Skyfall era tan hermoso, la felicidad de sus habitantes era casi palpable, incluso si ahora se encontraban en tan precaria situación.
El hada madre sabía que no había otra cosa que pudiese hacer más que velar porque su pueblo, algún día, encontrase el sol que se había perdido.
No quedaba mucho, tenía hasta la caída del sol para encontrar la solución. Y rogaba por poder encontrarla.
Llegó a la habitación de las flores, observó cada una de ellas.
Observó a la rosa, que significaba el amor y la pasión. La rosa de la condena pero, al mismo tiempo, del camino correcto.
Luego, posó su vista en la gardenia blanca, el amor puro, inocente, la flor de su madre.
El tulipán rojo, que mostraba el amor perfecto, la flor que por designio, le había tocado a ella misma.
El clavel, el representante del amor y la revolución, tan solo verlo, el hada madre sabía que aquella flor era la flor de su hija.
El lirio amarillo, la flor del destino, la condena y la solución. La esperanza y el desencanto, el honor y el poder, el futuro... y la muerte. No, no era esa la flor que debía buscar...
El hada madre sabía que, en cuanto sus ojos se encontrarán con la flor que podría solucionar sus problemas ella lo sabría, y no era ninguna de esas... Entonces... ¿Cuál sería?
Las generaciones de hadas madres habían pasado, una tras otra, con la creación de las flores especiales, celestiales. Con el destino de cada una de las hadas madres escrito en cuanto nacía una nueva flor, cada una representaba y sellaba su destino, su futuro y a dónde dirigir al pueblo de Skyfall, el nacimiento de la flor del destino significaba que su hija había sellado el destino de Skyfall en manos de una revolución, y eso les había llevado hasta aquí.
La ruptura en dos tierras, la muerte de dos grandes hombres, el que sus hijos perdieran a sus padres, que su pueblo lentamente se fuese desvaneciendo, petrificado... No culpaba a nadie, cada pueblo debía caer y resurgir para no volver a cometer los mismos errores. Pero, algo que no entendía el hada madre era... ¿Por qué no había crecido ninguna otra flor? ¿Por qué ya no había nacido ninguna otra después de la flor del destino?
Sólo quedaba una cosa por hacer, el hada madre sabía, que la flor de la historia era su única oportunidad para salvar a su pueblo, de salvarlo de la condena. Aquella era la flor de la primera hada madre, la primera flor creada y por tanto, no solo era capaz de mostrar y cambiar el pasado o el presente, sino también el futuro...
En un frío día de invierno.
En algún lugar perdido en el tiempo.
Skyfall.El hada madre observó cada una de las cosas que pasaban alrededor de aquel cutre lugar. Parecía que la esperanza había huido y jamás regresado, reconocía a todos... Incluso a la mujer que yacía entre un charco de su propia sangre, aquella era su nieta, una nieta que jamás lograría conocer pero que de todas formas amaba.
Ahí también se encontraban su apestoso yerno y, por supuesto, Gastón, vil como siempre.
El hada madre recordó que Gastón había sido desterrado de las tierras de Skyfall por asesinar a su hermana. Reconoció también al joven delante de Gastón, cegado por su propio tío y perdido el amor tanto propio como por el resto.
Tal parecía que era muy tarde para resarcir el daño, para resguardar el futuro de su pueblo y el de su nieta.
El hada madre se arrodilló a un lado de su nieta, observando su belleza y su pureza. La flor de la historia revelándose lentamente como había terminado estirada en aquel piso lleno de moho, en un lugar sin señal de querer mejorar... Sin un futuro.
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La Flor Del Destino
FantasyRetelling de ''La bella y la bestia'' y ''Rapunzel'' Blair Tauler nunca ha sido una chica normal, ni para su tiempo, ni para ningún otro, su padre la ha mantenido oculta en una de las habitaciones de su mansión desde el día que su madre falleció, cu...