En el escritorio

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Mientras buscaba algún lugar para pasar mi frustración discretamente, Daniel me sigue y comienza a hablar de idioteces y banalidades. Trataba de seguirle la conversación pero estaba muy incómodo, entonces dice:

—Voy a buscar otra cerveza, quieres otra?

—Si, por favor! ...ya casi termino esta.—Esperando que se perdiera en el camino.

De pronto se acerca el Sr. Antonio, el colega del papá de Samir y me saca conversación, al principio yo no quería hablar, pero el tipo tiene como decimos en Venezuela "labia" y la conversación era muy interesante.

Mientras hablamos lo llaman por teléfono y me dice,

—Disculpa debo contestar.— Apartándose un poco, pero antes le respondí amablemente.

—No hay problema.— Y me quede por un instante observándolo aunque rápidamente reaccioné y tome el último sorbo de la cerveza que tenía en la mano.

El Sr. Antonio se alejó un poco, entonces aproveché para ir a orinar, pero  el baño de visitas estaba ocupado y alguien me dijo que usara el del segundo piso.

Entre al baño, y al salir estaba Samir esperándome. Él toma mi brazo, llevándome por el pasillo y antes de darme cuenta estábamos en la oficina de su papá. Una vez adentro cierra la puerta y aún sin soltarme me dice:

—De que  hablabas con Antonio? ...te quiere coger?— Con voz dominante y visiblemente alterado.

—Eso a ti no te importa! ...suéltame y ve a cojer tus tetas!— Recordé lo humillado y molesto que estaba; me dirigía a la puerta cuando Samir me toma del brazo nuevamente y dice,

—Ohh,  mira nada más... pero si estas  alzado!  ...Mmm, ya sé lo que te pasa! ...Quieres más de esto?— Apretando su entrepierna, para luego soltarse el cinturón del pantalón sonriendo  con maldad.

Comencé a temblar, a excitarme, mi corazón quería salir del pecho y no le quitaba la mirada a su paquete que ya mostraba una erección.

Otra vez estaba hipnotizado por su belleza y el deseo de ser suyo, más todo el  tiempo deseándolo y fantaseando con él, me desarmaron poniéndome a sus pies.

Cuando me disponía a sacar su exquisito pene, él dice,

—No! ...Voltéate!— Y obedecí.

Y poniéndome de espaldas a él, frente al escritorio, me baja el pantalón y bóxer de un golpe para luego decirme al oído,

—Viniste por esto ...puta?— Mientras recostaba su ereccion ya desnuda sobre la raya de mi culo.

Seguidamente empuja la mitad de mi cuerpo sobre el escritorio, escupe en su mano y me moja el culo, se posiciona y bum!!! ...Ouch... me lo clava durísimo, trate de gritar pero me tapo la boca en ese instante.

Me comenzó a coger duro y rápido, imagino que por lo peligroso del momento, casi me estaba violando. Yo totalmente sumiso tirado sobre esa mesa fría con el culo al aire y la boca tapada, trataba de ocultar mis gemidos de dolor y placer.

Pasaron unos grandiosos, dolorosos pero placenteros minutos y Samir acabó con unas embestidas salvajes que movieron el escritorio de lugar!.

Rápidamente sacó su gran pene de mi culo herido y se apuró en subirse el pantalón. Yo me levante y gire hacia él, dejando ver mi gran erección que exigía una satisfacción!, Entonces dijo,

—Vístete ...tenemos que bajar!— Saliendo rápidamente de la oficina.

Sinceramente quede congelado por unos minutos, me subí el pantalón, fui al baño para limpiarme, lavarme la cara y no llorar. Porque eso era lo que quería... llorar!

Creo que dure casi 20 minutos en el baño y cuando salí, decidí que era hora de irme. Me despido de aquellos que estaban en mi camino menos de Samir que brillaba por su ausencia.

Casi en la puerta me consigo nuevamente al Sr. Antonio y dice,

—Ya te vas?

—Si, no me siento muy bien.— Aguantando las ganas de llorar.

—Que tienes? ...recuerda que soy médico, necesitas ayuda?— Atento y preocupado.

—No gracias! ...esto no se cura con medicina.— Suspirando.

—...mal de amores! ...te entiendo. Yo también voy saliendo, quieres que te lleve?

Sin pensar mucho y con ganas de salir corriendo le dije,

—Si, se lo agradezco.

Ya en el carro vamos hablando de todo un poco, realmente era muy agradable conversar con él, tanto que al  poco tiempo ya me sentía mejor. De pronto, entre una cosa y la otra en una luz roja, él me dice,

—Soy gay y me gustaría llevarte a mi apartamento... te gustaría ir?— Su tono de voz gruesa y cálida eran muy cautivantes.

Me tomo por sorpresa y aunque no era mi tipo, el me hacía sentir cómodo y seguro, "y ya que..." pensé y respondí,

—Está bien...— Con voz nerviosa.

—Tranquilo ...no pasará nada que tú no quieras.— Calmando un poco mis nervios y continuo,

—Te puedo besar? ...tus labios me tienen cautivados.— Mirándome directo a los ojos, a lo que yo solo respondí asintiendo con la cabeza en señal de aprobación.

Luego me tomo del cuello tiernamente y me beso. Era mi primer beso y con un hombre desconocido!. Fue apasionado, dulce y realmente muy excitante. Luego cambio la luz a verde y ahora estaba con un nuevo destino.

Esclavo de mi fantasía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora