Confesiones de Samir IV, "el culo de Martin"

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Habían pasado unos días desde que Inés (Diosa pelirroja a la que dejaba seducirme) me masturbo en la biblioteca, dejándome con mi ropa llena de semen y sin nada para cubrirme, haciendo que tuviera que salir de la Universidad a mi casa para cambiarme.

A su vez esto también ocasionó que perdiera un importante examen que solo pude recuperar negociando entregar un proyecto extra a cambio de dejar a mi profesor comerse mi verga.

Tenía a Inés entre ceja y ceja, no sólo la cogería... la pondría a suplicar que la cogiera!

Gracias a Martín (al que yo le gustaba en silencio y que se ofreció hacer mi complicado proyecto sin pedir nada a cambio solo por "amistad") logre recuperar la calificación que había perdido.

Estaba muy agradecido con él, siempre estaba allí para ayudarme y aunque sabía que él me deseaba nunca traté de insinuarle nada porque se esforzaba mucho en ocultarlo.

Si... no entiendo!... eso es extraño. Por alguna razón me preocupaba por él, quería protegerlo y no verlo como una presa más a la cual debía seducir o devorar.

Un viernes en la mañana algunos amigos me avisan que en la noche habría una fiesta en una de sus casas. Ese día era mi cumpleaños número 20, pero nadie lo sabe ya que nunca lo celebro debido a que mi madre falleció ese día cuando tenía 8 años.

Igualmente salgo y disfruto como un día más... no es que me quede llorando en casa. Les escribo a mis amigos,

—Nos vemos allá!

Veo a Inés entrado como toda una diva con su cabello rojo suelto provocando a todo aquel a su paso, entonces decidido pasar hacer el cazador, me le acercó y le planto un beso apasionado delante de todos y sin avisarle.

Ella me ve, sonríe y me vuelve a besar, fue muy ardiente estoy seguro que más de uno de los presentes se mojaron y excitaron.

Luego pasando mi brazo por su cuello nos vamos a sentar y le pregunto,

—Que harás hoy en la noche? ...Hay una fiesta en casa de unos amigos, vienes?

—Suena bien...

—Y después te puedes quedar en mi casa para hacerte cosas ricas...— Le digo al oído.

—Mmm... eso suena divino... me convenciste!.

—Paso por ti...— Y ella interrumpe para aclarar,

—No, dame la dirección y voy en mi carro tengo que ocuparme de algo antes!.

Durante el resto del día estuve imaginando cómo la pondría a gozar hasta hacerla suplicar por más!.

Cuando voy camino a al estacionamiento veo a Martin que es parte del grupo de la fiesta y me dice que asistirá, le ofrezco llevarlo, acepta pero primero le digo que me tengo que ir a cambiar (hoy voy con todo por Inés).

Entramos a la casa, Martin se pone a ver la TV y paso directamente a la ducha. Al salir del baño voy directo al closet y me doy cuenta que Martín parecía una estatua, estaba paralizado y tenso. (Martin explica muy bien que le ocurrió en "la toalla azul").

Me sentí un poco mal, creo que lo había calentado sin querer. Me visto más rápido y salimos camino a la fiesta.

Al llegar allí a los minutos llega también Inés, le presento a Martin y el resto del grupo. Ella es una mujer segura de sí misma y se integra rápidamente. Inés ve que la observó con deseo cuando estoy buscando una cerveza y comienza a coquetear sutilmente con uno de mis amigos y Martin, eso me excita!.

Martin (al que nunca le hemos conocido novia) le trata de seguir el juego pero su inexperiencia en esa área es evidente. Esa inocencia e inexperiencia capta mi atención, "...por supuesto Martin es virgen!" Pensé.

Esclavo de mi fantasía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora