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Era sábado y se encontraba yendo en el mismo bus de siempre, había quedado en verse con la castaña a las cuatro y media de la tarde en el parque de diversiones. Aún no sabia por qué siempre la consentia en todo, pero en el fondo sabía que le encantan estar con Ochako.

Se bajó en la parada correspondiente y divisó a la chica parada en la entrada del parque. Llevaba un abrigo rojo concha de vino, pantalones blancos, una gorra beis, su infaltable bolsito negro de osito y llevaba un reloj de mano, sin duda ella sabía muy bien como vestirse.

—Bakugo-kun, por fin llegas —dijo sonriendole

—Recién son las cuatro y veinticinco, cara redonda —dijo el rubio mirando su reloj de mano, él llevaba una camiseta roja con un suéter negro por encima, pantalones blancos y una gorra negra.

Cualquiera que los viera diría que son pareja o eso era lo que pensaban Deku y Mistuki, quienes se encontraban escondidos detrás de un arbusto observando a su shipp, llevaban sus camisetas Kacchako con la hermosisima frase de la rubia.

Ellos no iban a perderse de ver momentos de su OTP, así que decidieron espiarlos y así poder obtener más fotos para sus álbumes

—¡Bien! ¡Bakugo-kun vayamos a la montaña rusa! —dijo dirigiendose al juego mencionado

—¡No me digas que hacer, cara redonda! —dijo Bakugo siguiéndola

Rápidamente Deku y Mitsuki se dirigieron hacia la atracción, no se subieron porque el rubio se daría cuenta, así que mejor decidieron irse al puesto de helados que había cerca y discretamente tomarían las fotos.

La primera foto que tomaron fue la de Bakugo ayudando a Uraraka a ponerse bien el cinturón de seguridad, la siguiente fue de Uraraka aferrándose al brazo de Bakugo cuando el carrito bajo en picada, otra de Bakugo mirando divertido a la castaña y ella teniendo el ceño fruncido, y muchas otras hermosas fotos más.

—Fue mala idea subirse a la montaña rusa —decía la castaña aún con el ceño fruncido

—Bueno ¿Qué esperabas? Eres una maldita miedosa —dijo en tono burlón el rubio

—Bien, vayamos a... ¡los carritos chocones! —dijo con emoción.

—Esto se va a poner bueno —dijo Bakugo dirigiendose a la atracción y pagando para poder subirse

—¡Ya verás, Bakugo-kun! ¡Te voy a chocar tantas veces que te ganaré! —dijo determinada Uraraka mientras esperaba que den inicio al juego

—¡Ya veremos, dijo el maldito ciego! —gritó Bakugo impaciente que empezará el juego, teniendo ya pisado el acelerador para ir directamente hacia la castaña

A lo que el juego dio inicio, los chicos fueron directamente hacia ellos, pero al estar cerca rápidamente la castaña giró a la derecha evitando el golpe del rubio, dejándolo sorprendido

La castaña era una experta en este juego, cuando era pequeña siempre jugaba con sus primos. Se dirigió al rubio y lo chocó por atrás, enviándolo al borde de la atracción. 

—¡Ya veras, maldita cara redonda!  —dijo dando retro dirigiendose hacia ella

Pasaron unos minutos más en donde la castaña se la pasaba chocando al rubio, Mitsuki se reía de su hijo, nunca en su vida lo había avergonzado una mujer, verlo tan frustrado le divertía.

—¡Yei! ¡Te gané! ¡En tu cara! —festejaba Uraraka enfrente de Bakugo 

—Tsk, solo tuviste suerte -dijo el contrario

Se subieron a muchos juegos más, Izuku y Mitsuki sacaron demasiadas fotos y se las mandaron a Mina, la novia de Kirishima al ver las fotos que tenía el pecoso le pidió que se las pasará de inmediato, su instinto shipper se lo rogaba

—¡Bakugo-kun, regalame uno de esos peluches! —dijo la castaña señalando a un puesto en el que, si le lograbas disparar a los seis patitos, te regalaban un peluche.

—¿Para qué o qué?

—Ay, vamos ¿Sí? —dijo haciendo su mirada de cachorro

—Ya, ya, no es necesario que hagas eso —se acercó al puesto y pidió un intento, obviamente logró darle a todos, así que podía coger cualquier peluche -¿Cuál quieres cara redonda?

—¡Ese! -dijo apuntando a un peluche en forma de bombita 

—¿Ese? —dijo Bakugo viendo como le entregaban el peluche a Uraraka

—Sí

Se terminaron de subir a todos lo juegos y comieron pizza en un local que había cerca, ya era de noche así que el rubio pidió un taxi para llevar a la castaña a casa y luego ir él a su hogar

Se subieron al taxi y rápidamente la castaña le preguntó si la dejaba poner música, el taxista le dijo que no había problema, que lo haga. Automáticamente la castaña puso una canción de su cantante favorito

—¿Habrá algún dia que no pongas música de ese cantante? —preguntó el rubio, pero la castaña se encontraba tan concentrada cantando que no le presto atención.

Así se la pasaron todo el camino, al conductor le gustó la música y le preguntó sobre el nombre del cantante, Uraraka con gusto le dijo el nombre, se bajó y se despidió del rubio.

Bakugo se encontraba viendo por la ventana las pocas estrellas que habían en el cielo, se puso a pensar sobre que pasaría si se confesara, él no es bueno en ese tipo de cosas ¿Cómo reaccionaría Uraraka?

La chica del bus || Kacchako (Katsucha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora