Capítulo 4.

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Capitulo 4:

"La música sonaba lenta, cada movimiento causaba una sensación indescriptible, sus sentidos estaban a flor de piel y la tranquila respiración de la bestia delante de ella la instaba a sentir seguridad, le inspiraba confianza, la hacía querer relajarse entre sus brazos, -más bien garras-, y, por un segundo, dejó de ver a la bestia como un animal y pasó a ser un simple hombre, atrapado en la forma de una bestia, un hombre que había sido una bestia, y ahora no era más que un simple gatito en busca de afecto, de alguien que pudiese amarlo pese a su reacia actitud y su muy -más que aclarado- mal genio, se permitió entonces pensar que, si había un hombre detrás de toda esa faceta, ella podría ser capaz de amarlo, porque ella, muy en el fondo sabía, que sin poder evitarlo, aquellos pequeños momentos de tranquilidad, empezaban a darle la esperanza de lograr enamorar al hombre tras la bestia y a la bestia delante del hombre. El vals estaba a punto de terminar, el nerviosismo empezaba a embargarla, temiendo que, al finalizar el baile, la conexión tranquila también lo hiciera, remojo sus labios y terminó mordiendo el inferior mientras se alejaba lentamente de él, queriendo alargar el momento lo máximo que pudiese, la bestia suspiró y evitó el contacto visual, Blair no evitó pensar que había cometido algún error, quizá había roto alguna de las reglas no verbales o algo parecido.

- Yo... - Trató de disculparse por lo que sea que había hecho para que se alejase.

- La cena está lista. - Comentó esquivo y sin esperar más, salió del salón de baile, dejándola sola, y al notar como desaparecía de su vista, sintió que una parte de ella se iba junto con él. Cerró fuertemente sus ojos, negó con su cabeza, ¿qué ocurría? ¿Qué estaba sintiendo? Se sentó en la misma silla de siempre, al lado derecho de él, lo observó, un brillo insistente reposando en sus ojos.

- Gracias por enseñarme a bailar. - Sonrió con amabilidad.

- De nada. – Refunfuñó, a sabiendas que él no quería hablar con ella, simplemente suspiró y se concentró en comer."

Observó su entorno confusa, luego recordó donde se encontraba y suspiró, detalló a profundidad cada aspecto de la habitación, la flores brillaban, iluminando la habitación desde el estanque, ya se había acostumbrado a ello, había pasado un mes desde que había llegado a aquel palacio, apenas y cruzaba palabras con la bestia, y normalmente lo hacía entre gritos o regaños por parte de él.

La mayoría del tiempo eran nimiedades, lo sabía, incluso un par de veces tuvo que encerrarse en la habitación para poder reírse de ellos mismos, Phil siempre la reprendía por hacerlo, pero era casi inevitable, la bestia solía enojarse porque llegaba un minuto tarde a la cena o, cuando por las mañanas decidía salir a correr y faltaba al desayuno, la bestia acostumbraba a decirle lo peligroso que sería si se alejaba de la casa, y ella no podía evitar darle cierta ternura, pues pese a sentir que era un regaño, un deje de protección se extendía, y cuando se lo echaba en cara, él simplemente gruñía y decía no tener tiempo para berrinches y se iba.

Usualmente solo se encontraban en las comidas, muy pocas veces se encontraban en otra área, Blair tenía que cumplir ciertas normas que la bestia había estipulado.

- Tomaremos juntos la comida. – Había espetado. – Puedes recorrer toda la mansión excepto el tercer piso, limpiarás y arreglarás, no puedes entrar al bosque, mucho menos sola. – Guardó silencio, esperando que ella discutiera algo, sin embargo lo observó con mayor intensidad. – Y no me mires, hay mejores cosas que escrutarme. – Sentenció.

- Pero me gusta el bosque. – Refutó Blair, sólo por llevar la contraria.

- Y supongo que también te gustará que esos lobos vuelvan a por ti para terminar su trabajo. – Gruñó, entonces ella bufó y aceptó las condiciones.

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