UN AÑO PROBLEMÁTICO
2020 - 2024
Cleopatra Marino, una joven de 19 años, se encuentra atrapada en el recuerdo de un horrible acontecimiento que presenció hace pocos años. Su vida está a punto de dar un giro inesperado. En su búsqueda por descubrirse...
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Hanna, que había estado jugueteando con una mecha de su cabello, levantó la vista.
— ¿Y bien? ¿Quién tiene el honor de iniciar nuestro pequeño entretenimiento? —preguntó, su curiosidad claramente despertada. Aaron, que hasta ese momento había estado hablando con Cleopatra, se incorporó. Jordan había ofrecido el típico juego de "Verdad o Reto", nada innovador, pero bueno para animar el ambiente.
— Pues, considerando que la brillante idea fue de Jordan, creo que es justo que él comience. —dijo, su tono sarcástico provocando risas entre el grupo. Jordan asintió, aceptando el desafío.
— Está bien, está bien... ¿A quién debería elegir? —murmuró, llevándose una mano a la barbilla en un gesto pensativo. Después de un momento, su dedo se detuvo en Cleo.
— Qué lindo... —pensó ella.
— Cleo, mi querida, ¿Verdad o reto?
Cleo hizo una pausa dramática, disfrutando del suspenso que había creado—. Elegiré... verdad, —finalmente reveló, con una sonrisa juguetona.
— Empezaremos con algo ligero, —dijo Jordan, preparándose—. Dime, ¿Alguna vez has hecho algo... atrevido... en un lugar público? —Cleo frunció el ceño, fingiendo indignación.
— ¿A eso le consideramos "empezar suave", Jordan? Además, llámalo por su nombre, sexo. —Replicó, pero ante su insistente mirada, cedió—. Sí, lo he hecho en un lugar público, al igual que todos los que están aquí presentes. —Admitió, rodando los ojos mientras Aaron la observaba, su expresión era una mezcla de sorpresa y curiosidad.
— Ahora me toca a mí, —dijo Cleo, escaneando el círculo de amigos—. Hanna, ¿verdad o reto?
— Reto, —respondió Hanna sin dudarlo, su decisión rápida y firme. Cleo sonrió maliciosamente.
— Te reto a que coquetees con Eva como si la acabaras de conocer en un bar o algo por el estilo.
Hanna se levantó, su confianza irradiando mientras se acercaba a Eva.
— Hola, preciosa... —saludó con una voz suave y seductora. Eva luchó por mantener la compostura, una risa burbujeando en su garganta.
— Hola. —logró decir, su tono apenas conteniendo una carcajada.
— ¿Sabes? Te he estado observando desde el otro lado del lugar y no pude evitar notar tu belleza. Dime, ¿te crearon en un domingo? —Eva parpadeó, confundida.
— ¿Por qué un domingo?
— Porque pareces hecha a medida para pasar el día conmigo. —concluyó Hanna, guiñándole un ojo. La risa que había estado contenida en Eva finalmente estalló, y pronto todos se unieron a ella. Aaron se secó una lágrima de risa antes de hablar.
— No tiene mucho sentido lo que acabas de decir, pero admito que fue ingenioso. —Comentó, y luego se dirigió a Hanna—. Ya que estamos en esto y nadie te ha elegido aún, Aaron, ¿verdad o reto?