El rubio tenía que comprar algunas cosas que le pidió su mamá, obviamente la castaña no dudó en acompañarlo. Ahí se encontraban ellos, en el bus que por coincidencia siempre subían, el bus número 5.
—Parece que va a llover —dijo la castaña con una sonrisa, por suerte se había puesto un abrigo rosado que tenía un estampado con el nombre de "Ed Sheeran", su cantante favorito, llevaba un pantalon negro y su infaltable mochila de osito que siempre llevaba cuando salia.
—Maldita sea, no me quiero mojar —se quejó el rubio. Se había puesto su abrigo negro, ya que su mamá le dijo que quizás llueva y no quiere que pesque un resfriado.
—"Definitivamente es una bruja" —pensó Bakugo, los padres siempre sabían predecir el futuro, y el hecho que su madre NUNCA se equivocara hacía que el apodo le quede perfecto.
—No seas exagerado, el agua no mata —dijo la castaña.
Se bajaron en la parada que quedaba cerca del centro comercial, debían comprar unas carpetas que necesitaba el rubio y con eso podrían volver a casa.
—Apresuremonos cara redonda, no quiere mojarme y ensuciar mi puto pantalón blanco, si lo hago la bruja me regañara y me hará lavarlo.
Compraron lo que el rubio necesitaba y salieron del centro comercial, pero ya estaba lloviendo así que caminaron rápidamente hacia la parada.
—Bakugo-kun, comprame un helado —dijo Ochako alegremente.
—¿Acaso estás loca? ¿Está haciendo frío y tú quieres un puto helado? Debes estarme jodiendo.
—Por favor —dijo juntando sus manitas en forma de suplica y haciendo una mirada de cachorro abandonado, el rubio soltó un suspiro pesado, ella sabía como manipularlo.
—Donde se nos pasa el maldito bus, es tu culpa —dijo caminando rápidamente hacia la heladería.
—¡Yei! Quiero uno de chocolate —dijo siguiendo al rubio.
Entraron en el establecimiento y pideron un helado de chocolate y otro de vainilla, la castaña insistió en comer adentro, así que eso hicieron.
—Mierda —maldijo el rubio, ya habían acabado sus helados, pero cuando iban saliendo el bus ya había pasado por la parada.
—Tendremos que caminar. Me encantan los días lluviosos ¿y a ti, Bakugo? —dijo la castaña caminando a paso lento.
—¿Cómo pueden gustarte? Cuando llueve hace un frío de mierda —dijo siguiéndola.
—Bakugo —la chica lo llamó seriamente, él solo la miró a los ojos —¡Las traes! —lo tocó y salió corriendo mientras reía, le encantaba correr bajo la lluvia.
—¿Qué? ¡Espera, cara redonda! —dijo saliendo tras ella.
—¡No me alcanzarás! —dijo emocionada, sabía que el rubio era competitivo.
—¿Ah, sí? ¡Ya verás que te alcanzaré! —sonrió arrogantemente y apresuró su paso hacia ella.
Los chicos se la pasaron jugando bajo la lluvia, divirtiéndose. Jugaban y contaban chistes, eran de esos momentos que siempre recordarán con una sonrisa
—¡Ey, cara redonda! ¿Por qué te gusta los malditos dias de lluvia? —dijo agitado por haber corrido mucho, se encontraban caminando tranquilamente bajo la lluvia y el atardecer.
—Bueno, creo que son increíble ¿sabes? Es como si se te reiniciara todo y tus problemas desaparecieran. Como si las gotas te limpiaran todo lo malo que has pasado y te sientes libre. Por eso me encanta la lluvia, es relajante —dijo mirando hacia el cielo —Es como si nos dijera: "Hey, olvida todo y diviertete"
El rubio se la quedo viendo, se la veía muy hermosa bajo la lluvia, y lo poco que quedaba del atardecer hacía que se viera increíble, después miró su celular y se dio cuenta que ya eran las siete de la noche.
—Cara redonda ya es tarde, son las siete.
—¡¿Qué?! —dijo sobresaltada, los buses ya no pasaban a esa hora y ella debía ir a su casa —¡Dios! ¿Y ahora que voy hacer? —se puso a pensar, la casa del rubio quedaba a solo una cuadra de donde estaban.
—A esta hora ya no hay ni un maldito bus.
—¿Puedo quedarme en tu casa? —preguntó la castaña, el rubio la vió sorprendido y sonrojado —Es que no quiero irme a estas horas en taxi porque me da miedo ir sola -dijo agachando la cabeza.
El rubio soltó un suspiro —Dejame avisarle a la bruja —sacó su teléfono y le marcó a su madre.
—¡Gracias, Bakugo!
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La chica del bus || Kacchako (Katsucha)
FanficEl auto de sus padres estaba descompuesto, por ende, Bakugo debía ir en transporte publico hacia su instituto. Cada persona en ese bus era sin importancia para él, pero la vió y pensó: "Tiene cara redonda" El rubio cenizo no sabía que este solo era...