre manos y besarla. Sin embargo, no lo hizo, por mucho que lo deseara. Él la miró, manteniendo el contacto visual, su intensa mirada estaba llena de deseo y frustración.
Un bullicio resonó desde la zona de tiro. Matteo dio un paso atrás, soltándola e interrumpiendo el contacto, aunque a regañadientes, ambos se miraron confundidos y salieron rápidamente de allí. Su rostro se volvió serio y profesional de nuevo mientras el bullicio llenaba el silencio que había creado. Al llegar a aquella zona, se dieron cuenta que Jordan sostenía un pedazo de papel blanco y que parecía haber sido arrancado de algún lado. Sus amigos los vieron con una expresión preocupada en sus rostros, Cleopatra y Aaron tomaron la nota y la leyeron en voz alta.